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Columnas de la Mezquita-Catedral de Córdoba. España. Unesco, Patrimonio de la Humanidad.
Interior
Sala hipóstila
Originariamente todo el interior del edificio era una gran sala hipóstila de 19 naves, utilizada como sala de oración, con la única excepción de los habitáculos existentes en el doble muro de la qibla. Actualmente, sin embargo, buena parte de la antigua sala hipóstila se encuentra ocupada por las capillas anexas a los muros, por las capillas del eje de Villaviciosa y por el núcleo cruciforme central constituido por la capilla Mayor y el coro.
Planta de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Núcleo cruciforme
Vista de la capilla Mayor. Mezquita-Catedral de Córdoba.
Vista del Coro. Mezquita-Catedral de Córdoba.
Trascoro. Mezquita-Catedral de Córdoba.
La capilla Mayor, el coro y el trascoro, forman el núcleo de la Mezquita-Catedral. Saliendo del coro pueden verse las capillas que rodean a la nave; girando a la derecha se encuentra en primer lugar la lauda sepulcral de los Cinco Obispos, ejecutada en 1554 y realizada en mármol según el deseo del obispo Leopoldo de Austria. Le sigue la capilla del Dulce Nombre de Jesús, separada del resto del templo por una magnífica reja. A ésta le siguen la capilla de San Pelagio, la capilla de Santo Tomás y la capilla de Jesús, María y José, llamada popularmente la «capilla del Niño Perdido». Pasado el crucero, se llega al transepto, cubierto por tracería gótica decorada en su parte izquierda con bustos de profetas, y en su parte derecha con figuras femeninas, que posiblemente representen a las virtudes.
Trasaltar. Mezquita-Catedral de Córdoba.
El trasaltar tiene cinco arcos, cuatro destinados a capillas, constituyendo el quinto la portada de ingreso a la sacristía. Por encima de los arcos hay una cornisa con grutescos y tondos con bustos, y en los cinco tímpanos se ven relieves que representan el “Prendimiento”, el “Camino del Calvario”, la “Crucifixión”, el “Descendimiento” y la “Resurrección”, todos ellos obras anónimas de un taller local de comienzos del siglo XVI, influenciado fuertemente por los flamencos. Junto a la puerta de la sacristía se sitúa la capilla de San Bernabé, seguida por la capilla del Ángel de la Guarda, a la que sigue la capilla de la Presentación.
Crucero. Mezquita-Catedral de Córdoba.
Capilla mayor
La capilla Mayor de la Mezquita-Catedral de Córdoba, es la capilla principal de dicho templo, comenzada a construir en 1523 para sustituir a la antigua capilla Mayor.
Las obras de la actual capilla Mayor de la Mezquita-Catedral de Córdoba se iniciaron en 1523, según reza una inscripción conservada en la escalera de acceso a las bóvedas, siendo obispo de Córdoba Alonso Manrique. Se eligió para su emplazamiento la zona central de las naves califales, encargándose de las obras el maestro Hernán Ruiz "el Viejo", al que sucedería en 1545 su hijo, Hernán Ruiz "el Joven". En una superficie rectangular de 75 metros de largo por 37,5 de ancho, se dispuso una planta de cruz latina de tres naves, con nártex a los pies y nave de transepto en la cabecera; la sacristía, que ocupa toda la cabecera, es de planta rectangular cubierta con bóveda de arista.
El presbiterio tiene bóveda de crucería decorada con tondos que lucen santos y apóstoles, y con ángeles en relieve portando instrumentos musicales y laudes marianos. La bóveda del crucero, apoyada sobre pechinas ornadas con niños atlantes, está decorada con representaciones de los Padres de la Iglesia y con un relieve de la Santísima Trinidad en el centro. Fue realizada en 1599 por Juan de Ochoa, siendo los relieves de Francisco Gutiérrez y estando datados en 1600. Los brazos del crucero lo hacen por crucería, siendo la del lado izquierdo obra de Hernán Ruiz "el Joven", y fechada en 1562.
La nave central se cubre por cañón rebajado con lunetos y es obra también de Juan de Ochoa, con decoración de Francisco Garrido siguiendo diseños atribuidos a Pablo de Céspedes; la zona central forma recuadros de estuco con relives de la Asunción de la Virgen a los Cielos, Dios Padre, y los Santos Acisclo y Victoria; los lunetos se decoran con figuras de Daniel, Samuel, David y Salomón, y con el escudo del obispo Reinoso, situándose en los ángulos las representaciones de la Fe, la Esperanza, la Caridad y la Fortaleza. Las naves laterales están formadas por cubiertas góticas, realizadas por Hernán Ruiz "el Viejo", que descienden en módulos de tres arcos califales; la nave central se separa de las laterales por arcos de medio punto trasdosados con otros apuntados y alfices, apoyados en pilares rectangulares y cegados por las capillas y el coro.
Desde el crucero se puede observar el testero que cierra la nave, trazado por Juan de Ochoa entre los años 1597 y 1601. Concebido como un retablo, pares de columnas sobre resaltos dividen el cuerpo en calles, estructurándose los intercolumnios a modo de pequeñas portadas. En la calle central hay un lienzo de la Anunciación, atribuible a Juan de Alfaro, flanqueado por otros dos con San Pedro y San Pablo, siendo éstos obras anónimas de mediados del siglo XVI. Por encima de ellos se ven dos tallas de san Agustín y santo Tomás. El centro del segundo cuerpo muestra el escudo del mecenas de la obra, el obispo de Córdoba Juan de San Clemente y Torquemada, acompañado por lienzos de la Anunciación, la Inmaculada y la Aparición de la Virgen a San Felipe Neri. Todo este conjunto queda inscrito en un gran arco de medio punto, realizado por Hernán Ruiz "el Viejo", decorado con grutescos y esculturas de los Padres de la Iglesia con hornacinas que alojan figuras del Ángel y de la Virgen María.
El retablo mayor es una imponente obra marmórea realizada entre 1618 y 1628 y fue realizada con mármol procedente de Carcabuey. Fue trazada por Alonso Matías, que la dirigió hasta 1625, encargándose luego de la misma Juan de Aranda Salazar; el templete central quedó inconcluso hasta 1653, año en que fue terminado por Sebastián Vidal de acuerdo con los diseños y bocetos de su predecesor. La parte escultórica, realizada en 1626, se debió fundamentalmente a Pedro Freile de Guevara, colaborando también Matías Conrado y Juan Porras entre otros. El frontal de plata del altar se hizo en 1816 en los talleres Martínez de Madrid, por encargo del obispo Pedro Antonio Alcántara Trevilla.
El retablo mayor consta de banco, cuerpo tripartito de columnas estriadas y ático; la calle central aloja el templete manifestador y las laterales acogen sendos lienzos realizados en 1713 por Antonio Palomino, y representan a San Acisclo y a Santa Victoria, surmontados por frontones partidos con figuras alegóricas de la Religión y la Abundancia. La cornisa de separación tiene un frontón con figuras recostadas de la Fe y la Esperanza. El centro del ático lo ocupa el lienzo de la Asunción de la Virgen, flanqueado éste por los lienzos de San Pelagio y Santa Flora, coronados por frontoncillos donde se representan la Justicia y la Templanza. A la altura de las columnas figuran las imágenes de San Pedro y San Pablo.
Los muros laterales del presbiterio muestran arcos de medio punto decorados con el motivo de "galleta", propio de Hernán Ruiz "el Viejo"; por encima hay una inscripción que alude a la terminación de la obra siendo obispo de Córdoba Cristóbal de Rojas. En la parte superior se alza otro cuerpo, dispuesto a modo de retablo, con hueco central para vidriera y huecos laterales para colocar lienzos, que representan en ambos lados escenas relacionadas con el rey San Fernando, y fueron pintados en 1675 por Antonio García Reinoso. Las vidrieras corresponden al siglo XX y representan al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen.
El pilar central de la izquierda tiene un altar de mármol rojo con una talla de Santiago Matamoros, con inscripción relacionada con el obispo Mardones y la fecha de 1615. En el pilar opuesto se halla la figura orante del obispo Mardones, obra de Pedro Freile de Guevara de 1618. En el centro del presbiterio se ha colocado recientemente una mesa de altar decorada con placas de plata y madera, que fueron donadas en 1678 por Francisco Bañuelos. De la clave de bóveda pende la gran lámpara de plata donada por el obispo Cristóbal de Lovera y Torres en 1629 y realizada por el platero cordobés Martín Sánchez de la Cruz.
Los púlpitos, situados en el arco toral, fueron hechos en caoba procedente de América y mármol y fueron terminados en 1779 por el escultor francés Miguel Verdiguier. En el de la izquierda aparecen los símbolos de los evangelistas Lucas y Juan, y en el de la derecha los de San Mateo y San Marcos, labrados todos ellos en mármol. Los tornavoces se adornan con cortinajes tallados y rematan en figuras alegóricas de las virtudes. En los relieves de la tribuna se admite la colaboración de Alonso Gómez de Sandoval.
A la izquierda el muro frontero del crucero muestra dos arcos de medio punto con pilar central donde se halla la figura de San Jorge cobijada por un doselete que representa la Fortaleza, obra anónima de estética goticista. Por encima de la cornisa se aprecian tres vanos, el central cegado y decorado con una alegoría de la Virgen de la Oliva, realizada en el siglo XVII por el pintor Salmantino Piti. Los muros laterales presentan similar composición y se adornan con los lienzos que pintara en 1680 Juan de Alfaro para el Monumento del Jueves Santo. Fueron colocados en este lugar en 1987.
El testero del brazo derecho está compuesto de modo semejante, adornando el pilar las imágenes de San Sebastián y de la Fe. Hay además una alusión en una inscripción al comienzo de las obras en 1523, bajo el patrocinio del obispo Alonso Manrique, y a la terminación de las mismas en 1607 durante el episcopado del obispo fray Diego de Mardones. Por encima se repiten los vanos, apareciendo en el central un lienzo del siglo XVII pintado por Luis de Carvajal, representando a San Guillermo. Los otros lienzos pertenecieron también en su día al Monumento del Jueves Santo.
Vista general de la capilla Mayor. Mezquita-Catedral de Córdoba.
Maqsura y mihrab
Cúpula de la Maqsura de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
La actual maqsura y mihrab fueron construidas durante la ampliación de Alhakén II. La maqsura, la zona reservada para el califa, es una zona rectangular adosada al muro de la quibla. Se encuentra rodeada y dividida en tres por columnatas de arcos polibulados entrecruzados. En el muro del espacio oriental se encuentra la puerta de la desaparecida Sala del Tesoro o Bayt al-mal.27 En el espacio occidental está la puerta del Sabat, por la cual accedía el califa a través de un pasadizo que le llevaba directo al alcázar. En el central se halla la puerta del Mihrab compuesta por un arco de herradura profusamente decorado que da acceso al habitáculo del mihrab.
Mihrab. Mezquita-Catedral de Córdoba.
El habitáculo del mihrab, que se halla incrustado en el muro de la quibla, es de planta octogonal con una cúpula con forma de concha.28 Los muros se encuentran decorados con un zócalo de mármol y, sobre el mismo, seis arcos polibulados en seis de sus caras.
Capillas
Eje de Villaviciosa
Está compuesto por la capilla de Villaviciosa; la capilla Real, contigua a la capilla de Villaviciosa; y la capilla de San Pablo, situada a espaldas de la capilla Real.
Acceso a la capilla de Villaviciosa.
