Continuando con la serie de grandes biografías de ilustres españoles… Este sexagésimo tercero trabajo recopilatorio, está dedicado a Juan de la Cierva. Fue un ingeniero que inventó del autogiro, precursor del helicóptero.
Juan de la Cierva y Codorníu, nacio en 1895 y murio en el año 1936, ingeniero español e inventor del autogiro, precursor del helicóptero. Descendía de una notable familia española: su padre fue abogado y estadista. Estudió ingeniería y ocupó en dos ocasiones un escaño en las Cortes (Parlamento), en 1919 y en 1922.
Su gran interés por la aeronáutica hizo que, incluso cuando estaba estudiando ingeniería en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en Madrid, continuara con sus estudios sobre aeronáutica en su tiempo libre siguiendo los trabajos de F. W. Lanchester y N. Jonkowski. A partir de 1916 se dedicó a realizar proyectos y a construir planeadores y aviones de ala fija; sin embargo, en 1919 un biplano experimental trimotor diseñado por él se estrelló. Como consecuencia de este accidente, De la Cierva decidió cambiar los diseños de aviones de ala fija por los de alas giratorias.
Sus tres primeros prototipos fracasaron porque los rotores estaban fijos de forma rígida al cubo central. Sin embargo, articulándolos libremente consiguió la suficiente fuerza de sustentación para que la máquina volara. El primer autogiro se elevó aproximadamente 200 m en enero de 1923, y realizó tres vuelos sucesivos, uno de ellos de 4 Km. aproximadamente. Después de diversas investigaciones y mejoras, en 1925 De la Cierva se trasladó a Gran Bretaña para continuar con su trabajo, y allí pronto pudo crear una compañía comercial: la Cierva Autogiro Company. Fundó también otra compañía para el desarrollo del autogiro en Estados Unidos, e hizo demostraciones de su aparato en Francia, Italia y Alemania.
Espero que recopilación de información e imágenes que he preparado os resulten interesantes.
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Resumen Biográfico:
Juan de la Cierva y Codorníu (Murcia, España, 21 de septiembre de 1895 - Croydon, Inglaterra, 9 de diciembre de 1936), Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y aviador español, inventor del autogiro, aparato precursor del actual helicóptero.
Hijo del abogado criminalista, político y empresario Juan de la Cierva y Peñafiel, que llegó a ser Ministro en varias ocasiones y alcalde de Murcia, desde su infancia destacó su interés por el mundo de la aviación, y junto a su amigo Tomás de Martín-Barbadillo, construyó pequeños modelos capaces de volar.
Barcala, Cierva y Díaz con Cangrejo Rojo
Los primeros vuelos de un sueño
Desde su infancia mostró gran interés por la entonces naciente aeronáutica, especialmente desde que quedase fascinado ante la explicación de por qué volaba un avión, ofrecida en Murcia por su abuelo, el Ingeniero de Montes Ricardo Codorníu, y la contemplación de las espectaculares exhibiciones aéreas realizadas por el piloto francés Julien Mamet en Madrid y Barcelona.
En 1904 se trasladaba con su familia a Madrid, debido a las obligaciones políticas del padre. En la capital de España atesoró a sus leales amigos de la infancia José Barcala, Tomás Martín Barbadillo y Pablo Díaz, con los que ejecutó sus primeros y precoces pinitos en el universo aeronáutico.
Autogiro G-1
Juan de la Cierva, que desde su infancia mostraba una seriedad impropia de su edad y una sobresaliente habilidad para la fabricación de todo objeto volador, se aventuró en 1910 y en compañía de sus amigos en la ardua tarea de construir aeroplanos lo suficientemente grandes como para poder volar en ellos.
A escondidas de sus padres y en una pequeña carpintería de la madrileña calle Velázquez, construyeron a base de maderas, telas y cuerdas de piano, un aeroplano con motor de tamaño natural, al que bautizaron con el nombre de Cangrejo Rojo.
Esta máquina nacida de las manos de unos adolescentes e ideada por la excepcional mente de un joven Juan de la Cierva, fue uno de los primeros aeroplanos españoles que lograron volar. A partir de esta hazaña el genio no dejará de forjarse, realizando proyectos y construyendo aeroplanos y aviones de ala fija.
