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j.luis
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 Museo Sorolla (Madrid)
Este trabajo recopilatorio está dedicado al Museo Sorolla de Madrid. Fue creado a petición de la viuda del pintor Sorolla, Clotilde García del Castillo, quien en el año 1925, dictó testamento donando todos sus bienes al Estado para la fundación de un museo en memoria de su marido. El día 28 de marzo de 1931 se acepta el legado de la viuda del pintor. El Museo, inaugurado en 1932, se ubica en el edificio en el que el pintor tenía su casa y su taller, y que fue obra del arquitecto Enrique María Repullés.
Es el segundo trabajo que tengo el placer de dedicar a Joaquín Sorolla, el otro está dedicado a toda su obra.
Joaquín Sorolla García, único hijo varón del matrimonio, fue el primer director del Museo hasta su fallecimiento en 1948. Además legó nuevos fondos al Estado, los cuales fueron aceptados en el año 1951. La colección se ha ido completando posteriormente con compras. Desde el año 1973 el Museo es estatal y depende del Ministerio de Cultura.
La colección está compuesta además de por numerosas obras del propio Sorolla por un gran numero de objetos que poseyó el autor. Estos objetos se pueden dividir en cuatro categorías: escultura, cerámica, piezas de arqueología (a la que era muy aficionado) y pintura (sobre todo esta última, especialmente obras de pintores amigos suyos).
Espero que la información que he recopilado de este museo os resulte interesante y contribuya en la divulgación de la obra de Joaquín Sorolla, que está albergada en su antigua casa madrileña, que bien merece una visita.
Museo Sorolla, en el nº 37 del Paseo del General Martínez Campos (distrito de Chamberí) de Madrid
Biografía de Joaquín Sorolla
Nace en Valencia en 1863. En la Escuela de Bellas Artes (1878-1881) recibe una formación académica. Empieza a pintar al aire libre animado por uno de sus profesores, Gonzalo Salvá, y después por el pintor Ignacio Pinazo Camarlench. En 1884 obtiene una segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y obtiene una pensión en Italia de la Diputación Provincial de Valencia. En 1885 va a Roma y desde allí a París, donde entra en contacto con el naturalismo. De regreso a Roma, comienza a viajar por distintas ciudades italianas, tomando pequeñas notas de color. En 1887 se instala en Asís y allí empieza a hacer escenas de ambiente valenciano bajo la influencia de José Benlliure y Gil. Es el inicio de su costumbrismo, que repercutirá en gran medida en su futura obra.
En 1888 contrae matrimonio con Clotilde García del Castillo.
Joaquín Sorolla en 1908, fotografía de Gertrude Käsebier
Consolidación
En 1889 vuelve a París para ver la Exposición Universal: allí descubre a los pintores nórdicos y su peculiar tratamiento de la luz, en el que él basará su propia versión del luminismo: se abre su etapa de consolidación. Su paleta va cobrando nuevos matices en su esfuerzo por plasmar la luz. Surgen nuevas temáticas, como el costumbrismo marinero, el que trata de las gentes del mar, o el realismo social, demandado en los certámenes oficiales. Con el primero conseguirá su primer éxito internacional con La vuelta de la pesca en 1895, con el segundo varias medallas en la Nacionales de 1892, 1895 y 1901, en esta última con una Medalla de Honor.
En 1890 nace su primera hija, María Clotilde; en 1892, su único hijo varón, Joaquín; y en 1895, Elena, su tercera hija.
Autorretrato (1909)
Culminación
En 1900 obtiene el Grand Prix de los pabellones español y lusitano en la Exposición Universal de París. Se inicia su etapa de culminación, la del Sorolla más brillante, cuyas grandes dotes perceptivas y veloz ejecución producen sus mejores obras, donde la luz es el interés dominante. Sus constantes desplazamientos a París le hacen conocer las distintas vanguardias, que experimenta en sus obras. Surgen los "ismos" en su pintura, siempre a modo de experimentación en su búsqueda por captar la luz. Hace retratos que le producen grandes ingresos, y se interesa por el paisaje, viajando por distintas regiones españolas para recoger sus distintas matizaciones. Sigue cultivando su costumbrismo marinero, del que derivan desde 1904 sus temas de playa, lo más reconocido de su producción, e inicia a partir de 1907 sus estudios de jardines, fundamentalmente en Andalucía.
Desnudo de mujer. Óleo sobre lienzo, 106 x 186 cm. 1902. Colección particular. Fue pintado por Sorolla durante su etapa de culminación.
En este periodo expone individualmente en varias ciudades de Europa y de Estados Unidos: en 1906 en París, al año siguiente en Berlín, Düsseldorf y Colonia; en 1908 en Londres y un año más tarde en Nueva York, Buffalo y Boston. Concluyen estas exposiciones en Chicago y Saint-Louis el año 1911, con un gran éxito en París y clamoroso en Nueva York.
Museo Sorolla, una vista de la amplia sala que utilizaba el artista de taller
Últimos años
En 1911 Sorolla firma un contrato con The Hispanic Society of America de Nueva York por el que se compromete a hacer una gran decoración sobre Las Provincias de España, más conocida últimamente como Su visión de España. El pintor se enfrenta a un proyecto mural de proporciones gigantescas. Son casi ocho años de viajar constantemente por todo el país, buscando lo más peculiar de su indumentaria y de sus costumbres. En los descansos que hace de esa decoración, Sorolla pinta de forma más sintética, eliminando lo accesorio para enfrentarse con lo fundamental, buscando nuevos caminos para interpretar la luz.
En 1920 sufre un ataque de hemiplejía que lo deja invalidado del lado izquierdo. Su familia intenta revivirlo pero el pintor va languideciendo hasta el 10 de agosto de 1923, fecha en que fallece en Cercedilla (Madrid).