Todas estas construcciones se hallan encastradas en las naves islámicas a lo largo de casi todo el lado norte de lo que fue la ampliación de Alhakén II.
Capilla de Villaviciosa. Mezquita-Catedral de Córdoba.
Capilla Real. Mezquita-Catedral de Córdoba.
Adosadas al muro oeste
De norte a sur:
Retablo de la Capilla de San Ambrosio
Capilla de San Ambrosio. La capilla de San Ambrosio de la Mezquita-catedral de Córdoba, es la primera de las capillas adosadas al muro occidental. Es una de las más antiguas del edificio y tiene cubrición de madera con algunos escasos restos del artesonado original.
No es posible precisar el nombre de la persona que realizó la fundación de la capilla, que fue renovada por el maestrescuela Juan Ruíz de Córdoba en 1528. En 1839 fue restaurada por el también maestrescuela Pedro María Villavicencio. La persistencia en la dignidad catedralicia de maestrescuelas relacionada con esta capilla se debe a que el recinto y la advocación a San Ambrosio estaban ligados al patronazgo de la maestrescolía.
El retablo, cuya realización fue concertada con los hermanos Sánchez de Rueda en el año 1717, consta de banco, cuerpo y ático de medio punto, y el banco, por mediación de cuatro basamentos sirve de apoyo a los soportes del cuerpo principal. Está articulado a partir de columnas salomónicas, y se adorna con pinturas de la Ascensión y la Epifanía, de escasa calidad, ejecutadas por Pedro Ruiz Morián, y habiendo sido concertada su realización en 1723. La calle central del retablo, cuya anchura es el doble de las calles laterales, está ocupada por una imagen de San Ambrosio del siglo XVII. En el ático del retablo está situado un Calvario de talla correspondiente a finales del siglo XVI.
Altar de la capilla de San Agustín y Sta. Eulalia de Mérida de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Capilla de San Agustín y Santa Eulalia de Mérida. Se encuentra dentro de la primitiva mezquita de Abd al-Rahman I (Mezquita Catedral. Mezquita de Abd al-Rahman I) en el Muro Occidental (Mezquita Catedral. Muro Occidental).
Capilla de Nuestra Señora de las Nieves y San Vicente Mártir, también conocida como capilla de la Transfiguración. Ubicada frente a la Puerta de San Esteban, encontramos la Capilla de Nuestra Señora de las Nieves y San Vicente Mártir, también llamada de la Transfiguración. El origen lo tenemos en el año 1401, cuando Juan Sánchez cede este solar a Pedro Carrillo y a Doña Leonor Alfonso de Estúñiga para edificar una capilla. Construida por el chantre45 de la Catedral Don Domingo Ruiz, más adelante, en 1497, el prior46 y canónigo Don Pedro García de la Vereda solicitó ser enterrado en ella a su muerte y prometió reedificarla y poner a su disposición diversos ornamentos, así como dotarla de capellanes y sacristán.
Capilla de los Santos Simón y Judas. La capilla de los Santos Simón y Judas de la Mezquita-Catedral de Córdoba fue fundada por Ruy Méndez de Sotomayor y su esposa Doña Leonor Sánchez de Cárdenas en el año 1401. La donación de terreno hecha por el cabildo lleva fecha de 9 de diciembre de ese año.
Los descendientes de los fundadores, que se hayan adscritos por derecho al doble de cepa, tienen en este recinto su enterramiento familiar. El último miembro de la familia que ha recibido cristiana sepultura en este lugar es Eduardo Cabrera Marchesi, marqués de Villaseca y Ontiveros, que falleció en Córdoba el día 9 de junio de 1998 y recibió sepultura aquí el día 15 del mismo mes.
El retablo, de autor anónimo, tiene en su hornacina central una imagen de talla de Jesús Nazareno, ejecutada en el siglo XVI. Dicha imagen se halla flanqueada por las imágenes de los titulares, San Simón el Zelote y San Judas Tadeo, realizadas en el primer tercio del siglo XVII. En el banco hay pinturas, del tercio final del siglo XVIII. En el ático del retablo se encuentra la imagen de la Virgen de la Paloma.
La pieza más interesante de la capilla es el frontal de azulejos, que data de la época de la primitiva fundación y que está fechado en el siglo XV. En el muro de la derecha cuelga un lienzo, anónimo del siglo XVIII, en el que se representa la «Aparición de la Virgen a San Francisco».
Capilla de Nuestra Señora de la Concepción o del Santísimo Sacramento. La capilla de la Concepción, también conocida como capilla del Santísimo Sacramento, es una de las capillas adosadas al muro occidental de la Mezquita-catedral de Córdoba. Se comenzó a construir en 1679 y se dio por finalizada en 1682, siendo el promotor de las obras el entonces obispo de Córdoba Alfonso de Salizanes y Medina que en ella tiene su enterramiento.
No le resultó fácil al entonces obispo encontrar un solar despejado en el interior de la Mezquita-catedral para poder levantar una capilla dedicada a la Concepción de Nuestra Señora, pero entre las capillas del costado oriental algunas se encontraban muy deterioradas o casi destruidas. Éste era el caso de la antigua capilla de San Matías, que fundara el caballero veinticuatro Fernán Gómez de Herrera. El obispo solicitó al cabildo catedralicio que se instalara en ella la pila bautismal, colocada en aquel momento en el muro occidental, para que el sitio ocupado por ella quedara libre y pudiera así ser destinado a la proyectada capilla de la Inmaculada Concepción.
El lugar del que se sacó la pila bautismal poseía el espacio suficiente para poder realizar la obra anhelada. La capilla es una de las más espléndidas de la Mezquita-catedral y se halla en muy buen estado de conservación. El obispo Salizanes hizo el encargo del proyecto y dirección de la obra al arquitecto Melchor de Aguirre, y se comenzó a construir en 1679.
La capilla se halla constituida por dos partes. La primera va culminada por una bóveda apoyada sobre pechinas y enriquecida con decoración en la que figuran el Espíritu Santo y los evangelistas. El núcleo del pequeño oratorio se alza sobre una planta cuadrada y se remata, apoyándose sobre pechinas, con una delicada cúpula.
La hermosa portada de acceso está materializada en mármol rojo procedente de Cabra y está embellecida por un magnífico arco de medio punto en el que se superpone un pequeño templete destinado a albergar una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción y dos escudos, el del obispo Medina y Salizanes y el escudo de la orden franciscana, a la que pertenecía el mencionado obispo. La reja que cierra el paso a la capilla fue ejecutada por Pedro de León en 1882.
El retablo de la capilla es también realización de Melchor de Aguirre y su realización fue concertada en 1680. Se trata de una obra admirablemente conjuntada en acertadas combinaciones de piedra de Luque y mármoles rojos de Cabra y blancos de Génova. En el centro se halla la imagen de la Inmaculada Concepción, flanqueada por las de San José y Santa Ana. Las tres imágenes fueron esculpidas por el escultor granadino Pedro de Mena.
Se conservan dos esculturas orantes en la capilla, de autor anónimo. En una de ellas está representado el obispo Salizanes, fundador de la capilla, y en la otra el sobrino del fundador, el canónigo José Medina y Requejo.
Cúpula de la Capilla de Nuestra Señora de la Concepción o del Santísimo Sacramento.
En esta capilla se hallan sepultados los siguientes obispos de Córdoba:
- Alfonso de Salizanes y Medina O.F. (1675-1685)
- Juan Alfonso de Alburquerque (1857-1874)
- José Pozuelo y Herrero (1898-1913)
- Adolfo Pérez Muñoz (1920-1945)
- Manuel Fernández-Conde y García del Rebollar (1959-1970)
Capilla de San Antonio Abad. Se encuentra dentro de la Ampliación de Abd al-Rahman II (Mezquita Catedral. Ampliación de Abd al-Rahman II) en el Muro Occidental (Mezquita Catedral. Muro Occidental).
San Antonio Abad considerado protector contra la lepra y la epilepsia, así como contra las epidemias de peste que asolaban España en la Edad Media, San Antonio Abad llegó a tener por entonces una gran devoción entre los cordobeses.
Fue fundada por Don Ruy Fernández de Córdoba, primer Señor de Aguilar y hermano de Don Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como “el Gran Capitán”. Según el historiador Luis María Ramírez de las Casas Deza, sus patronos fueron los marqueses de Villaseca, en su condición de señores de Belmonte, y en ella están enterrados el trágicamente célebre veinticuatro Don Fernán Alfonso de Córdoba, primer Señor de Belmonte, y su segunda esposa, Doña Constanza de Baeza y Haro. Don Fernán Alfonso de Córdoba, veinticuatro de la ciudad y muy amigo del Rey Juan II, lo que le proporcionaba una posición distinguida dentro de la Corte de Castilla, estaba casado con Doña Beatriz de Hinestrosa, quien destacaba por su belleza. Sin embargo y a pesar del amor que había entre ellos, la felicidad no era completa, pues tras varios intentos no habían conseguido tener hijos. Por ello, Don Fernán decidió dejar la Corte y trasladarse a Córdoba junto a su esposa. Antes de marchar, el monarca le regaló un hermoso anillo que él entregó a su mujer. Días después de instalarse en la ciudad, fueron a visitarles sus primos, los comendadores Don Fernando y Don Jorge de Córdoba, siendo recibidos con fiestas que la propia Doña Beatriz se encargaba de organizar y presidir, con tan mala fortuna que Don Jorge acabó enamorándose de ella. Coincidió entonces que el veinticuatro tuvo que partir de nuevo a la Corte para entregar al monarca una petición municipal, viéndose obligado a prolongar allí su estancia. Las cartas que recibía de su esposa comenzaron a ser menos frecuentes, a la par que su criado Rodrigo le escribía pidiéndole que regresara cuanto antes. Uno de esos días, tuvo la visita de su primo Don Jorge, quien iba a tener audiencia con el rey. Tras estar con él, Don Fernán habló con el monarca, quien le expresó su enfado por el desinterés que había tenido con el preciado regalo que le había hecho tiempo atrás. Ante la extrañeza del veinticuatro, Don Juan le explicó que había visto el anillo en uno de los dedos de Don Jorge.
Así, pidió al monarca permiso para regresar a Córdoba para recuperar su anillo y su honor, permiso que le fue concedido. Cuando llegó a casa, la imagen de su mujer le hizo dudar de que todo lo que sospechaba fuera cierto y consiguió calmar la ira que llevaba. Al día siguiente, al salir al jardín, el criado Rodrigo le contó que Doña Beatriz y Don Jorge eran amantes. Ese día, Don Fernán organizó una falsa cacería con el fin de dejar a su esposa y sus primos a solas. Por la noche, se escondió en el jardín y vio a Doña Beatriz con Don Jorge y a una prima de ella con Don Fernando, todos ellos cenando y bailando. Cuando las dos parejas se retiraron a sus habitaciones, el veinticuatro entró en uno de los cuartos y mató a su esposa y a su amante, yendo después a la otra estancia y asesinando igualmente a la prima de ésta y a Don Fernando. Tras huir con su criado, el rey Don Juan II tuvo conocimiento de todo lo ocurrido, otorgándole el indulto por tan desgraciados hechos.
En el interior de la capilla, podemos ver un retablo en madera dorada y datado a comienzos del siglo XVIII en el cual, en la hornacina central, se acoge una talla del santo titular también del XVIII.
Capilla de la Trinidad. Se encuentra dentro de la Ampliación de Abd al-Rahman II (Mezquita Catedral. Ampliación de Abd al-Rahman II) en el Muro Occidental (Mezquita Catedral. Muro Occidental).