De la Cierva con su autogiro
Realizó estudios universitarios en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, profesión que no llegó a ejercer pero que le procuró la base físico-matemática necesaria para el desarrollo de su obra. En esta época el ingeniero continuaba con sus estudios autodidácticos de aeronáutica, siguiendo los trabajos de F.W. Lanchester y N. Jonkowski, al tiempo que constituía una sociedad industrial de construcciones aeronáuticas: la B.C.D., con la B de Barcala, la C de Cierva y la D de Díaz. Esta empresa fue una de las sociedades pioneras en la construcción de aeroplanos de España.
De la Cierva y Alfonso XIII
El despegue hacia la gloria del Autogiro de la Cierva
En 1918 Juan de la Cierva, en solitario, proyecta y hace volar el primer biplano trimotor construido en España, pero en su presentación oficial en el madrileño aeródromo de Cuatro Vientos una impericia del piloto acaba por estrellarlo.
Como consecuencia de este accidente Juan de la Cierva se afana en la búsqueda de una aeronave más segura que los aviones, rumiando la obra que lo consagraría en el olimpo de los grandes inventores de la historia.
Se trataba del diseño y construcción de una máquina voladora capaz de despegar y aterrizar en vertical y que no se viese afectada por la ausencia de velocidad, se trataba del célebre Autogiro de Juan de la Cierva, el flamante antecesor del Helicóptero.
Un año después del accidente de Cuatro Vientos, La Cierva finalizó sus estudios universitarios, entró en política como Diputado por Murcia y contrajo matrimonio con la joven santanderina María Luisa Gómez Acebo.
Juan de la Cierva comienza a reflejar en papel las primeras ideas referentes a la construcción de esa máquina más segura que los aviones. Sus primeros tres prototipos fracasaron porque los rotores (conjunto de alas giratorias) estaban fijos de forma rígida al cubo central, sin embargo, articulándolos libremente consiguió la suficiente fuerza de sustentación para que la máquina volara. El nombre dado a la nueva aeronave de palas giratorias fue Autogiróptero, pero Cierva pronto lo redujo a Autogiro.
Tras varios años de fracasos, el 10 de enero de 1923 el aeródromo de Getafe fue testigo de la elevación a 200 metros del suelo del primer autogiro, que en menos de un año realiza el trayecto desde Cuatro Vientos a Getafe, aterrizando con total normalidad y elegancia. Juan de la Cierva describió la sensación de volar en su aparato con la frase 'El tapiz de Aladino'.
La máquina se sometió a diversas mejoras y pruebas, dándose la circunstancia de que por aquel entontes Juan de la Cierva obtuvo el título de piloto aviador de primera clase, realizando personalmente varias de las pruebas.
Autogiro G-16
Reconocimiento internacional para el padre del Autogiro
En 1925 se traslada a Londres a instancias del Ministerio del Aire de Gran Bretaña y allí crea la compañía comercial: The Cierva Autogiro Company. Más tarde fundaría en Estados Unidos The Pitcarm-Cierva Autogiro Company of America, para el desarrollo del Autogiro en este país. La Cierva había conseguido 'el sueño americano' y su invento se construiría en serie en Estados Unidos. No obstante, Juan de la Cierva siempre inscribió sus patentes en España.
Realizó demostraciones en Francia, Alemania e Italia y en 1929 protagonizó uno de los grandes hitos en la historia de la aviación, realizando la travesía del Canal de la Mancha a bordo de su aeronave de alas giratorias.
Juan de la Cierva alcanzaba celebridad internacional como científico e inventor genial. Su esfuerzo y talento se vieron recompensados con los más prestigiosos galardones, condecoraciones y títulos, dentro y fuera de las fronteras de su país.
En España fue nombrado Ingeniero Aeronáutico Honoris Causa y recibió el Premio de la Fundación Duque de Alba de la Academia de Ciencias, entre muchos otros reconocimientos.
En el marco internacional, la lista de distinciones es interminable, destacando el Trofeo Collier, otorgado por la National Association Aeronautic de Estados Unidos y la Medalla de Oro Guggenheim 'por la mayor contribución de la época a la seguridad del vuelo en aeroplano', que recibió en la Exposición Internacional de Chicago de 1932, ante la presencia de diez mil ingenieros.