Retrato de Clotilde en el Museo Sorolla de Madrid
Estancias del Museo Sorolla de Madrid
Estudio de Sorolla. Casa-Museo Sorolla de Madrid
Museo Sorolla, vista de los jardines
Algunas obras del Museo Sorolla
Pintura
AUTORRETRATO. Pintado en 1904. Nos presenta su figura de forma poco ortodoxa: en formato apaisado, tan querido por el pintor para los retratos de amigos y familiares, y la figura en escorzo y nada académica, intentando romper moldes establecidos. Su admiración por Velázquez queda reflejada en el escenario, muy relacionado con Las meninas.
Sorolla pintó hasta quince autorretratos de los que ocho se conservan en el Museo Sorolla de Madrid. Este lo realizó cuando apenas había entrado en los cuarenta y en su segura pose ,confiada y firme parece querer dejar claro el excelente momento de madurez y éxito profesional por el que atravesaba en aquellos momentos.
MARINA. Firmado en 1880, en los inicios de su carrera artística. No ha terminado todavía su formación académica y Sorolla se muestra como un pintor realista, muy influenciado por unos pintores de marinas valencianos, Rafael Moleón entre ellos. Todavía no ha definido su estilo y constatamos grandes preocupaciones lumínicas, que con el tiempo le caracterizarán.
MORO CON NARANJAS. En 1885 Sorolla es pensionado en Italia por la Diputación Provincial de Valencia. En un primer momento sufre la influencia de Mariano Fortuny, que aunque ha fallecido hace más de diez años sigue latente en el mundo romano. Aquí nos plantea un tema orientalista, tan queridos por el pintor de Reus y sus seguidores, caracoleando las líneas de su composición.
LOS GUITARRISTAS, COSTUMBRES VALENCIANAS. Fechado en 1889 y pintado seguramente en Valencia. Desde sus últimos años de estancia en Italia Sorolla se inclina hacia escenas costumbristas valencianas, por influencia del pintor José Benlliure y Gil. Ese costumbrismo lo desarrolla en su etapa de consolidación, buscando unas ventas fáciles. Sigue siendo un pintor realista.
LA FUENTE, BUÑOL. Realizado entre 1890 y 1895 en Buñol, un pueblecito del interior de la provincia de Valencia. Sigue desarrollando Sorolla su costumbrismo valenciano en este lienzo, en el que podemos apreciar como comienza a interesarse por la luz, que es la gran protagonista del cuadro, preocupación que domina toda su etapa de consolidación.
EL PILLO DE PLAYA. Pintado en Madrid el año 1891, en su estudio de la plaza del Progreso. Si hasta ahora se ha ocupado fundamentalmente de huertanos ahora empieza a interesarse por las gentes del mar, que a partir de 1894 dominarán en su producción, generando el costumbrismo marinero. La tela tiene una gran importancia como punto de partida de esa preocupación.
TRATA DE BLANCAS. Ejecutado en 1894, aunque lo firme un año más tarde. El pintor tiene que acometer algunos temas de realismo social al imponerse esta temática en las grandes certámenes. En realidad lo que hace Sorolla es pintar temas costumbristas a los que proporciona unos títulos enfáticos, en los que radica fundamentalmente la denuncia social.
MADRE. La tela conmemora el nacimiento de su hija menor Elena, que nace en el mes de junio de 1895 en Valencia. Sobre un escenario sucinto a base de grises sitúa los rostros de su mujer, azulada por el esfuerzo del parto, y de su hija, rojizo por la misma razón. El volumen de la tela lo consigue utilizando barnices coloreados, corladuras, que son una excepción en la obra del artista.
UNA INVESTIGACIÓN. Fechado en 1897 y realizado en el laboratorio del doctor Luis Simarro Lacabra, amigo y protector de Sorolla. Un único foco de luz, la lámpara de la izquierda, incide sobre la bata blanca del doctor, que analiza unas pruebas rodeado por su equipo de colaboradores. Éstos prácticamente están iluminados por la reflexión de la luz en la habitación.
CORDELEROS DE JÁVEA. Ejecutado en 1898, aunque esté firmado un año antes. Pertenece a su costumbrismo marinero, aunque esté tratando la manufactura del cordel, y en el mismo podemos apreciar como ha avanzado en el tratamiento de la luz, manchando a retazos de luces y sombras, que anuncian la manera posterior de pintar el artista: su luminismo.
NORIA, JÁVEA. Tras su triunfo apoteósico en París en la primavera de 1900 Sorolla se encierra en Jávea, en la provincia de Alicante. Allí se enfrenta con el paisaje a fondo, que pasa a ser otra de sus temáticas favoritas. Apoyado por el éxito se lanza hacia una pintura mucho más personal en la que sube la intensidad de la paleta, prosiguiendo en su lucha férrea por captar la luz.
MAR Y ROCAS DE SAN ESTEBAN, ASTURIAS. A partir de 1900 Sorolla se interesa por otros escenarios de la geografía nacional donde refleja los distintos matices de su luz. En las primaveras de 1902 a 1904 hace tres campañas en Asturias, reflejando en varias telas su paisaje, como en este caso en que recoge la costa de San Esteban de Pravia. El lienzo está pintado en 1903.
A LA SOMBRA DE LA BARCA, VALENCIA. Sigue insistiendo nuestro pintor en los temas costumbristas marineros entre los años 1903 a 1904, momento al que pertenece este cuadro. En él intenta reflejar las luces de la caída del sol, el ocaso, que son muy apreciadas por el pintor, buscando fuertes contrastes de luz y sombra en una ejecución bastante abocetada.