Fundada a comienzos del siglo XV, aunque el nombre actual está documentado a partir del año 1741, en un plano de la planta de la Catedral.
En su interior, un lienzo que representa la Santísima Trinidad preside el retablo; se trata de una obra de José Saló Junquet, artista catalán que fue director del Museo de Bellas Artes de Córdoba, la cual fue aquí instalada en el año 1864, sustituyendo a un primer relieve de la misma temática.
El cuadro, enmarcado en un gran óvalo de madera dorada, se encuentra colocado en el centro del retablo y sobre un manto sujeto en la parte superior por unos ángeles. La parte superior del conjunto está rematada con un frontón triangular.
En el suelo, hay una lápida cuya inscripción nos recuerda que los patrones de la capilla son, entre otros, los señores Aguayo y Manrique, y que en su bóveda yacen los restos de Juan de Dios de San Antonino, Hermano Mayor del Desierto y de las Ermitas de Nuestra Señora de Belén y cuyo verdadero nombre era Don Juan de Dios Aguayo y Manrique, Marqués de Santaella y Señor de Villaverde y los Galapagares. En la lápida se nos cuenta la vida de soledad y austeridad a la que se retiró.
Capilla de San Acacio. La capilla de San Acacio de la Mezquita-catedral de Córdoba (España) fue fundada por el obispo Fernando González Deza, que rigió la diócesis de Córdoba entre 1398 y 1425. En éste último año ocurrió su fallecimiento y fue sepultado en esta capilla, donde ya habían recibido sepultura los padres del prelado, Juan González Deza y María Alfonso de Biedma.
El recinto posee planta rectangular y techumbre semiesférica, revestida con labores de yesería.
El retablo de San Acacio fue ejecutado por Teodosio Sánchez de Rueda y está fechado en 1714. Consta de banco, cuerpo de tres calles y remate que se muestra decorado con pinturas, tradicionalmente atribuidas a Juan Pompeyo. A la izquierda aparece la Anunciación, a la derecha la Visitación, y arriba San Pedro y San Pablo. El ático luce en el centro una imagen de la Inmaculada flanqueadas por las imágenes de San Juan de Dios y Santa Catalina. La imagen de San Acacio, de talla, es del siglo XVII. Debajo de la imagen de San Acacio, y como ella también anónima, se halla una imagen del Ecce Homo, de procedencia italiana.
A causa de la imagen del Ecce Homo, el pueblo de Córdoba llamó a esta capilla como «capilla de la sangre» debido a la impresión que le produjo la visión ensangrentada de la efigie. Sin embargo, el inmenso poder de la imaginación popular relacionó siempre el nombre de «capilla de la sangre» con un hecho histórico ocurrido en 1482, y que consistió en la profanación de una hostia consagrada por parte del tesorero de la mezquita-catedral, Pedro Fernández de Alcaudete.
Capilla de San Pedro y San Lorenzo, perteneciente en su origen a la familia Fernández de Córdoba. El espacio está presidido por un retablo de madera en cuyo centro se muestra un lienzo en el que se representa el martirio de San Bartolomé, quien fue desollado y degollado. La obra es una copia de 1626 basada en un cuadro original del pintor José de Ribera.
Los azulejos que vemos en el frontal de la mesa, bajo el retablo, y en los laterales, así como la reja que cierra la capilla datan del siglo XV. Sobre ésta, hay un cuadro con el escudo de la familia Góngora. Y es que en el interior está sepultado el gran poeta cordobés Luis de Góngora y Argote, cuyos restos descansan en la capilla desde que fueran aquí instalados en el año 1858, a la derecha del retablo, tal y como nos recuerda una lápida escrita en latín por el escritor Luis María Ramírez de las Casas-Deza. Más de un siglo después, en 1992, la lápida se instaló a la izquierda del retablo, mientras que los restos de Góngora se guardaron en la urna que podemos ver en la actualidad, diseñada en mármol y hierro por el maestro mayor de la Catedral Don Carlos Luca de Tena. Su realización corrió a cargo de los hermanos Rafael, José y Pedro García Rueda, y el platero Francisco Díaz Roncero.
Adosadas al muro sur
De oeste a este:
Capilla de San Bartolomé. La capilla de San Bartolomé de la Mezquita-Catedral de Córdoba se encuentra en el muro del mihrab y en ella descansan los restos del insigne poeta cordobés Luis de Góngora y Argote. Fue fundada en el siglo XIII por Martín Muñoz, pasando más tarde a ser propiedad de la familia Fernández de Córdoba.
Es de planta cuadrangular cubierta por bóveda baída con linterna, muy reformada, de la que cuelga una lámpara de plata. En el retablo situado detrás del altar, recubierto éste último con azulejos mudéjares, fechados en el siglo XV, puede verse un lienzo que representa el Martirio de San Bartolomé, copia del original de José de Ribera, pintado en 1626. El retablo es de madera tallada sin dorar y se decora con abundantes motivos vegetales.
Los azulejos del altar y los de las paredes están fechados en el siglo XV y son de la misma época. En el siglo XV se realizó también la reja que cierra la capilla, y en cuya parte superior hay un cuadro heráldico del apellido Góngora.
Sepulcro de Luis de Góngora y Argote.
En esta capilla fue sepultado el insigne poeta cordobés Luis de Góngora y Argote, cuyos restos fueron trasladados en 1858 dentro de la propia capilla, para colocarlos en el muro de la derecha, bajo una losa sepulcral, redactada en culto latín por Luis María Ramírez de las Casas Deza en el año 1864 y que reza así:
«D. O.M. LUDOVICI. DE GÓGORA. ET ARGOTE. CORDUBENSIS. HUJUS. ALMAE. ECCLESIAE. PORTIONARII POTENTISSIMORUM. HISPANIARUM REGUM PHILIPPI III ET IV SACERDOTIS. FAMILIARIS POETAE. LEPIDISSIMI INGENIO. ET. VERNACULI. IDIOMATIS. SALIBUS. ET FACETIIS CELEBERRIMI QUI. FACIS. CESSIT. DECIMO. CAL. JUNIAS. AN DOMINI. MDCXXVII MORTALES. EXUVIAS. SINE. TITULO. CONDITAS EJUS. CONSANGUINEUS EXCEL. DOM. DOM. YGNATIUS. MARÍA. DE. ARGOTE. ET. SALGADO. MARCHIO DE CABRIÑANA, HONESTARE. DESIDERANS HOC MONUMENTUM, ERINGENDUM. CURAVIT ANNO DOM. MDCCCLXIIII.»
En 1992 se trasladó la lápida que cubría los restos del poeta al lado izquierdo de la capilla, y en el lado derecho de la misma se colocó una urna con los restos mortales del poeta. La urna funeraria fue realizada en mármol e hierro, y fue diseñada por el maestro mayor de la Mezquita-Catedral, Carlos Luca de Tena, y fielmente ejecutada por los hermanos García Rueda y por el platero Francisco Díaz Roncero.
En el altar de la capilla de San Bartolomé se celebra todos los años, el día festivo más cercano al 23 de mayo, día en que falleció el racionero cordobés, una misa por el alma del poeta. Este acto religioso se une a los actos culturales que en ese día organiza la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Capilla de San Felipe y Santiago. Se encuentra dentro de la Ampliación de al-Hakam II (Mezquita Catedral. Ampliación de al-Hakam II) en el Muro Meridional (Mezquita Catedral. Muro Meridional). Está situada a la derecha del mihrab (Mezquita Catedral. Mihrab)
En ella, se han conservado cuatro arcosolios de estilo mudéjar y decorados con yeserías, además de las dos bóvedas estrelladas de estilo gótico. Según algunos historiadores, los arcosolios fueron mandados hacer por la familia de los Fernández de Córdoba, si bien se desconoce hasta el momento quiénes se enterraron allí.
Cruz de altar y candelabros en la capilla de San Felipe y Santiago de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Éstos son de medio punto y están encuadrados por un alfiz decorado con ataurique. Donde deberían ir los escudos familiares, permanece liso, pues no llegaron a tallarse. También merece la pena destacar el arco de entrada, de forma apuntada, lo cual, junto al resto de características de la capilla, hace que se pueda enmarcar su construcción entre finales del siglo XIV y la primera mitad del XV.
Capilla de Santa Teresa, también conocida como capilla del Cardenal Salazar o capilla del Tesoro. La capilla de Santa Teresa de la Mezquita-Catedral de Córdoba (España), también conocida como capilla del Cardenal Salazar o como capilla del Tesoro, está situada al lado del mihrab y fue fundada en 1697 por el cardenal Pedro de Salazar Gutiérrez de Toledo.
Fray Pedro de Salazar y Gutiérrez de Toledo O. M. Cardenal de la Santa Cruz de Jerusalén y obispo de Córdoba entre los años 1686 y 1706 era un verdadero admirador y devoto de Santa Teresa de Jesús, y creó en honor de la santa abulense la capilla más hermosa de la Mezquita-Catedral, que también habría de contener sus restos mortales, así como las obras más valiosas del tesoro de la catedral. El cardenal no llegó a ver finalizadas las obras de la capilla de Santa Teresa, pues falleció en 1706, mientras que la capilla se finalizó entre los años 1711 y 1712, en que finalizó su dotación y embellecimiento.
Cuando llevaba un año establecido en su diócesis, el Cardenal Salazar concibió la idea de dotar de una magnífica sacristía a la Mezquita-Catedral de Córdoba y decidió construirla al lado del antiguo mihrab, pero la magnificencia con la que fue dotando a la nueva Sacristía le condujo al propósito de simultanear su uso y convertirla en capilla, sacristía y panteón para él y sus familiares. El trazado y la dirección de las obras le fueron encomendados al arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo, sirviéndole como valioso ayudante Teodosio Sánchez de Rueda. Las obras de construcción de la capilla finalizaron en el año 1703, tal como se lee en la clave de un arco situado en la capilla, en el que figura la inscripción «Año de 1703».
Descripción
El acceso a la capilla se realiza a través de una portada edificada con mármoles de color negro y rojo. La portada está formada por un arco de medio punto, y está enmarcada por dos columnas dóricas que se asientan sobre altos basamentos. En la cornisa quebrada de la portada de la capilla se localiza el escudo del Cardenal Salazar.
La planta de la capilla es de forma octogonal y está cubierta por una cúpula gallonada, dividida en plementos por medio de abundantes yeserías. El tambor de la cúpula está horadado por ocho ventanales. En alzado presenta grandes pilastras, intensamente ornamentadas con yeserías, que sostienen ocho arcos de medio punto.
Además de la gran portada principal, hay dos pequeñas puertas realizadas en mármol; la situada a la izquierda comunica con una habitación rectangular, que se halla a su vez dividida en dos espacios por medio de una portada manierista realizada a comienzos del siglo XVII, en la que se encuentra expuesto de forma permanente el Tesoro de la Mezquita-Catedral. La puerta del lado derecho permite el acceso a la cripta.
Custodia de Arfe en la capilla de Santa Teresa de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
El frente principal de la capilla está ocupado por el altar de Santa Teresa, con un retablo neoclásico de estuco; el sagrario tiene un relieve en bronce dorado que representa la Piedad, obra del artista italiano Virgilio Castelli, y fue traído desde Roma por el Cardenal Salazar; en la hornacina principal se encuentra la imagen de Santa Teresa, obra de José de Mora, realizada hacia el año 1705. Se trata de una obra de la que dimana una gran dulzura espiritual. La santa se halla en actitud de escribir, y parece escuchar la voz divina a través de los susurros de una paloma, que representa al espíritu santo, posada en su hombro derecho. Por encima de la imagen de Santa Teresa, sobre la cornisa, hay un tondo con un relieve que representa a Dios Padre.