En 1934 el autogiro de Juan de la Cierva acompañaba al vicealmirante R.E. Bird en su expedición al polo sur, y en 1935, por primera vez en la historia, un aeroplano de alas giratorias aterrizaba y despegaba a diario en la azotea del edificio del Post Office Building Filadelfia Administration, con la consiguiente mejora respecto al transporte del correo terrestre.
Entre los múltiples elogios cosechados por el Autogiro de Juan de la Cierva, se encuentra el vertido por Thomas A. Edison en 1930: 'El autogiro constituye, después del primer vuelo de los hermanos Wright, el mayor progreso aeronáutico alcanzado por el hombre'
Autogiro en la Casablanca
Autogiro en Nueva York
La gran aportación de Juan de la Cierva a la aviación mundial
En 1932 ya se habían construido 120 autogiros que habían recorrido cuatro millones de kilómetros en treinta mil horas de vuelo.
La Guerra Civil Española sorprendió a Juan de la Cierva en Inglaterra, desde donde participó contratando el famoso avión 'Dragón Rapide' para los militares alzados.
El 9 de Diciembre de 1936 Juan de la Cierva fallecía, paradójica y tristemente, en el Aeropuerto de Croydon, cuando el avión comercial en el que viajaba con destino a Amsterdam se estrellaba en el momento del despegue. De la Cierva encontraba una muerte precoz en lo que tanto había luchado por evitar: un accidente aéreo.
El legado de Juan de la Cierva a la historia de la aviación es extraordinario. Sus patentes y avances aeronáuticos de su rotor giratorio articulado libremente (Autogiro) se han reconocido universalmente como la contribución fundamental para el despegue y vuelo de un aparato que nadie lograba hacer volar: el helicóptero.
El primer vuelo del autogiro fue seguido con gran expectación, como muestra una de las múltiples portadas de las revistas de esa época.
El autogiro de Juan de la Cierva estrellado en Barcelona. El accidente ocurrió porque golpeó las palas con los cables del tranvía.
El autogiro
El autogiro es una aeronave de ala rotativa, es decir, vuela como los aviones pero su ala es un rotor que gira por la acción del viento relativo que lo atraviesa de abajo hacia arriba. Por ello podemos considerarlo un híbrido entre el aeroplano y el helicóptero: Al igual que el aeroplano, su propulsión se realiza mediante una hélice, pero en lugar de alas, tiene un rotor como el helicóptero. Este rotor no está conectado al motor de la aeronave, por lo que gira libremente, «autogira», impulsado por el aire, generando así fuerza de sustentación. En el helicóptero, por el contrario, la propulsión y la sustentación se producen en el rotor que sí está impulsado por el motor.
El autogiro fue inventado por el ingeniero español Juan de la Cierva, quien desarrolló el rotor articulado que más tarde usaría Igor Sikorsky en sus helicópteros, pagando incluso la patente y los derechos de utilización al inventor. En su primer vuelo, el autogiro logró recorrer 200 metros en 1923 y más tarde, realizó el primer viaje entre aeródromos desde Getafe a Cuatro Vientos en 1924. Hay que destacar que De la Cierva nunca se interesó por los helicópteros, a los que consideraba demasiado complicados para volar y proclives a los accidentes.
ELA 07, un autogiro moderno fabricado por la empresa española ELA Aviación.
Los primeros modelos de autogiros de De la Cierva disponían de unas pequeñas alas que hacían la función de alerones para controlar el alabeo. Posteriormente su inventor introdujo una articulación en la cabeza del rotor y le aplicó «mando directo» haciendo innecesarias las citadas alas. Así mismo en los modelos más avanzados se podría transmitir fuerza del motor al rotor por medio de un prelanzador, acortando así la carrera de despegue, hasta llegar al «despegue de salto», prácticamente vertical. El primer prelanzador fue diseñado por Heraclio Alfaro Fournier. Un perfeccionamiento posterior fue el llamado 'rotor autodinámico', introduciendo un ángulo respecto a la vertical en la articulación de arrastre, sistema que mantenía las palas del rotor en «paso fino» hasta que -alcanzada un cierta velocidad- se desembragaba el motor, momento en el que las palas se desplazaban en arrastre aumentando bruscamente su ángulo de ataque, y generando así la sustentación necesaria para el «despegue de salto».