MIS HIJOS. Firmada en 1904, y contemporánea de su autorretrato, nos presenta en este retrato a sus tres hijos posando en el estudio. Las concomitancias con Velázquez son innegables, nos recuerda de nuevo la composición de Las meninas pero invirtiendo ciento ochenta grados su composición. No es ajena a esta obra la influencia del pintor norteamericano Sargent.
EL NIÑO DE LA BARQUITA. En 1904 el tema de playa se impone en la producción de Sorolla y con él surgen los temas infantiles, que ya había tanteado con anterioridad entremezclados en escenas de pescadores. Continúa con la obsesión de las luces del ocaso, que iluminan bruscamente la composición, y los niños, tripudos, son hijos de pescadores que no estaban muy bien alimentados.
NADADORES, JÁVEA. Jávea marcha por última vez Sorolla el verano de 1905. Se olvida de las industrias de la villa y realiza numerosas composiciones de niños y adolescentes en sus acantilados. La paleta adquiere una intensidad inusitada por los fuertes contrastes de gualdas, ultramares y esmeraldas, que debido a la profundidad de sus aguas son totalmente reales.
INSTANTÁNEA, BIARRITZ. Firmado en el año 1906. Sorolla ha mostrado en París su primera exposición individual y tras su cierre se asienta en Biarritz. El éxito conseguido modifica su pintura, que se serena y baja en intensidad, influido seguramente por el impresionismo francés que debe conocer a fondo durante su estancia parisina. Aparecen los malvas y violetas en su paleta y por primera vez se vuelve elegante, quizá influido por el ambiente refinado de Biarritz.
TORMENTA SOBRE PEÑALARA, SEGOVIA. En el otoño de 1906 hace Sorolla una pequeña campaña por Segovia. Cae una gran nevada y la recoge en este lienzo, que está pintado en los alrededores de Valsaín. El pintor se muestra en este cuadro de forma diferente, utilizando una paleta muy contrastada y abrumadora, que lo acerca al expresionismo, tendencia que ha debido de conocer en París.
SALTANDO A LA COMBA, LA GRANJA. El verano de 1907 transcurre para Sorolla en La Granja de San Ildefonso. Allí descubre los jardines del Real Sitio y se entusiasma con sus rincones, en los que suele introducir figuras, en este caso su hija Elena jugando con una comba. La luz lo inunda todo, produciéndose fuertes contrastes entre sombras y claridades.
PESCADORA CON SU HIJO, VALENCIA. En el verano de 1908, como es habitual en esta época del año, Sorolla pinta en la playa de Valencia. Los temas de playa se confunden con los de costumbrismo marinero. En esta tela vuelve a insistir en las luces del ocaso, que producen fuertes contrastes de luz y sombra, acercándose el pintor nuevamente al expresionismo.
FUENTE DEL ALCÁZAR DE SEVILLA. En el mes de febrero de 1908 descubre los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla. Tal es la impresión que le producen que en su producción comienza a tener una gran relevancia el tema de jardín. Por lo general no busca grandes perspectivas sino pequeños rincones, donde el intimismo cobra una sobresaliente tendencia.
PASEO A ORILLAS DEL MAR. En los primeros meses de 1909 Sorolla expone en Estados Unidos con un éxito absoluto. Los lienzos que realiza durante el verano siguiente muestran la satisfacción del pintor. Son vitalistas, de paleta brillante pero moderada en las luces y muy elegantes. En este caso recoge a su mujer y su hija mayor paseando por la playa, batidas sus indumentarias y accesorios por la brisa del mar, mostrándonos un movimiento contenido que no es frecuente en su obra.
CLOTILDE CON TRAJE DE NOCHE. Al año 1910 corresponden varios retratos de su mujer. El mejor de todos es el que aquí presentamos. Sentada sobre un sillón, tapizado en un damasco fucsia, nos la presenta con un suntuoso traje de noche negro, seguramente parisino, en fuerte actitud, que nos está indicando su carácter. El cutis nacarado se acentúa sobre los negros y fucsias.
BAJO EL TOLDO, PLAYA DE ZARAUZ. En este lienzo recoge Sorolla a sus seres queridos en la playa de Zarauz (Guipúzcoa). Allí pasa parte del verano. De nuevo el pintor se expresa de forma elegante y delicada al mostrarnos a su familia bajo un toldo, que no vemos, en una paleta restringida a blancos y pardos rosáceos, con algunas notas negras que llaman nuestra atención.
FIFTH AVENUE, NUEVA YORK. Sorolla vuelve a Estados Unidos en 1911. Desde Hotel Savoy, donde se aloja, capta algunos rincones de Central Park y de las calles aledañas. Son notas muy breves, prácticamente fauvistas, en las que prescinde del dibujo y sólo se expresa con la mancha. Todas ellas están realizadas al gouache y pintadas en los primeros meses de ese año 1911.
LA SIESTA. En el verano de 1911 Sorolla se instala en San Sebastián, donde realiza fundamentalmente paisaje en la finca del doctor Madinaveitia. En esa finca se realiza este lienzo, que recoge a su mujer, a sus dos hijas y a una prima hermana de éstas. Las cuatro están tumbadas sobre una mullida pradera, ejecutada a base de fuertes y poco empastados brochazos, frente a densas masas de pigmento que quieren resaltar las partes más importantes de la composición.
TIPOS DEL RONCAL. El 26 de noviembre de 1911 firma Sorolla un contrato con The Hispanic Society of America para realizar una gran decoración sobre Las Provincias de España. A partir de la primavera de 1912 se lanza a la ejecución de grandes estudios de tipos populares, muy realistas, porque son obras preparatorias para la ejecución de los distintos paneles.