Cúpula de la capilla de Santa Teresa.
El resto de la capilla muestra una variada decoración; tres de los arcos están ocupados por cajoneras del siglo XVIII, en cuyas vitrinas superiores se guardan piezas de platería. Encima de cada una de las cajoneras se halla un lienzo, cuyo autor fue el bursabolitano Antonio Palomino, que muestran diferentes episodios históricos acaecidos en la ciudad de Córdoba, que los realizó en 1712. En los tres lienzos están representadas «La rendición de la ciudad de Córdoba a San Fernando», «El Martirio de San Acisclo y Santa Victoria» y «La Aparición de San Rafael al Venerable Padre Roelas». Son lienzos en los que hay una gran expansión de los colores y una recreada movilidad, que demuestran la dimensión creadora del artista.
Sobre las puertas que conducen al Tesoro y a la cripta hay sendos lienzos que representan a la Inmaculada Concepción y a la Asunción, procedentes ambos de la escuela granadina, y realizados en el último tercio del siglo XVII. Los marcos de los lienzos fueron tallados y dorados por Teodosio Sánchez de Rueda.
Del taller de José de Mora proceden las demás imágenes del magno recinto, que se hallan sustentadas sobre repisas, y que representan a los santos por los que el Cardenal Salazar, fundador de la capilla, profesaba más devoción. Los ocho santos son San Ramón Nonato, San Agustín, San Francisco de Asís, San Bernardo, San Pedro Nolasco, Santo Domingo de Guzmán, San Antonio de Padua y por último, San Francisco de Sales.
Sepulcro del Cardenal Salazar.
Junto a la puerta de entrada, en el lado derecho, puede admirarse el sepulcro del Cardenal Salazar. El sepulcro fue construido con mármoles negros y con las figuras y adornos en mármol blanco. La estatua orante del cardenal se halla bajo un dosel sostenido por querubines. El sepulcro fue realizado entre 1709 y 1710 mediante la triple colaboración de Teodosio Sánchez de Rueda, Juan Prieto y Domingo Lemico, pero ajustándose las realizaciones de los tres artistas al diseño del arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo, creador de la capilla de Santa Teresa, donde se localiza el sepulcro del prelado. El sepulcro del Cardenal Salazar presenta en su frontal su escudo cardenalicio y el siguiente epitafio del cardenal:
«H. S. E. Emmus. D. D. Frater Petrus de Salazar Ordinis Sanctae Mariae de Mercede Generalis, Episcopus Salmantinus et Cordubensis. Ab. Inocencio XI. Caroli II Hispaniarum regis nominatione tituli Sanctae Crucis in Hierusalem, Presbyter. S. R. E. Cardinalis creatus. Omnibus vrtutus et litteratum ornamentis clarissimus, ecclesiasticae disciplinae vindex, pauperum parens, quos ut etiam mortuus sublevaret insigne Xenodochium erexit et dotavit. Obiit 14 augusti 1706 vixit annos 76 menses 4 dies 3. Communi parenti bene precare.»
Sagrario y cruz de altar de plata a los pies de la imagen de Santa Teresa de Jesús en la capilla de Santa Teresa de la Mezquita-catedral de Córdoba,
La cripta de la capilla de Santa Teresa es obra de Teodosio Sánchez de Rueda. Se desciende a ella a través de una escalera de tres tramos. La cripta, de forma elíptica y alzado con pilastras decoradas con las imágenes de los doctores de la Iglesia, está cubierta por una bóveda ornamentada con yeserías. En sus muros se hallan incrustados arcosolios en los que se colocaron los altares. De los siete altares que ornan la capilla, dos de ellos, que sirven como relicarios, fueron realizados por Teodosio Sánchez de Rueda en 1705. Los restantes fueron realizados por el italiano Juan Pompeyo en 1713 y en ellos hay lienzos que muestran a San Eulogio, la aparición de la Virgen a San Fernando, la transverberación de Santa Teresa, el martirio de San Zoilo y la Inmaculada Concepción...
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Capilla de Santa Inés. La capilla de Santa Inés de la Mezquita-Catedral de Córdoba es una capilla situada en el muro sur de dicho templo. Fue proyectada en 1761 por el arquitecto francés Baltasar Dreveton.
La planta de la capilla es cuadrangular y su alzado culmina en una bóveda con lucerna, soportada por pechinas, ornamentación y yeserías. Ha sufrido diversas transformaciones y restauraciones a lo largo de su historia, y la última de ellas fue llevada a cabo entre los años 1993 y 1994.
Lo más destacable de la capilla es su retablo, realizado por el artista francés Miguel Verdiguier, autor también de los púlpitos de la Mezquita-Catedral, y que consta de una hornacina flanqueada por columnas de capitel corintio distribuidas en diferentes planos. La imagen de Santa Inés, realizada por el autor del retablo, está considerada como uno de las primeras realizaciones academicistas llevadas a cabo en la ciudad de Córdoba. El canon de la imagen es alargado y la policromía de los ajustados ropajes que cubren a la santa fueron realizados en oros. En el ático del retablo está representado el Espíritu Santo en forma de paloma.
Capilla de San Clemente, que alberga al Museo de San Clemente. El Museo de San Clemente está situado dentro de la Mezquita-Catedral de Córdoba en la ciudad española de Córdoba. Fue inauguado el 18 de marzo de 1996, partiendo del proyecto iniciado por Félix Hernández Giménez, en 1932, año en el que ubicó las portadas de la propia capilla de San Clemente y la de la sacristía de los Racaudos o del Punto. En él se exponen, además de otros restos arqueológicos, algunos de los restos de la antigua Basílica de San Vicente Mártir, templo cristiano del siglo VI sobre el que después se construyó la Mezquita.
Capilla del Sagrario. La capilla del Sagrario de la Mezquita-Catedral de Córdoba es la capilla que ocupa todo el ángulo suroriental del inmenso edificio, hallándose ubicada en el espacio correspondiente a la ampliación del edificio realizada por Almanzor.
a capilla del Sagrario se halla en el lugar que anteriormente había ocupado la librería capitular, que había sido construida en 1517 por Hernán Ruiz I, para poder acoger dignamente la espléndida biblioteca donada por el obispo de Córdoba Martín Fernández de Angulo.
La iniciativa de construir la capilla del Sagrario partió del obispo Fray Martín de Córdoba y Mendoza, quien ordenó su construcción en el año 1578, siéndole encargada la dirección de la obra a Hernán Ruiz III. Sin embargo, el prelado impulsor de la obra no llegó a verla concluida pues la obra finalizó durante el pontificado de su sucesor, el obispo Antonio de Pazos y Figueroa, quien está sepultado ante las gradas del altar de la capilla del Sagrario, bajo una lápida en la que figura un epitafio redactado por Ambrosio de Morales, concebido en estos términos:
ANTONIUS A PAZOS EPISCOPUS CORDUBENSIS COGITANS DE FUTURA VITA SIBI VIVES POSSUIT ANN 1586. HAEC ILLE, SED GRATITUDO ADDIIT. HIC JACET ILLMUS AC EXCELLENTISSIMUS DOCTOR DOMINUS ANTONIUS DE PAZOS ET FIGUEROA NATUS IN OPPIDO PONTEVEDRA IN REGNO GALECIAE BONONIENSIS COLLEGII MAJORIS ALUMNUS. COMPOSTELLANAE ECCLESIAE CANONICUS DOCTORALIS, TOLETANAE INQUISITIONIS JUDEX, S, R, ROTA AUDITOR, ABBAS DE PARCO, EPISCOPUS PATI IN REGNO SICILIAE, DEIN ABULENSIS; CASTELLAE PRAESES ET OB PHILIPPI II ABSENTIAM REGNI GUBERNATOR, HUJUS ALMAE CORDUBENSIS ECCLESIAE ANTISTES IN QUA CELEBRAVIT SINODOM DIOCESANAM E POSTQUAM. ADFUIT CONCILIO PROVINCIALI TOLETANO ANNO 1583 EREXIT CELEBRE COLLEGIUM SANCTI PELAGII ANN 1584 ET PERFECTO CONSUMMATOQUE IN HONOREM AUGUSTI SACRAMENTI HOC PERPULCRO SACRARIT SACELLO IN PACE QUIEVIT DIE 28 JUNII ANNI 1586.
La planta de la capilla es rectangular y se divide en cuatro tramos y tres naves, que se hallan cubiertos por bóvedas de crucería gótica. La portada que da acceso a la capilla consta de un arco de medio punto, sostenido por pilastras policromadas y cuyos capiteles son de orden jónico. La reja que separa la capilla del resto del edificio es de hierro policromado, y fue realizada por el rejero Hernando de Valencia en 1578, año del comienzo de construcción de la capilla. En la parte superior de la reja se encuentra el escudo del prelado Fray Martín de Córdoba y Mendoza.
En la capilla se encuentran las imágenes de la Virgen del Amparo, la Virgen de la Aurora y el arcángel San Rafael, atribuidas a Alonso Gómez de Sandoval. La escultura de San José que se halla en la capilla se ha venido relacionando con Teodosio Sánchez de Rueda. Existe en la capilla un lienzo que representa al Ecce Homo, y que ha sido atribuido a Luis de Morales y un lienzo en el que figuran las Lágrimas de San Pedro, realizado en el siglo XVII por Pedro de Collantes.
Sagrario
El sagrario de la capilla está situado en un camarín que conforma una unidad con su muro frontal, cuyo amplio paramento está entablado con mármoles de color rojo. El interior del hueco mural se encuentra revestido con labores de madera tallada y dorada, siendo el autor de la obra el maestro Guillermo de Orta, quien la llevó a cabo en 1578.
Sobre un basamento, colocado a modo de altar, se halla un medio templete circular con puertas, en cuyo interior se custodia el pequeño sagrario propiamente dicho. El templete se encuentra flanqueado por dos pares de columnas corintias aristadas. El tercio inferior de las columnas es retallado y en la parte alta del fuste de las columnas hay aplicaciones de mascarones. Como coronamiento de la obra surge un segundo templete más pequeño, que se articula con columnillas pareadas y edículos con figuras en relieve. Todo el templete se encuentra sostenido por un basamento ornamentado con motivos vegetales, símbolos de la Pasión de Jesucristo y ángeles.
Los frescos de la capilla del Sagrario posiblemente constituyan la muestra más importante de pintura mural contenida en todo el territorio andaluz. Fueron realizados por el artista italiano César Arbasia. La obra fue terminada en el año 1586. Todas las paredes se encuentran decoradas con pinturas al óleo, así como las cabeceras, los laterales, en los que se da una aparición temprana de columnas salomónicas, propias del periodo siguiente, el Barroco, y los intercolumnios.
El altar principal está flanqueado por pinturas representativas del rey David y del profeta Isaías y en la coronación del muro se encuentra una versión de la Santa Cena, obra realizada por Cesare Arbasia en 1585 y realizada según los esquemas manieristas del siglo XVI. Esta pintura fue restaurada recientemente y se la liberó del marco que la protegía, realizado en madera y que cuenta con una exuberante guirnalda barroca policromada realizada aproximadamente en la década de 1720, y que ha sido atribuida a Teodosio Sánchez de Rueda.