Autogiro C.19 Mk IV / Avro 620, fabricado en 1932. En exposición en el Aeropuerto de Cuatro Vientos (Madrid)
En caso de una parada del motor en vuelo, el autogiro planea y comienza a descender lentamente; cuanto más rápido lo haga, tanto más rápido giran las palas del rotor, almacenando energía y proporcionando mayor sustentación. También en un helicóptero se puede recurrir a la autorrotación para tomar tierra sin motor, pero el piloto tiene que actuar sobre el paso colectivo y colocar el rotor en régimen de autorrotación. En cambio, un autogiro vuela siempre en autorrotación.
El autogiro puede conseguir velocidades de vuelo muy lentas, aunque no tiene la posibilidad de detenerse en el aire.
El nacimiento de los helicópteros, propició el declive de los autogiros, hasta su práctica desaparición, aunque en tiempos más recientes ha habido un cierto resurgir entre la aviación deportiva, tanto por iniciativas comerciales como por aficionados que construyen sus propios autogiros.
Es un aparato muy seguro, teniendo solamente un momento crítico: tras el aterrizaje, mientras el rotor aún no se ha detenido, una ráfaga fuerte de viento lo puede volver a elevar.
Autogiro es marca registrada de La Cierva. Por ello se llama Girocóptero (Gyrocopter, en inglés) al aparato, de forma genérica.
El autogiro Juan de la Cierva fue el primer objeto volador tripulado capaz de despegar y aterrizar de un barco.
Juan de la Cierva dedicó esta foto de su autogiro a la tripulación del barco Dédalo.
Premio Nacional de Investigación Juan de la Cierva
Desde el año 2001 el Ministerio de Educación y Ciencia de España otorga los Premios Nacionales de Investigación, y en concreto el dedicado a la transferencia de tecnología, lleva el nombre de Juan de la Cierva.
El objetivo de todos estos premios es el reconocimiento de los méritos de las científicos o investigadores españoles que realizan «una gran labor destacada en campos científicos de relevancia internacional, y que contribuyan al avance de la ciencia, al mejor conocimiento del hombre y su convivencia, a la transferencia de tecnología y al progreso de la Humanidad».
Los galardonados hasta el momento han sido:
- 2001. Agustín Escardino Benlloch transferencia de tecnología desarrollada en estrecha colaboración entre el sistema público de investigación y la industria cerámica.
- 2003. Antonio Luque López energía fotovoltaica, tecnologías de fabricación de células solares, a la aplicación de las energías renovables
- 2005. Ignacio Fernández de Lucio I+D
Además de este Premio, en el 2004 el Ministerio de Educación y Ciencia de España inició un programa de contratación de investigadores doctores bajo el nombre de Programa Juan de la Cierva, gracias al cual, centenares de investigadores españoles y extranjeros desarrollan su actividad.
Autogiro Pitcairn PCA-2, construido en los Estados Unidos bajo licencia de Juan de la Cierva. De la Cierva continuó desarrollando sus diseños, haciendo volar un autogiro a través del Canal de la Mancha en 1928, y desde Inglaterra a España en 1934. Sin embargo, no vivió lo suficiente para ver su autogiro convertido en helicóptero. En 1936 volvió a Gran Bretaña y murió en un vuelo de rutina al estrellarse el avión de pasajeros en que viajaba en el aeropuerto de Croydon, cerca de Londres, en 1936.
Curiosidades
En la ciudad de Getafe (Comunidad de Madrid) existe el Barrio de Juan de la Cierva. Su nombre se puso en honor al famoso ingeniero que trabajó en Getafe.
En 2003, en ese mismo barrio, se inauguró la Estación de Juan de la Cierva de la Línea 12 del Metro de Madrid, en la que se pueden encontrar motivos ornamentales en recuerdo al inventor del autogiro.
Su padre, Juan de la Cierva y Peñafiel fue alcalde de Murcia, y llegó a ser Ministro en cuatro ocasiones, entre 1905 y 1921.
Existe un monumento en su honor en Murcia, su ciudad natal.
Monumento en honor de Juan de la Cierva y Codorníu en Murcia. Su ciudad Natal
Juan de la Cierva, un genio desaprovechado.
Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado este trabajo dedicado al ingeniero Juan de la Cierva, el inventor del autogiro, un personaje trascendente en la aviación.
Fuentes y agradecimientos a: wikipedia, educa.madrid, biografiasyvidas, centros5.pntic.mec y otras de Internet.