PESCADORAS VALENCIANAS. En el mes de junio de 1915 descansa por primera vez de la decoración de The Hispanic Society. Se instala en Valencia y vuelve a reflejar en sus lienzos escenas de costumbrismo marinero. Su forma de ejecutar sufre transformaciones, las figuras son monumentales, quizá por influencia de esa decoración, y las luces se dulcifican, a pesar de estar captada la composición a la caída de la tarde.
LA BATA ROSA. En un nuevo descanso de la decoración de The Hispanic Society, durante el verano de 1916, Sorolla se retira a Valencia y ejecuta sus últimas composiciones de temas de playa y costumbrismo marinero. Siguen estando presentes las figuras monumentales, pero el tratamiento de la luz se complica en este lienzo, al utilizar cuatro focos diferentes; a los lados, matizados por telas blancas, y a través de cañizos; en la parte superior (que no vemos) y los del fondo del lienzo.
ROMPEOLAS, SAN SEBASTIÁN. Los veranos de 1917 y 1918 Sorolla pinta en San Sebastián. Se interesa por el paisaje marítimo y uno de sus lugares preferidos en el denominado Rompeolas, que recoge en numerosos lienzos. Aquí nos lo presenta ese espacio bajo los efectos de una tormenta, a través de una paleta nada habitual en el pintor, en la que predominan los grises y los malvas.
JOAQUÍN SOROLLA Y GARCÍA SENTADO. Pintado hacia el año 1917 y, como en los jardines, con una tendencia a esquematizar las formas. Retrato elegante por la postura de su hijo: sólo nos presenta lo esencial, el retratado, sobre un fondo neutro. La paleta se reduce a grises y verdes, color de la gabardina, que contrasta con los guantes, ligeramente amarillentos.
RETRATO DE RAQUEL MELLER. En la misma línea se encuentra este retrato, ejecutado hacia el año 1918. La famosa cupletista se sienta sobre un fondo neutro, en este caso abundan los malvas y los grises, y se ilumina la composición a retazos, como si estuviera en un lugar ligeramente sombreado. La mancha amarillenta de la pamela y la cinta negra que la sujeta a la cabeza enmarca su rostro y continúa hacia la parte inferior, llamando poderosamente la atención del observador.
HELENA EN LA CALA DE SAN VICENTE, MALLORCA. Concluida la decoración de la Sociedad Hispánica Sorolla se retira a descansar en Valencia. En el mes de agosto se traslada a Pollensa (Mallorca), instalándose en la Cala de San Vicente. Recogerá dicha cala en distintas versiones, en las que predomina su obsesión por la luz, fuerte y refulgente. La figura que nos presenta en primer término corresponde a su hija Elena.
RETRATO DE LA SEÑORA DE PÉREZ DE AYALA. Pintando este retrato en el jardín de su casa, Sorolla sufre un ataque de hemiplejía que le deja invalidado para los pinceles. Ocurrió un 17 de junio de 1920. Por ello la obra está sin concluir, ya que el artista no puede volver a pintar. El marido de esta señora, Ramón Pérez de Ayala, nos ha dejado testimonio escrito de este hecho.
El grutesco, Alcázar de Sevilla. 1908. Museo Sorolla de Madrid. En el mes de febrero de 1908 descubre los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla. Tal es la impresión que le producen que en su producción comienza a tener una gran relevancia el tema de jardín. Por lo general no busca grandes perspectivas sino pequeños rincones, donde el intimismo cobra una sobresaliente tendencia.
ALBERCA DEL ALCÁZAR DE SEVILLA. En la Semana Santa de 1918 Sorolla acude a Sevilla. Allí pintará las últimas versiones de las jardines de los Reales Alcázares. Siguiendo la tendencia a esquematizar formas, en esta tela nos presenta un arco enjalbegado que se refleja en un estanque. La mancha roja de un geranio proporciona la profundidad del lienzo, al conducirnos hacia su fondo.
EL PATIO DE COMARES, LA ALHAMBRA DE GRANADA. En el mes de febrero de 1917 Sorolla pinta por última vez en Granada. Su pintura se hace mucho más sintética, sólo representa lo imprescindible y en muchas ocasiones como envuelto en vapor de agua, que provoca una desvalorización de los contornos. Sigue investigando en nuevas fórmulas en el tratamiento de la luz.
JARDÍN DE LA CASA SOROLLA. Es la última versión que realiza del jardín que hace plantar alrededor de su casa. Debe situarse hacia el mes de junio de 1920. Intenta el pintor desvalorizar los contornos como ya había hecho en los últimos jardines de Granada y Sevilla. Corresponde el lugar recogido al paso del segundo al tercer jardín del Museo Sorolla.
JARDÍN DE LA CASA SOROLLA. A finales de 1911 Sorolla acomete la plantación del jardín de su casa en Madrid. No la concluirá hasta 1918. En distintos lienzos, todos ellos sin fechar, podemos comprobar cómo va creciendo la vegetación. El que aquí presentamos debe estar pintado entre los años 1918 y 1919 y nos presenta una panorámica desde el tercer jardín hacia el segundo, destacando en primer término La Fuente de las Confidencias.
CONTINÚA MÁS ABAJO...
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No debemos dejar que la Cultura muera, si muere el Arte, muere nuestra parte humana...
Los actos de hoy, marcarán nuestra era, sino...
¿Qué dejaremos para el que venga mañana?
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última edición por j.luis el Martes, 06 Octubre 2015, 14:47; editado 5 veces |
#1 Viernes, 05 Marzo 2010, 16:25 |
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j.luis
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 Re: Museo Sorolla (Madrid)
... CONTINUACIÓN
Estudio de Sorolla. Casa-Museo Sorolla de Madrid
El baño del caballo es una obra de Joaquín Sororolla y Bastida pintada al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 205 x 250 cm. Según la firma está datado en el año 1909 y actualmente se conserva en el Museo Sorolla de Madrid.