El testero de la izquierda lo ocupa el lienzo que muestra a Jesús despidiéndose de su madre la Virgen y su composición revela la filiación italiana de su autor, ya que las figuras lucen ampulosos ropajes y afectadas maneras, propias de la estética romanista; éste lienzo se encuentra enmarcado por una arquitectura fingida de columnas salomónicas que sostienen un frontón curvo partido donde se hallan recostadas las virtudes, que se encuentran flanqueadas a su vez por una vidriera.
El testero del lado derecho muestra idénticas figuras a las del lado izquierdo, recostadas sobre un frontón enmarcando una vidriera. En la parte central del testero se encuentra representada la Oración en el Huerto, obra menos lograda que la del testero izquierdo, donde es posible detectar la intervención de un taller.
Escudo del prelado Fray Martín de Córdoba y Mendoza
La actual sacristía de la capilla del Sagrario, fue construida uniendo los espacios de tres antiguas capillas, por no disponer de un solar libre para edificarla. Las capillas absorbidas por la construcción de la sacristía fueron la capilla de San Acisclo y Santa Victoria, la capilla de la Resurrección de Cristo y la capilla de la Santa Cruz de Jerusalén.
Sobre la puerta que conduce al despacho del rector parroquial se halla colocado el escudo episcopal de Martín Fernández de Angulo. La presencia de ese escudo recuerda que allí se hallaba antes la biblioteca capitular, levantada durante el pontificado del obispo Fernández de Angulo, a comienzos del siglo XVI.
En la sacristía se guarda el ajuar litúrgico de la capilla del Sagrario, que cuenta con el rango de parroquia. Entre los objetos de orfebrería que aquí se guardan destaca la custodia de farol atribuida a Enrique de Arfe y que se supone que hubo de ser realizada en algún momento comprendido entre los años 1514 y 1518, el píxide de hacia 1500 sin punzonar, un pequeño copón sin punzonar de la misma época que el píxide, y el acetre de plata en su color de finales del siglo XVI.
De entre las obras de orfebrería del siglo XVIII destacan el cáliz de plata dorada de 1731, punzonado por Bernabé García de los Reyes, el portaviático de 1762 con punzón de Cristóbal Sánchez Soto, las lámparas de Damián de Castro, un juego de vinajeras de Aranda y los atriles de 1796 realizados por Manuel Repiso. De entre las obras del siglo XIX destaca un altar portátil punzonado por José Heller y realizado en 1846.
Existe una cripta situada debajo del altar, a la que hoy en día no es posible acceder porque la entrada a la cripta fue tapada y ocultada cuando se renovó el pavimento de toda la capilla.
Adosadas al muro este
De norte a sur:
Retablo de la capilla de San Antonio de Padua de la Mezquita–catedral de Córdoba.
Capilla de San Antonio de Padua. Tras algunas fundaciones anteriores, el que finalmente fue poseedor de esta capilla fue Fernando Sarmiento, racionero, natural de Lucena en 1636.
Las obras del cerramiento fueron obra del portugués Sebastián Vidal, quien finalmente fue enterrado aquí, junto con su hijo, además del racionero y sus hermanas.
El retablo de fechas que rondan el año 1636 tiene una cacterísticas poco frecuentes en relación con los retablos cordobeses de la época y se le atribuye a Sebastián Vidal. Consta de un banco, un cuerpo y ático. El cuerpo se subdivide en tres calles por medio de columnas de fuste entorchado y capiteles compuestos.
En el centro del banco un lugar para un sagrario, un Niño Jesús de talla. La caja central está ocupada por la imagen del titular y, a ambos lados, en las entrecalles, dobles registros para lienzos. El ático mantiene la división estructural del primer cuerpo.
La calle central esta constituida por un registro para lienzo, enmarcado por un par de columnasa entorchadas y rematado en frontón partido con escudo de María en el centro, coronado por bolas en los laterales y cruz en el centro. En los laterales, registro para lienzos, coronado por frontones partidos con las puntas enroscadas.
Las pinturas del retablo vienen siendo atribuidas al pintor cordobés Antonio Fernández de Castro Villavicencio, hechas a fines del s.XVII. En la calle lateral izquierda, San Gregorio Magno y Santa Teresa de Jesús en el lateral derecho, San Ignacio y San Francisco Javier.
En el ático San José con el Niño, Inmaculada y San Fernando. Todas con dibujo correcto, pincelada jugosa y colorido cálido y brillante.
En las hornacinas de las cuatro esquinas de la capilla, cuatro imágenes de Santa Teresa, San Juan de la Cruz (procedentes del convento de San Roque), San Joaquín y San Blas.
Capilla de San Marcos, Santa Ana y San Juan Bautista. La que actualmente vemos fue una tercera fundación, a cargo de Cristóbal de Mesa Cortés, nacido en Lucena de la familia de los Hijosdalgo.
La obra del cerramiento se contrató con Juan de Ochoa , maestro mayor de las obras de la ciudad en 1596, y es la primera con cerramiento de muros y cancela.
El frente principal de esta capilla está decorado por un retablo de mampostería firmado en el banco. Un gran cuerpo ocupado por un enorme lienzo de medio punto.
Las pinturas que decoran este retablo han sido atribuídas a Pablo de Céspedes. En el banco está la aparición del ángel a San Joaquín, el Abrazo en la Puerta Dorada, y la gran pintura central representa a Santa Ana, la Virgen con el Niño, San Juan Bautista y San Andrés, introducidos estos dos últimos en la escena por devoción de la familia.
Sobre las inscripciones en mármol hay dos óleos sobre lienzo, anónimos, uno con el retrato de don Ándres de Mesa Cortés y otro con el del papa Gregorio XIII, coetáneos a las inscripciones.
El frontal de azulejos sevillanos, de comienzos del s. XVII, completa, a su vez, la iconografía devocional del fundador, con el medallón central en que aparecen la figura de San Cristóbal.
Capilla de San Mateo y Limpia Concepción de Nuestra Señora. En el espacio que hoy ocupa la capilla de la Concepción, hubo hasta el siglo XIV, un altar dedicado a San Mateo, pero en 1572 se pidió un solar para la capilla de don Gaspar de Genzor. La obra del cerramiento tuvo que estar bajo la supervisión, aunque las bóvedas y los falsos contrafuertes fue obra de Cristóbal Guerra.
El retablo fue contratado con Francisco de Vera, en 1581, aunque la traza fue posiblemente de Hernán Ruiz III. Articulado en dos grandes registros, el inferior con la gran hornacina para el cuadro de la Limpia Concepción, y el superior, formando un edículo para el Crucificado y un recuadro del Padre Eterno.
Las pinturas en tabla y el dorado y estofado fueron encargadas a Alonso de Lara, y Baltasar del Aguila. En el banco se encuentran las figuras de San Agustín, San Gregorio, Cruz, San Ambrosio y San Jerónimo, padres de la iglesia.
El cuadro de la Limpia Concepción es de gran belleza y calidad técnica, asumiendo el tipo iconográfico anterior a Pacheco, María, situada sobre la media luna, aparece quieta, con las manos unidas, con la cabeza ligeramente torcida, movimiento que no se manifiesta en el cuerpo y plegado de sus vestiduras, que dan la sensación de pesadez. a ambos lados, un coro de ángeles con los símbolos de la letanía lauretana. Sirve de fondo un paisaje marino con un barco anclado en la costa. En el segundoncueroo, unCrucificado con el fondo de la ciudad de Jerusalén. En el ático, el Padre eterno, de finales del s. XVI.
Retablo de la capilla de San Juan Bautista.
Capilla de San Juan Bautista. Con el Bautismo del Señor termina el tiempo litúrgico de Navidad, que nos ha inducido a explorar aquellas capillas de nuestra Catedral dedicadas a alguno de los misterios navideños. Por eso hoy, en consonancia, concluimos estas incursiones examinando la capilla de San Juan Bautista, que está situada en el muro oriental.
Como indica M. Nieto Cumplido [La Catedral de Córdoba, p. 413-415]: El frente de la capilla está cubierto por un bello retablo B -de cuyo proyecto no debió estar lejos como maestro mayor Hernán Ruiz III- formado por banco y varios cuerpos [...]. Como remate, un frontón alabeado que aloja al Padre Eterno B, y por encima, dos virtudes recostadas, Caridad Esperanza
Si bien la mayoría de los retablos que hemos contemplado hasta ahora correspondían al estilo barroco, la Catedral custodia un importante número de interesantes retablos renacentistas, supervivientes del cambio de gusto que aconteció entre los siglos XVII y XVIII. Si recuerdan, en las capillas de San Salvador y San Ambrosio, y en la de los santos Simón y Judas, pervivían imágenes provenientes de retablos anteriores. Pero en este caso se conservó el retablo completo, aunque con añadidos. Dejemos que D. Manuel continúe su descripción: La calle principal y central está cubierta con grupos escultóricos -el Bautismo de Jesús B y un Calvario B-, mientras que los registros de las calles laterales alojan pinturasB. Este retablo recibió algunas pequeñas reformas barrocas -hojarascas en medio de los arquitrabes-.
Reparemos en el motivo principal: la figura de Cristo*, que presenta una cuidada anatomía, se encuentra flanqueada por el Bautista* y unos ángeles*. Sobre la escena, un rompimiento de gloria que deja ver al Espíritu Santo* y unos rayos dorados que descienden, simbolizando la voz del Padre que anuncia Este es mi Hijo, el Amado, mi predilecto [Mt3, 17].
La obra pictórica -prosigue D. Manuel- debió ejecutarse en el último tercio del siglo XVI, sin que hasta el momento se conozca quién pudo ser su autor. [...] En el banco se encuentran tres tablas: AnunciaciónB, Santa Cena
En el primer cuerpo, Nacimiento de San Juan Bautista - (Lateral izquierdo) y Degollación del Bautista (registro lateral derecho). En el segundo cuerpo, Adoración de los Reyes (lateral izquierdo) y Santa Margarita B (lateral derecho). En el tercer cuerpo, Resurrección izquierdo) y Ascensión (lateral derecho).
Para terminar, imaginemos por un momento al capellán mientras celebraba la Santa Misa en el altar del retablo, que, al modo tradicional, está adosado. En el momento de la Consagración, al elevarse la Sagrada Forma y, con ella, la mirada, tanto del sacerdote como de los fieles podían contemplar, detrás del Cuerpo de Cristo realmente presente, pero oculto bajo la apariencia del pan, el Cuerpo de Cristo representado en la hermosa escultura. Una vez más, el Arte adquiere un papel esencial en la evan-gelización, aplicándose a menudo, como sucede en esta capilla, a alentar la Fe del cristiano en el admirable misterio de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Capilla de Santa Marina, de San Matías y del Baptisterio. La capilla de Santa Marina, de San Matías y del Baptisterio de la Mezquita-Catedral de Córdoba, conocida anteriormente y desde los tiempos de su fundación con el nombre de Capilla de San Matías, se encuentra ubicada entre las capillas del muro de levante del templo catedralicio cordobés.
Fue fundada en el año 1411 y entregada por el cabildo catedralicio para poder ser utilizada como panteón familiar por el caballero veinticuatro de Córdoba Don Fernán Gómez de Herrera, mayordomo del condestable Ruy López de Ávalos. Ambos participaron en la toma de Antequera, ocurrida en 1411. Tras ser fundada, la capilla tomó el nombre de San Matías.
Pila bautismal, presidida por Santa Bárbara.
Tiene planta rectangular y está cubierta por un artesonado que diseñó especialmente para ella el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. La pila sacramental del bautismo se halla colocada en el centro de la capilla, lugar a donde fue trasladada en el siglo XVIII, cuando el obispo franciscano Fray Alfonso de Salizanes y Medina decidió edificar la nueva capilla de la Concepción de Salizanes o del Santísimo Sacramento de la Mezquita Catedral. El traslado lo comunica una inscripción colocada en la reja de entrada que posibilita el paso a la capilla.
El retablo de la capilla, situado en el muro derecho, está todo él pintado al fresco, representa arquitecturas simuladas, como columnas salomónicas, y fue realizado por el artista Pedro Moreno. De los tres cuerpos estructurales, el ático del retablo presenta un escudo ovalado, el intermedio un luminoso parque celestial y en el más inferior se encuentra una representación del Padre Eterno, que recibe de labios de un etíope unos sencillos versos. Entre el ático y el cuerpo intermedio del retablo una inscripción contiene un pasaje de un salmo: «Pluviam voluntariam segregavis Deus heretati tuae».
En el muro frontero a la reja de ingreso cuelga un lienzo firmado por Vicente Carducho en el que se representa la Aparición de la Virgen y San Pedro a los discípulos de San Hugo.
Capilla de San Nicolás de Bari. La capilla de San Nicolás de Bari de la Mezquita-Catedral de Córdoba (España) se encuentra ubicada entre las capillas del muro de levante del templo catedralicio cordobés. Fue donada en patronazgo al canónigo Bartolomé de León en el año 1540. Es de planta rectangular.
El retablo de San Nicolás de Bari fue proyectado por Hernán Ruiz II, y se divide en banco, cuerpo inferior, cuerpo superior y ático, y ocupa todo el testero frontal de la capilla, pero se cree que la construcción del retablo fue llevada a cabo por Juan de Castillejo, o bien por Francisco Jiménez.
El dorado y la policromía del retablo fueron realizados en 1556 por Francisco de Castillejo. La imagen de San Nicolás de Bari, de talla, que se encuentra en la calle central, fue atribuida a Francisco Martínez y es fechable en el siglo XVII.
La realización del resto de los lienzos que se encuentran en el retablo de la capilla fue concertada con el pintor bruselense Pedro de Campaña en 1556, y fueron pintados entre ese año y el siguiente, terminando el pintor en 1557 los lienzos que componen el retablo.
En los lienzos del banco del retablo aparecen representados el Lavatorio de los Pies, la Santa Cena y la Oración en el Huerto. Los tres lienzos se ajustan a las formas características del pintor, que aúnan su procedencia flamenca con las enseñanzas de los maestros italianos. En el cuerpo inferior del retablo se disponen los lienzos de la Anunciación y la Epifanía, flanqueando a la imagen de San Nicolás de Bari. En el segundo cuerpo figuran los cuadros que representan la Batalla de los Ángeles, la Virgen con el Niño y el Martirio de San Bartolomé.
En el centro del ático del retablo se encuentra el Calvario, flanqueado por dos tondos en los que se representan las cabezas de San Pedro y San Pablo.
Retablo de la Virgen de Guadalupe
En el muro de la izquierda de la capilla se encuentra el retablo de la Virgen de Guadalupe, obra de Francisco Ruiz Paniagua, realizado en el año 1679. Fue construido teniendo en cuenta el arco de medio punto en el que debería colocarse. Tiene banco, un solo cuerpo y ático. El banco está constituido por dos formas geométricas decoradas con hojarasca, que sirven de marco al soporte donde se asienta la hornacina o calle central del retablo. El cuerpo del retablo se encuentra totalmente ocupado por el gran lienzo donde está representada la Virgen de Guadalupe, que tiene las manos unidas, la mirada baja y un resplandor de rayos dándole brillantes reflejos.
Rodeando el lienzo donde se halla representada la Virgen de Guadalupe, hay una serie de lienzos más pequeños, en los que aparece relatada por episodios la historia de la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego. Se desconoce el nombre del autor, o más posiblemente autores que realizaron esta serie de lienzos pequeños, pero en sus trazos se advierten la intervención de diferentes personas. A pesar de ello, la franja de madera tallada y dorada contribuye a dar cohesión a todo el conjunto del retablo.
Capilla de la Expectación, también llamada capilla de Nuestra Señora de la O.
M. Nieto Cumplido [La Catedral de Córdoba, p. 407-408] expone que el primer documento sobre esta capilla, conocida por los tres títulos y también por el de las Flores, es de 12 de abril de 1364 y trata sobre la dotación de la misma. [...]. De 1744 es la siguiente noticia: “una de las capillas que tiene nombre de los Hozes fue preciso renovarla toda porque se venía abaxo. La compusieron los capellanes mui decente con el dinero que hicieron de sus rexas (laterales), añadiendo ellos lo que faltó el año 1743”.
El retablo -continúa-parece formado en dos etapas: una primera con un registro central enmarcado por dos estípites -el estípite es una especie de pilar formado por troncos de pirámide invertida- y ático 85, y otra en que se le añaden dos cuerpos laterales. La primera parte debe ser de 1743, y el óleo sobre lienzo que representa la Anunciación W> -de cali-' dad considerable- es del pintor Pedro Moreno. La escena, en la que San Gabriel anuncia a María e [Le 1, 26], se presenta de forma clásica, aunque no es frecuente que el Arcángel se sitúe en posición tan elevada con respecto a la Virgen Santísima, quien, sorprendida en la oración, mira hacia arriba y cruza las manos sobre el pecho en señal de aceptación. Algunas rosas se esparcen en torno a la Madre de Dios, y se aprecia también, en la esquina inferior derecha, el detalle costumbrista de la cesta de costura de la Virgen, en la que parece estar representada una almohadilla para hacer encaje. El Espíritu Santo ocupa la parte más alta, y varios ángeles ® asisten al acontecimiento. Sobre los estípites, -prosigue D. Manuel- dos medallones con pinturas al óleo de San Juan Bautista niño S& y San Juan Evangelista. En el ático, un Crucificado de talla, del siglo XVI. En los cuerpos laterales, dos hornacinas con ángeles de bulto arrodillados -que actualmente se encuentran retirados para su restauración-.
La capilla se completa con dos hermosos tapices de la colección catedralicia, del ciclo de Alejandro Magno que ya conocemos, además de dos lienzos. Uno de ellos representa el encuentro de Jesucristo con su Madre, en la Vía Dolorosa. Se trata de un primer plano, en el que se destacan las dos figuras, de medio cuerpo, subrayando la participación de María en la Pasión de su Hijo. Para acentuar este propósito, aparece en la pintura una filacteria en la que está escrito, en latín, un texto de las Lamentaciones [Lam 1, 12], que puede traducirse así: “Vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que me atormenta”.
A los pies del altar, una hermosa losa de mármol rojo de Cabra hace de frontal. Está decorada con una cenefa dorada en huecorrelieve; en el centro, tres azucenas de plata. La azucena es sinónimo de blancura, y, por ello, de pureza, inocencia y virginidad. Pero simboliza también el abandono místico a la gracia de Dios. No es extraño, pues, que esta flor se haya convertido en emblema de María, nuestra Madre bendita, que es, por antonomasia, la llena de Gracia.
Capilla del Espíritu Santo, también llamada capilla de los Simancas o capilla de los Obispos. La capilla del Espíritu Santo de la Mezquita-Catedral de Córdoba se encuentra ubicada entre las capillas del muro de levante del templo catedralicio cordobés. También se la conoce como capilla de los Simancas o capilla de los Obispos.
Fue fundada en 1568 por los hermanos Simancas. En ese año de 1568, Francisco de Simancas Simancas, arcediano de Córdoba, hizo petición al cabildo de Córdoba en nombre de Diego de Simancas Simancas, obispo de Ciudad Rodrigo y obispo electo de Badajoz, su hermano, y en el suyo propio de una capilla cuyo propósito era ser destinada a panteón familiar de la familia Simancas. En la solicitud también figuraba el nombre de otro de los hermanos Simancas, Juan de Simancas Simancas, arzobispo de Cartagena de Indias. Los tres hermanos eran naturales de Córdoba y miembros de una respetada y linajuda familia de la ciudad. El cabildo aprobó la concesión de la capilla a la familia Simancas el día 4 de septiembre de 1568.
La capilla es una de las construcciones de época renacentista más sobresalientes de la ciudad de Córdoba y de la Mezquita-Catedral, en la que son abundantes las manifestaciones artísticas de esta época. La traza de la capilla es obra de Hernán Ruiz II, última de las que realizó para la Mezquita-Catedral de Córdoba, que plasmó aquí las enseñanzas de la arquitectura renacentista recibidas de su padre, y desarrolladas por él mismo. Éstas son patentes en la bóveda de crucería geométrica, la última realizada en la ciudad de Córdoba, y en la decoración arquitectónica de las paredes, realizadas en piedra inspiradas en la tradición de Serlio.
La portada, que comunica la capilla con la nave del templo catedralicio, fue realizada en 1569 y consta de un arco de medio punto decorado con motivos geométricos, figuras y hermes. La reja que cierra el paso a la capilla fue ejecutada basándose en trazas de Hernán Ruiz II, también llamado Hernán Ruiz "el Joven". En la parte superior de la reja campea el escudo de la familia Simancas.
En el muro frontal de la capilla se encuentra el retablo, concebido a modo de arco de triunfo y decorado con pinturas sobre lienzo, que también fue diseñado por Hernán Ruiz II, y que se articula en banco, cuerpo inferior, cuerpo superior y ático. En el primer cuerpo del retablo se halla el lienzo que representa el Bautismo de Cristo, mientras que en el segundo está colocado un lienzo donde aparecen Cristo Crucificado y los tres hermanos Simancas patronos de la Capilla. El tondo del ático del retablo es obra de principios del siglo XIX y fue realizado por José Saló y Junquet.
Los lienzos situados en los muros laterales de la capilla representan a San José y a la Santísima Virgen del Carmen y ambos son obra del siglo XVI, aunque fueron muy retocados posteriormente.
Retablo de la de Nuestra Señora del Rosario.
Capilla del Rosario, también llamada de la Concepción Antigua. Se encuentra localizada entre las capillas situadas en el muro de levante del templo catedralicio cordobés.
Fue fundada en el año 1521 por los canónigos Don Cristóbal de Mesa y Don Juan de Mesa. Presenta una planta cuadrangular y se halla cubierta por una bóveda de terceletes. La reja que cierra el paso a la Capilla es obra del siglo XVI y fue realizada por Gabriel de Ribera.
El Retablo de Nuestra Señora del Rosario, de estilo renacentista, es obra anónima del siglo XVI. La mayor parte de las pinturas del Retablo fueron realizadas por el artista Miguel Ruiz de Espinosa, del que se conocen escasos datos. Un dato conocido del pintor es que en 1551 fue veedor del gremio de pintores cordobeses.
En el banco del Retablo aparecen representados el Camino de Emaús, la Santa Cena y, el Noli me Tangere, es decir, el Encuentro del Señor Resucitado con María Magdalena. Los lienzos del primer cuerpo del Retablo representan uno el Martirio de San Zoilo, y el otro el Martirio de San Nicolás. En el segundo cuerpo del Retablo aparecen las imágenes de San Andrés y Santa Catalina, ambas obras de autor anónimo y pertenecientes a la escuela cordobesa del siglo XVII. El lienzo que representa a San José con el Niño situado en el ático del Retablo fue realizado en el siglo XX por el artista cordobés Rafael Díaz.