También conocido como "El caballo blanco", es sin duda uno de sus trabajos más reconocidos y se engloba dentro de la serie de pinturas de playa que el pintor realizó en El Cabañal de Valencia a su vuelta de los Estados Unidos.
Otra Margarita, 1892, óleo sobre lienzo, 130 x 200 cm. Museo Sorolla. Interior del vagón de un tren. Margarita, con la cabeza baja, está sentada entre dos guardias civiles, con sus fusiles entre las piernas. Detrás, otras figuras contemplan a la mujer. Por las ventanillas del tren, cielo cubierto de nubes.
Una pareja de la guardia civil custodia a una joven cabizbaja y compungida que viaja en un vagón de tren. La han arrestado por haber matado a su bebé, para tratar de ocultar sus amores ilegítimos. La Margarita del título es la víctima inocente del “Fausto” de Goethe, que tras ser seducida y abandonada por el protagonista, enloquece, ahoga a su bebé y acaba sus días en la cárcel (http://goo.gl/AooHYd). Esta fue la primera gran obra de temática social de Sorolla y en ella critica la hipocresía de la gente, igual que había hecho Goethe, que hace la vista gorda ante los deslices pero condena las consecuencias.
Sorolla se inspiró en una escena similar que había presenciado en el tren, viajando de Valencia a Madrid. La escena original debía parecerse más a este primer boceto:
Pero para darle más patetismo, el artista prefirió aislar a los tres personajes en un vagón, sin otros viajeros alrededor. La perspectiva, marcada por el banco, es un recurso magnífico, ya que separa a la mujer de sus dos vigilantes, remarcando el ostracismo social al que ahora está condenada. Por otro lado, la luz del sol que entra por las ventanas acentúa la sensación de encierro y falta de libertad, simbolizando esa vida que transcurre fuera y que esta chica no podrá seguir disfrutando.
Retrato de Benito Pérez Galdós es un retrato al óleo, pintado en 1894 por el pintor postimpresionista español Joaquín Sorolla.1 Representa al escritor español Benito Pérez Galdós a sus 51 años de edad.
Capilla de la finca de Láchar, Granada (1917). Óleo sobre lienzo, 64 x 95 cm. Museo Sorolla, Madrid.
Calle de Granada. 1910. Museo Sorolla de Madrid
La alberca, Alcázar de Sevilla. Museo Sorolla de Madrid
Jardín de Carlos V en el Alcázar de Sevilla. 1908. Museo Sorolla de Madrid
Antiguo jardín del Alcázar de Sevilla 1910. Óleo sobre lienzo. 81.5 x 105 cm. Museo Sorolla. Madrid
Castillo de la Mota, Medina del Campo, c. 1929. Museo Sorolla de Madrid
Cercanías de Jaca, c. 1929. Museo Sorolla de Madrid
Malvarrosa, Valencia, c. 1890. Museo Sorolla de Madrid
Tipos de la Mancha. 1912. Museo Sorolla de Madrid
Segadora de Asturias. 1903. Museo sorolla de Madrid
Bajo el toldo, playa de Zarauz, Museo Sorolla, Madrid,
Pasajes. Óleo sobre lienzo. 72 x 51 cm. Museo Sorolla. Madrid
Fuente y rosal de la Casa Sorolla. 1918. Museo Sorolla de Madrid
Monte Ullía, San Sebastián. Museo Sorolla de Madrid
La Salute, Venecia, c. 1897. Museo Sorolla de Madrid
Boulevard en París, J. Sorolla, 1885 (en su primer viaje a París). Museo Sorolla de Madrid
El Puente Viejo de Ávila. 1910. Museo Sorolla de Madrid
Vista de Ávila. Museo Sorolla de Madrid
Puente de Alcántara (Toledo). 1906. Museo Sorolla de Madrid
Vista del Tajo, Toledo, 1912. Museo Sorolla de Madrid
Las Covachuelas, Toledo. Museo Sorolla de Madrid
La Casa de Victor Hugo en Pasajes, 1904. Museo Sorolla de Madrid
Puente del Real, Valencia. 1908. Museo Sorolla de Madrid
Torre de las Infantas, La Alhambra. 1910. Museo Sorolla de Madrid
Viñas de Jerez. Óleo sobre lienzo. 53.5 x 92.5 cm. Museo Sorolla. Madrid
Museo Sorolla, vista del estudio en la planta baja
Busto de Joaquín Sorolla, por Mariano Benlluire. En el Museo se concentra la mayoría de los objetos que Sorolla reunió en vida. Predomina la obra del artista, pintura y dibujo, que es la colección más amplia y representativa que se conserva. Proviene de las donaciones que su mujer y sus hijos entregaron al Estado Español para crear el Museo, y resulta acrecentada en 1951 con la entrega de todos sus bienes por parte del hijo varón de Sorolla, don Joaquín Sorolla García. Desde 1982 ha sido incrementada con adquisiciones efectuadas por el Estado Español para completar la colección.
El autor de este trabajo posando ante el gran lienzo "El baño del caballo" de 1909
Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustao el trabajo recopilatorio dedicado al Museo Sorolla de Madrid. Fue creado su viuda quien donó todos sus bienes al Estado para la fundación de un museo en memoria de su marido, se ubica en el edificio en el que el pintor tenía su casa y su taller.
Su web: http://museosorolla.mcu.es/
Fuentes y agradecimientos: museosorolla.mcu.es, pintura.aut.org, es.wikipedia.org, museodelprado.es, artedemadrid.wordpress.com, elcuadrodeldia.com, propias y otras de Internet.