En la calle central del Retablo, en el primer cuerpo y colocada en una hornacina de escasa profundidad se halla la imágen de Nuestra Señora del Rosario, de madera tallada y policromada, que fue ejecutada en el siglo XVI, al igual que las imágenes de talla del Calvario que se encuentra situado justamente encima de ella. El Calvario del segundo cuerpo del Retablo se encuentra flanqueado por dos tondos en los que se hallan colocadas representaciones de las cabezas de San Pedro y de San Pablo, talladas en el siglo XVI.
Capilla de San José. No tengo información
Retablo de la capilla de la Natividad de Nuestra Señora.
Capilla de la Natividad de Nuestra Señora. La capilla de la Natividad de Nuestra Señora de la Mezquita-catedral de Córdoba (España) se encuentra situada entre las capillas localizadas en el muro este del templo catedralicio.
Fue fundada en 1565 por el canónigo Andrés Pérez de Buenrostro. La planta de la capilla es cuadrangular y está cubierta por una bóveda de arcos terceletes.
El retablo de la capilla fue proyectado por Hernán Ruiz II y ejecutado por Martín de la Torre en el año 1567. Las pinturas del retablo fueron terminadas por Gabriel Rosales en 1578. Poco se conoce de la vida de este pintor del siglo XVI, excepto que se autotitulaba «pintor del obispo de Córdoba», vinculándose de esta forma al prelado Fray Bernardo de Fresneda, que rigió los destinos de la diócesis de Córdoba entre los años 1572 y 1577.
El retablo se compone de un registro central, que se apoya sobre el banco del retablo. En el banco del retablo se encuentran los lienzos que representan la Anunciación, la Natividad, y la Visitación. En el espacio central del retablo está colocada la representación del árbol de Jessé, obra de considerable tamaño y de gran calidad, en cuyo complicado esquema compositivo prevalecen claramente las imágenes de la Virgen María y del Niño Jesús.
Flanqueando el lienzo en el que se representa el árbol de Jessé, se encuentran las imágenes, colocadas entre los intercolumnios de las columnas que sostienen el cuerpo superior del retablo, que se encuentra coronado por una imagen de Cristo Crucificado, flanqueado por escudos nobiliarios, de San Pedro, San Juan, San Andrés y San Sebastián.
El frontal de azulejos del altar de la capilla es obra del maestro Roque Hernández, autor también de otras obras similares en diversas capillas de la mezquita-catedral y fue realizado alrededor del año 1560. En él se halla representada la Epifanía.
Capilla de Santa María Magdalena, también conocida como Capilla de Nuestra Señora del Mayor Dolor por haber albergado en su interior una escultura de la Virgen de los Dolores, obra tallada alrededor de 1790 por el escultor aragonés Joaquín Arali. Tras ella, había un arcosolio51 policromado que aún es posible vislumbrar. La imagen representaba a la Virgen atravesada bajo su hombro izquierdo por una espada. En la actualidad, esta talla ya no se encuentra aquí ubicada y, en su lugar, se puede ver un enorme cuadro que tapa casi por completo las policromías anteriormente mencionadas.
En cuanto a la portada, se sustenta en basas de mármol negro sobre las que apoyan sendas pilastras que sujetan un arco de medio punto. Éste está rematado por un entablamento52 y un frontón56 que acoge una imagen de San Francisco.
Adosadas al muro norte
De oeste a este:
Capilla de San Eulogio, también llamada capilla de San Miguel o de San Andrés. La Capilla de San Eulogio, fundada en el año 1618 por Don Andrés Sánchez de Rueda, canónigo y arcediano de Castro del Río (Córdoba). Antes de nada nos fijaremos en su portada, un arco de medio punto flanqueado por dos columnas. En el frontón, una hornacina alberga una imagen anónima de San Andrés, de ahí que la capilla fuera conocida primero con el nombre de este santo.
Dentro, el altar se encuentra presidido por un enorme cuadro en el que se representa a San Eulogio, natural de Córdoba, de ahí el nombre actual de la capilla. La pintura, fechada por los expertos en torno a 1630, es obra de Vicente Carducho. En él, un ángel le entrega la palma y la corona del martirio, además de aparecer los atributos propios de San Eulogio como son la capa, el báculo49 y la mitra50. Habiendo sido nombrado arzobispo de Toledo, no llegaría a desempeñar esta función, pues el emir Muhammad I ordenó que fuera torturado hasta morir, algo que se llevó a cabo el 11 de marzo del año 859, día en que fue degollado en la orilla izquierda del Guadalquivir, cerca de la Mezquita.
Capilla de San Esteban, comenzada a construir en la primera mitad del siglo XVII, siendo su primer patrono Don Fernando de Soto. La portada, por su parte, fue realizada en 1627 por Matías Conrado, quien la remató con un relieve central que representa el martirio de San Esteban, quien murió apedreado tras ser acusado, al parecer falsamente, de blasfemia; este hecho le convirtió en protomártir ya que fue el primer mártir reconocido en la historia universal de la Iglesia. El motivo de su martirio también se refleja en el lienzo que se encuentra en el interior de la capilla, obra que pintó en 1630 el artista cordobés Juan Luis Zambrano. Por lo demás, se trata de una de las capillas más sencillas de la Catedral.
Capilla de Santa María Magdalena. La capilla de la Magdalena, levantada por Hernan Ruiz II ,con un bellisimo retablo de Juan de Castillejo del s.XVI.
Capilla de Nuestra Señora de la Antigua. El origen de la Capilla de Nuestra Señora de la Antigua lo encontramos en el año 1612, concretamente el día 12 de agosto, cuando el jurado Martín Gómez consiguió la concesión del Cabildo para que la construyera ante uno de los arcos de este muro. A cambio, éste se comprometía a costear el traslado a esta capilla del altar de la Virgen de la Antigua, el cual se encontraba ubicado en otro lugar de la Catedral. Más adelante, en 1641, se realizó el lienzo que podemos ver en la actualidad, obra del artista Francisco Vargas y en el que se representa a Nuestra Señora de la Antigua.
En cuanto al retablo en sí, éste se encuentra enmarcado por dos columnas de fuste con estrías en forma de espiral. Sobre el cuadro, un arco de medio punto realza la imagen.
También merece toda nuestra atención el conjunto de azulejos que decoran el frontal del altar y en el cual se representa el sacrificio de Isaac.
Capilla de San Andrés. No tengo imagen.
Adoración de los Reyes Magos en el retablo de la capilla de la Epifanía.
Capilla de la Epifanía, también llamada capilla de los Reyes Magos. La capilla de la Epifanía de la Mezquita-Catedral de Córdoba (España) se encuentra ubicada entre las capillas del muro norte del templo catedralicio cordobés. También se la conoce con el nombre de capilla de los Reyes Magos.
Fue fundada en 1614 por el canónigo racionero de la Mezquita-Catedral Baltasar Nájera de la Rosa. La portada de la capilla fue realizada en 1627 y está formada por un arco de medio punto sostenido por pilastras en cuyo frontón aparece una representación de la Inmaculada Apocalíptica, realizada en piedra y flanqueada por dos escudos canonjiales.
El retablo de la capilla es de un solo cuerpo, y en su centro se encuentra un relieve en el que aparece, tallada y policromada, la representación de la Adoración de los Reyes Magos, acontecimiento conocido con el nombre de Epifanía. El relieve es una obra anónima, procedente de un taller local, fechable en la primera mitad del siglo XVII. En el banco del retablo se encuentra, cobijado por una hornacina cubierta con arco de medio punto, una pequeña imagen de talla en la que se representa a Santa Bárbara. El ajuar artístico de la capilla de la Epifanía se completa con dos lienzos en los que aparecen representados San Juan Bautista y San Francisco, ambas obras anónimas y realizadas en el siglo XIX.
El fundador de la capilla, el racionero Baltasar Nájera de la Rosa, dejó instituida la obligación que tenían los capellanes de la Epifanía de decir unas misas rezadas por las almas de los reos condenados a muerte dentro del término municipal de la ciudad de Córdoba, tanto hombres como mujeres. El sufragio mortuorio debía ser subrayado por un doble de campana. El racionero fundador también dispuso fondos para que las mujeres que habían ejercido la prostitución y que posteriormente habían contraído matrimonio fueran dotadas con cincuenta escudos. Los beneficios derivados de estas generosas disposiciones podían alcanzar a aquellos que fueran parientes del fundador hasta el cuarto grado, y siempre y cuando pudieran demostrarlo ante el cabildo catedralicio de la Mezquita-Catedral.
Capilla de Nuestra Señora del Rosario. La capilla de Nuestra Señora del Rosario de la Mezquita-Catedral de Córdoba se encuentra ubicada entre las capillas del muro norte del templo catedralicio cordobés.
Fue fundada en el año 1612 por Juan Jiménez de Bonilla. Se accede a ella a través de una portada concebida a modo de arco de triunfo y adornada con cartelas y guirnaldas. El frontón de la portada está decorado con una imagen pétrea de San Pedro Mártir. La capilla es de planta rectangular y se cubre con una bóveda de cañón ornamentada con yesería policromada.
El retablo, situado en el testero frontal de la capilla, es de un sólo cuerpo y también tiene remate, con pares de columnas policromadas simulando mármol que se apoyan sobre basamentos y está adornado por cuatro lienzos. En los tres lienzos del cuerpo del retablo, aparecen de izquierda a derecha, San Sebastián, la Virgen del Rosario, que se halla en la calle central, y San Roque. En el lienzo situado en el remate del retablo aparece la imagen de Cristo crucificado. Se cree que los lienzos que componen el retablo fueron realizados hacia el año 1647, y se atribuye la autoría de los mismos al pintor Antonio del Castillo y Saavedra, por las semejanzas formales que muestran con otras obras documentadas del maestro cordobés.
Capilla de las Benditas Ánimas del Purgatorio, también llamada capilla del Inca Garcilaso. La capilla de las Benditas Ánimas del Purgatorio de la Mezquita-catedral de Córdoba se encuentra ubicada entre las capillas del muro norte del templo.
La capilla de las Ánimas fue comprada en 1612 por el Inca Garcilaso de la Vega, cuyo verdadero nombre era Gómez Suárez de Figueroa, con la intención de ser sepultado en ella. Su propio hijo Diego, fruto de su relación con su ama de llaves, llamada Beatriz de Vargas, llegó a ser sacerdote adscrito a esta capilla. En el año 1616 murió Gómez Suárez de Figueroa y fue inhumado en la cripta subterránea de la capilla. En uno de los muros de la capilla sus albaceas grabaron una lápida con la siguiente inscripción:
El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo de Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y de Elisabeth Palla, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios Reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar. Dotó esta capilla. Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las Ánimas del Purgatorio. Son Patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta Santa Iglesia. Falleció a 22 de abril de 1616. Rueguen a Dios por su ánima.
La capilla está cerrada por una artística cancela, realizada en 1614 por el rejero Gaspar Martínez. En la reja destaca el escudo del fundador, en el que aparecen símbolos de la realeza peruana, de la que descendía por parte materna.
La capilla, que tiene planta cuadrangular, posee una bóveda de cañón con exorno de relieves. Un arcosolio sobre figuras de piedra da forma al frente.