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última edición por j.luis el Martes, 06 Octubre 2015, 15:18; editado 5 veces |
#2 Viernes, 05 Marzo 2010, 16:28 |
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j.luis
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 Re: Museo Sorolla (Madrid)
Museo Sorolla, entrada. Paseo del General Martínez Campo, 37 (distrito de Chamberí) de Madrid
Hace unos días estuve visitando el Museo-casa de Sorolla, es un museo que nunca antes había visitado y debo decir de que me ha encantado. Todos conocemos la grandiosidad como artista de Joaquín Sorolla y lo que representa, sin duda unos de los pintores más relevantes que ha dado nuestro país.
La visita fue realizada un Domingo gris de Febrero, a primera hora de la mañana y debo de decir que en su primera hoara apenas había visitantes, es más había más vigilantes que público, así que me dio tiempo a verlo con detenimiento y sacar unas cuantas fotos, eso sí sin flash, así que no han salido muy favorecidas, pero considero que al menos algunas merecen publicarse, por lo que espero que si alguien las ve, las sepa disculpar.
La casa de Sorolla es un antiguo palacete del siglo XIX, situado cerca de la Castellana. Desde el exterior se ve una alta valla, con una cancela, una vez que entras te encuentras con un amplio jardín en forma de L, donde se puede pasear y ver algunas estatuas y fuentes. Desde el jardín se accede al museo, donde hay varias salas, en dos alturas. La sala que más me gusto fue la sala III, el taller del artista, pues además de amplia y alta, está muy iluminada con grandes ventanales que Sorolla diseño para conseguir la mejor luz natural, donde podemos ver en un rincón su despacho, en otro lugar está alojada su pequeña biblioteca, en otra esquina su taller donde guardaba sus pinturas, pinceles y demás utensilios. A lo largo de las paredes del estudio están colgados a distintas alturas gran cantidad de cuadros de Sorolla la mayoría, acompañado de algunos otros de sus amigos pintores de la época, también hay expuestas algunas esculturas y cerámicas de gran calidad.
El museo se crea por disposición testamentaria de la viuda de Sorolla, Clotilde García, en el año 1925. El estado español aceptó el legado en 1931. Se inauguró oficialmente el 11 de Junio de 1932. Fue su primer director el único hijo barón de Sorolla, Joaquín Sorolla García, que al fallecer en 1948 incrementó la colección donando todos sus bienes.
El actual edificio del museo se construyó en 1911, sobre planos del arquitecto Repullés y Vargas. El pintor intervino directamente en su organización, separando la vivienda familiar de la zona de trabajo, compuesta por tres estudios encadenados y modificando el diseño de la fachada.
La colección Sorolla es un ejemplo excepcional de casa museo, pues no sólo conserva casi intacto el ambiente original de la vivienda y taller de Joaquín Sorolla Bastida (1863-1923), sino que custodia la más rica colección de obras del pintor valenciano.
La colección fundamental está compuesta por pinturas y dibujos de Sorolla, pero también muestra las colecciones del pintor: algunas esculturas, antiguas y modernas, mobiliario, orfebrería, textiles, metalistería y sobre todo una buena colección de cerámica española.
La estancia al museo conduce a tres estudios encadenados que era la zona de trabajo del pintor. La sala I presenta una introducción a la pintura y biografía de Sorolla. La sala II, despacho y sala de exposición en vida del pintor, reune escenas de playa, que en su temática más representativa. La sala III, era su lugar de trabajo habitual. Sorolla pintó numerosas retratos, de los que se exponen algunos como, junto con jardines, notas de color, tres escenas de playa: destaca el "Paseo a orillas del mar" de 1909. Las salas conservan todo el mobiliario y objetos con los que Sorolla las adornó.
En la planta principal se puede visitar la zona social de la casa, con un amplio Salón, un comedor y una pequeña salita antecomedor, ejemplo de las casas burguesas de la época, con la propia decoración que en su día dio el pintor valenciano.
Se continúa el recorrido en la planta segunda, con otras cuatro salas, donde se exponen en orden crnológico otras obras características de Sorolla -como El baño del caballo, La Bata rosa o numerosas escenas regionales- que conserva su museo.
El jardín también es una creación de Sorolla, que se inspiró en los Reales Alcázares de Sevilla y el Generalife de Granada, con algunos detalles italianos. Joaquín Sorolla hizo traer de los arrayanes de la Alhambra granadina y plantó él mismo algunos de los árboles. Debo de decir que el jardín lucía un poco descuidado, supongo que por ser invierno no era la mejor estación para contemplarlo.
A continuación pongo algunas fotos:
Posando ante el lienzo de La Bata rosa una de sus últimas composiciones de temas de playa y costumbrismo marinero que Sorolla pintó en Valencia en el el verano de 1916.
Museo Sorolla, detalle del cuadro 'El baño del caballo' en una sala del Museo Sorolla
Museo Sorolla, detalle de la sala proncipal que el artista utilizaba de taller
Jardines del Museo Sorolla
Museo Sorolla, estatua del artista en en el jardín, esculpida por por Mariano Benlliure.
Posando ante el emotivo lienzo de Sorolla: "Trata de blancas" de 1885
Pues esto es todo, si alguien ve este trabajo, espero que le guste, yo al menos he disfrutado haciéndolo, pues está dedicado a uno de mis pintores favoritos.
Nota: este tema lo recuperado parcialmente por que las fotos subidas con el servidor imageshack las ha borrado, y como no tenía el archivo digital, algunas las he escaneado y otras las agregado de internet.
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Los actos de hoy, marcarán nuestra era, sino...
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última edición por j.luis el Martes, 06 Octubre 2015, 10:39; editado 1 vez |
#3 Viernes, 05 Marzo 2010, 16:31 |
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xerbar
Administrador

Ingresado: Septiembre 2005
Mensajes: 18618
Edad: 45 Ubicación:  Jerez de la Frontera
Usuario #: 2
Nombre Real: Manuel Jesús
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 Re: Museo Sorolla (Madrid)
Gracias J.Luis por este trabajo de este gran museo dedicado a Sorolla.
Un Saludo.
___________________________ Antes que nada lee las NORMAS del foro.
Los mensajes deben de ser con respeto y educación hacia todos los usuarios.
Xerbar Administrador del Foro.
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#4 Viernes, 05 Marzo 2010, 21:19 |
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j.luis
Moderador

Ingresado: Diciembre 2005
Mensajes: 24230
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 Re: Museo Sorolla (Madrid)
La verdad es qué afortunadamente en Madrid hay grandes museos y los pequeñitos -como este de Sorolla-, no son muy visitados ni conocidos. Concretamente yo tampoco lo conocía hasta ahora. Asignatura pendiente que ya he aprobado.
Para la gente que disponga de tiempo y le guste el arte, éste es muy agradable de conocer, pues te trasladas un siglo atrás y ves como vivía y trabajaba un gran artista como fue Joaquín Sorolla.
Saludos.
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#5 Viernes, 05 Marzo 2010, 22:47 |
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j.luis
Moderador

Ingresado: Diciembre 2005
Mensajes: 24230
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 Re: Museo Sorolla (Madrid)
El Museo Sorolla incluye un nuevo lienzo sobre Toledo en su colección
'Sombra del Puente de Alcántara' es una de las obras depositadas de manera temporal por un coleccionista estadounidense. La pintura es de 1906 y se expone hasta enero del próximo año
El lienzo Sombra del Puente de Alcántara se expone desde esta semana en el Museo Sorolla de Madrid.
El Museo Sorolla expone estas semanas de manera temporal una nueva adquisición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, junto a cinco depósitos de coleccionistas particulares. Toledo vuelve a ser protagonista de la actualidad museística ya que una de las obras depositadas en el museo madrileño recoge las sombras proyectadas por el Puente de Alcántara sobre el río Tajo.
El lienzo, rubricado por Joaquín Sorolla y Bastida en 1906, lleva acuñado el título Sombras del Puente de Alcántara. Toledo y se expone junto a otras cuatro cesiones temporales y al retrato de Don Juan Antonio García del Castillo que el Ministerio ha adquirido por 135.000 euros.
El lienzo de temática toledana, junto a las obras El bote blanco. Jávea y Playa de Valencia, proceden de una colección privada estadounidense y han sido depositados esta semana en el Museo Sorolla después de participar en la exposición ‘Sorolla y Estados Unidos’.
Las pinturas permanecerán en el museo hasta enero de 2016, fecha en que se incorporarán a la exposición ‘Sorolla en París’ que se celebrará sucesivamente en la Kunsthalle de Munich, el Musée des Impressionnismes de Giverny y finalmente en el propio Museo Sorolla de Madrid.
Sombras del Puente de Alcántara. Toledo es un magnífico ejemplo de la táctica con que Sorolla escoge sus encuadres para poner al espectador ante un espectáculo de pura pintura: eliminando el cielo y el horizonte, el lienzo se cubre de largas y rápidas pinceladas cargadas de color que nos hacen disfrutar con el placer mismo de la imagen casi abstracta de luces y reflejos, antes de permitirnos reconocer el motivo representado, la sombra del puente -que no está en la propia imagen- proyectándose en el agua del río que fluye: el objeto representado por su sombra en un medio transparente y en movimiento es una vuelta de tuerca en el proceso que tanto apasionaba a Sorolla: el de convertir los objetos en efectos visuales, informaban en la el portal web del museo.
Sorolla pintó Toledo, sus monumentos y paisajes, incluso en una de sus obras cumbre Visión de España el pintor empleó como escenografía para uno de estos 14 grandes lienzos el ‘skyline’ de la ciudad, junto al de Ávila. Aquí pintó personajes costumbristas de Castilla, con sus trajes tradicionales, como el de lagarterana. La obra fue un encargo de la Hispanic Society de Nueva York para su biblioteca.
Pintor de Toledo. El artista visitó la ciudad en varias ocasiones, incluso acompañado por su esposa. Desplegaba su caballete en cualquier espacio natural para pintar del natural paisajes, callejones y monumentos. De la que se considera la primera vista de Sorolla y su familia a Toledo se conserva una colección de fotografías en el museo madrileño. En una de sus imágenes el pintor aparece con sus pinceles y su paleta de color enfrentándose a un lienzo, hoy en el Meadows Museum de Dallas, El ciego de Toledo.
El Puente de San Martín, Las Covachuelas, la panorámica de la ciudad o el Puente de Alcántara, fueron algunas de las imágenes que Sorolla plasmó en óleo sobre lienzo, como Una calle de Toledo, bocetos y varias vistas que el pintor valenciano legó al panorama artístico nacional, y que hoy se reparten en diferentes museos, instituciones culturales públicas y privadas, así como en colecciones particulares de todo el mundo.
latribunadetoledo.es
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#6 Martes, 06 Octubre 2015, 15:01 |
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j.luis
Moderador

Ingresado: Diciembre 2005
Mensajes: 24230
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 Re: Museo Sorolla (Madrid)
Sorolla en el taller de costura
El Thyssen y el museo del pintor confrontan más de 70 obras del artista con trajes que muestran la nueva moda para la mujer que se emancipaba en el cambio de siglo
Una visitante fotografía uno de los vestidos de la muestra 'Sorolla y la moda' que se expone junto con el lienzo del pintor 'Elena en la playa' (1909) en el Museo Thyssen de Madrid. / INMA FLORES
No hubo un día en que al salir a la calle de repente las mujeres vistieran pantalón sin complejos. Hizo falta una larga transición para ir aflojando los corsés y despojándose de miriñaques; larga y no exenta de tortura social. El solo gesto de partir la falda para poder montar en bicicleta impidió la entrada a más de una en algún club de gente decente. Pero ese camino ya se transitó. A caballo entre los siglos XIX y XX, la modernidad llegó con la moda: las faldas se acortaron, los vestidos eran holgados y sin ataduras, los talleres diseñaban ropa para una nueva mujer, más dinámica y desenvuelta, aventurera y activista que lo mismo reivindicaba el sufragio femenino que prescindía del sombrero en un ademán de libertad conquistada. Sí, la nueva moda y la emancipación femenina hicieron un buen matrimonio.
¿Y qué pinta Sorolla en todo esto? Mucho. Observador privilegiado de aquellos cambios que operaban en las grandes ciudades del mundo, París, Londres, Nueva York, el pintor trasladó a sus lienzos con la maestría de un buen sastre el brillo del terciopelo, las transparencias del tul, la suavidad del fieltro y el frescor veraniego de sargas y algodones. En sus retratos a las damas de la alta sociedad (esas clases por las que empiezan todas las revoluciones), el artista (Valencia, 1863 - Cercedilla, Madrid, 1923) no ahorró en gasas, pasamanerías, lentejuelas, sombreros de paja y plumas, sombrillas y zapatos de hebillas diamantinas.
Sorolla y la moda, así se titula la exposición que reúne en el Thyssen más de setenta lienzos procedentes de museos y colecciones de medio mundo —algunos apenas han sido expuestos en público— con los vestidos de época que se conservan en prestigiosas galerías e instituciones, como el Victoria & Albert de Londres, el Museu Tèxtil de Terrassa o el Museo de Artes Decorativas de París. Desde mañana y hasta el 27 de mayo, estas joyas de la moda y valiosos complementos acompañarán a los retratos de gran formato donde el valenciano dio rienda suelta a su gran pasión: la moda. Aunque el Thyssen expone la gran parte del material, la visita no estará completa sin acercarse al Museo Sorolla, situado en la que fuera la casa madrileña del pintor, donde algunos de estos maniquíes buscan su espejo en óleos que no se descuelgan nunca de esas paredes. Los amantes de Sorolla podrán disfrutar en esta sede de un cuadro rara vez expuesto, Amalia Romea, señora de la Iglesia, una sutileza de gasas y carnaciones que incitan a tocar.
“La modernidad estaba llegando a Europa, las mujeres ya no necesitaban una sirvienta para embutirse en aquellos vestidos imposibles, se arreglaban y salían solas de compras y Sorolla se hace eco de todo aquello, pinta una mujer empoderada y moderna”, dice el comisario de esta exposición, Eloy Martínez de la Pera, que califica al pintor como el primer personal shopper. En sus viajes, Sorolla se emociona con los cambios en el vestir que observa, y envía cartas a su mujer, Clotilde García del Castillo, a la que adora, con bocetos de los sombreros que ha visto, los vestidos, los nuevos cuellos y complementos. A su vuelta a casa llegarán los regalos para ella y para sus hijas, María y Elena, que vestirán la última moda de París, de la londinense Oxford Street y de los talleres neoyorquinos —cabe pensar que al hijo, Joaquín, también le traería algún presente—.
Todas posaron para él, Clotilde hasta la extenuación y siempre con una mirada serena de gran dama en sus jardines: Clotilde con traje gris, Clotilde con vestido negro, Clotilde con traje de noche.
También se han seleccionado para esta muestra los retratos que hizo a las grandes damas estadounidenses, burguesas de Nueva York cuyas fortunas crecían al mismo ritmo que se elevaban los edificios; la realeza española, alfonsos y maría cristinas, también pasaron por sus pinceles.
No por conocidos, los trazos de Sorolla dejarán de fascinar al visitante, pero será difícil escapar de la atracción que provocan los modelos elegidos para acompañar a cada cuadro. Es la moda convertida en arte. “Cientos de personas han trabajado durante año y medio para restaurar, con precisión de cirujano, lentejuelas y encajes”, explica la comisaria técnica, Paula Luengo. Hubo que buscar aquellos modelos que más se parecían al retratado por Sorolla, y lo han conseguido, otorgando así veracidad al momento de fulgurante diseño que se experimentaba en la época. Los vestidos tienen prácticamente la misma fecha que los cuadros y parecen salidos de ellos. Sorolla estaba retratando el cambio de vida con el realismo de un fotógrafo.
Una de las cartas de Sorolla con varios modelos de sombreros dibujados. / INMA FLORES
Las marcas
Para los adinerados, y Sorolla lo era, aquellos años de Belle Époque eran felices. El arte y la moda se abrazaban y los diseñadores reivindicaron su parte. Charles F. Worth es artífice de esa transición hacia la creatividad personal: quiere que sus creaciones tengan nombre propio y estampa su firma, por ejemplo, en ese vestido rosa de seda, algodón, metal y raso que se expone en el Thyssen, perteneciente ahora a la colección Francisco Zambrana, de Málaga. Empezaban las marcas.
Pero la joya de la corona es el vestido Delphos, diseñado hacia 1920 por Mariano Fortuny y Madrazo, inspirado en las túnicas griegas, que caía sobre el cuerpo de la mujer sin ataduras. Con él, y sin ropa interior, bailó Isadora Duncan, que puso cimientos a la danza moderna, y lo lucía Peggy Guggenheim, la gran coleccionista y mecenas estadounidense. Sorolla se lo regaló a su hija en color amarillo y la retrató así. La nueva mujer estaba naciendo y el cambio de piel dejó un rastro de polisones y miriñaques que tanto tiempo le impidieron cabalgar la modernidad.
elpais.com
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#7 Lunes, 12 Febrero 2018, 10:47 |
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