La portada está articulada por un orden de pilastras toscanas, rematadas por una pintura de las Ánimas. La decoración interior de la capilla se debe a Matías Conrado. La capilla está presidida por un Cristo Crucificado atribuido a Felipe Vázquez de Ureta, sobre un fondo pintado por Melchor de los Reyes, que representa la ciudad de Jerusalén. En los lados de la capilla hay dos lienzos atribuidos a Agustín del Castillo y fueron realizados hacia 1620. En uno de ellos se representa la visita de San Francisco de Paula a las Ánimas del Purgatorio y en el otro está representada la degollación de San Juan Bautista.
En esta capilla está sepultado Albino González Menéndez-Reigada, obispo de Córdoba, fallecido el 13 de agosto de 1958 e inhumado aquí por expreso deseo suyo. Su lauda sepulcral fue esculpida por el artista Amadeo Ruiz Olmos.
Capilla de los Santos Varones, también llamada capilla del Santo Sepulcro. La capilla que conoceremos hoy está dedicada al Santo Sepulcro o Santos Varones. Su segundo nombre, evidentemente, se refiere a los dos caritativos personajes —José de Arimatea y Nicodemo— que asistieron a la Virgen Santísima en el piadoso cometido de dar sepultura a Nuestro Señor Jesucristo Un 19, 38-42]. Todas las capillas del lado norte presentan portadas más o menos ornamentadas. Ésta, en concreto, dispone de un gran arco de medio punto sobre el que se alza un frontón. En él destacan tres esculturas, que representan a las virtudes teologales is —fe, esperanza y caridad—. Además, en la reja que cierra el recinto se muestra la inscripción "Maria non tetigit primum peccatum", que puede traducirse como "María no fue tocada por el primer pecado", es decir, se trata de la profesión de fe de Gonzalo Muñoz, patrono de la capilla, en que la Santísima Virgen fue concebida sin pecado original. M. Nieto Cumplido [La Catedral de Córdoba, p. 424-425] indica que en el retablo, compuesto de banco muy sencillo, cuerpo y ático, destaca el relieve central en madera policromada de los Santos Varones dando sepultura a Cristo muerto, besado tiernamente por la Virgen Maríais , que está acompañada de Santa María Magdalena. Si recuerdan, la cercana capilla de la Epifanía o Santos Reyes —que comentamos en torno a esa fiesta navideña—, custodia asimismo un gran relieve de madera policromada, en el que, curiosamente, también aparecen, como aquí, seis personajes. En este caso, a los pies del Calvario —se observan, al fondo, los arranques de las tres cruces—, la dramática escena se desarrolla en el herboso huerto, mientras ya se augura la resurrección de Jesucristo, pues, en el frente del sepulcro, lleva la inscripción: CHRISTUS VINCIT. Todo un estímulo para la fe del capellán y los fieles que asistieran aquí a la Santa Misa. En las calles laterales del retablo, existen dos óleos que representan a San Juan Bautista y a Santo Domingo —como de costumbre, se trata seguramente de los santos de devoción del comitente—. En el ático, otro óleo sobre lienzo con la Inmaculada Concepción. El frontal de la mesa de altar está cubierto de un azulejo con decoración floral. Son muy interesantes, en esta capilla, las yeserías que decoran la bóveda, en la que figuran los cuatro evangelistas. Es muy frecuente que éstos aparezcan en las bóvedas o cúpulas, como signo de la importancia capital que tiene para nuestra fe la Sagrada Escritura. Sin embargo, no es tan habitual que conozcamos por qué se atribuyen a los evangelistas sus respectivos símbolos. En realidad, debemos remontarnos a los libros de Ezequiel [Ez 1, 5-10] y del Apocalipsis [Ap 4, 6-7], en los cuales aparecen cuatro vivientes —el tetramorfos— delante del Trono de Dios; son criaturas aladas, con cabezas, respectivamente, de hombre, león, toro y águila. Según san Jerónimo [s. IV-V], el hombre representa la encarnación de Cristo; el toro, la pasión (animal del sacrificio); el león, la resurrección; y el águila, la ascensión. Así, en la iconografía cristiana, teniendo en cuenta los matices propios de cada evangelio, sobre todo de sus primeros capítulos, el hombre del tetramorfos corresponde a Mateo; el león, a Marcos; el buey, a Lucas; y el águila, a Juan. Una simbología, pues, que arranca de los primeros siglos del Cristianismo, y que también se halla presente, como vemos, en nuestra Catedral.
Capilla de Santa Francisca Romana y Santa Úrsula. La capilla de Santa Francisca Romana y Santa Úrsula de la Mezquita-Catedral de Córdoba (España) se encuentra ubicada entre las capillas del muro norte del templo catedralicio cordobés.
Fue fundada en el año 1614 por el canónigo racionero Miguel Bermúdez, que precisamente se hallaba en Roma en 1608, cuando Santa Francisca Romana fue canonizada. Miguel Bermúdez donó para el adorno de su capilla parte de las pinturas de su colección particular, si bien el paso del tiempo ha alterado considerablemente lo realizado por el patrono fundador.
La portada se articula sobre un arco de medio punto, cuya clave se encuentra decorada con un escudo, sostenido por pilastras. En la zona superior de la portada de la capilla hay una pintura que representa a San Miguel Arcángel. La realización del retablo, que ocupa el testero frontal de la capilla, fue concertada en 1627 con el maestro Sebastián Vidal, mientras que las labores de policromía del retablo fueron realizadas en 1637 por Cristóbal Vela.
En la calle central del retablo se encuentran los lienzos que representan a las titulares de la capilla, Santa Francisca Romana y Santa Úrsula. Ambos lienzos son anónimos y fechables en torno al año 1600.
Las restantes pinturas que componen el retablo son también anónimas y posiblemente de procedencia italiana, y demuestran su realización por parte de varios autores. En las calles laterales del retablo se encuentran los lienzos en los que aparecen la Virgen Niña, el Ecce Homo, Jesús con los atributos de la Pasión, San Sebastián, San Juan, la Magdalena y Santa Catalina.
Aunque no se conserva en la capilla ninguna inscripción o lápida que lo confirme, está documentado que en esta capilla recibió sepultura a su muerte el magistral de la Catedral de Córdoba Juan Gómez Bravo, oriundo de Cabeza del Buey (Badajoz), y que antes había sido canónigo lectoral de la Catedral de Badajoz. Este canónigo publicó una de las obras más importantes que se hayan escrito sobre la historia de la Diócesis de Córdoba, llamada, «Catálogo de los Obispos de Córdoba», que fue dedicado en 1739 al obispo Pedro Salazar y Góngora. Pero el libro no fue terminado hasta el pontificado del sucesor del anterior, el obispo-virrey Antonio Caballero y Góngora.
Museo de San Vicente
Restos de la Basílica de San Vicente en las excavaciones arqueológicas realizadas en la Mezquita-Catedral de Córdoba
En el museo de San Vicente se exponen algunos de los restos arqueológicos recuperados de la antigua Basílica de San Vicente.
Museo de San Clemente
En el museo de San Clemente se exponen una gran variedad de objetos relacionados con el monumento, tales como portadas de antiguas capillas, campanas, la antigua maquinaria del reloj, azulejos, capiteles, fragmentos de las vigas originales o inscripciones arábigas.
Tesoro de la catedral
Custodia de Enrique de Arfe de 1518
El tesoro de la catedral se encuentra en la capilla de Santa Teresa y estancias adjuntas. Como uno de sus tesoros principales, guarda la catedral la Custodia de Arfe, labrada por Enrique de Arfe. Mide 2,63 metros de altura y pesa más de 200 kilos. Representa una catedral gótica de planta dodecagonal, se compone de dos cuerpos que alojan en un interior al viril y una imagen de la Virgen de la Asunción. Sufrió una restauración en el año 1735, donde Damián de Castro le añadió un basamento y elementos decorativos barrocos, y en el año 1966 el viril fue aureolado con brillantes.
Hay una colección de portapaces, cálices y copones de oro y plata así como grandes cruces de materiales preciosos, una de ellas donada a la catedral por el obispo Diego de Mardones en el año 1620. Posee el tesoro unos magníficos crucifijos de marfil, siendo el que más sobresale uno del siglo XVII realizado por Alonso Cano.
Miembros de la realeza sepultados en la Mezquita-catedral de Córdoba
A lo largo de los siglos, varios miembros de la realeza fueron sepultados en distintas partes del templo:
- Fernando IV de Castilla (1285-1312). En 1736 sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia de San Hipólito de Córdoba, donde permanecen en la actualidad.
- Alfonso XI de Castilla (1311-1350). Hijo del anterior y de la reina Constanza de Portugal. En 1736, sus restos fueron trasladados junto con los de su padre a la iglesia de San Hipólito de Córdoba, donde descansan actualmente.
- Juan de Castilla (m. 1245). Hijo del rey Fernando III de Castilla y de la reina Juana de Ponthieu. Murió recién nacido.
- Enrique de Castilla (1378-1404). Hijo ilegítimo del rey Enrique II de Castilla y de Juana de Sousa.32 Fue conde de Cabra y duque de Medina Sidonia, y su madre también fue enterrada en este mismo templo.
- Juan Ponce de Cabrera (m. 1328). Era bisnieto del rey Alfonso IX de León, y fue señor de Cabra, de la mitad del castillo de Garcíez, y de la Torre de Pajares. Fue ejecutado públicamente en Córdoba por orden de Alfonso XI en 1328,35 y fue sepultado junto con su esposa, Inés Enríquez, y su hija, Sancha Ponce de Cabrera, en la desaparecida capilla de Santiago de la Mezquita-catedral,36 donde en la actualidad se encuentra la capilla del Sagrario.
- Leopoldo de Austria (m. 1557). Fue obispo de Córdoba y rector de la Universidad de Salamanca, y era hijo ilegítimo de Maximiliano I de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Gestión y número de visitas al monumento
En 2014, la Mezquita-catedral de Córdoba fue visitada por 1,56 millones de personas. En 2015 esa cifra ha subido hasta 1,67 millones.
Algunas imágenes y obras de arte destacadas de la Mezquita-catedral de Córdoba
Altar de la Virgen del Pilar en la Mezquita-catedral de Córdoba.
Altar de las Cabezas de San Pedro y San Pablo en la Mezquita-catedral de Córdoba.
Altar de Nuestra Señora de la Concepción de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Altar de San Felipe y Santiago en la Mezquita-catedral de Córdoba.
Altar de San Isidoro, San Leandro y San Ignacio de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Altar de Santa Elena y Santa Cecilia de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Altar de Santa María el Azul y Ángel de la Guarda de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Imagen de San Antonio de Padua en la capilla de Santa Teresa de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Imagen de San Francisco de Asís en la capilla de Santa Teresa de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Imagen de Santo Domingo de Guzmán en la capilla de Santa Teresa de la Mezquita-catedral de Córdoba
San. Francisco de Paula. Capilla de Santa Teresa. Mezquita-catedral de Córdoba.
San Pedro Nolasco. Capilla de Santa Teresa. Mezquita-catedral de Córdoba.
San Raimundo Nonato. Capilla de Santa Teresa. Mezquita-catedral de Córdoba.
San Vicente Mártir. Mezquita-catedral de Córdoba.
Santiago Matamoros. Mezquita-catedral de Córdoba.
Mausoleo funerario del Cardenal Salazar. Obra de Francisco Hurtado Izquierdo a finales del s.XVII. Capilla de Santa Teresa, en donde se guarda el tesoro catedralicio y que era la primitiva sacristía de la Mezquita-catedral de Córdoba.
"Martirio de san Aciclo y Santa Victoria", obra de Antonio Palomino. Acompañado al cuadro a los lados de dos magníficas esculturas de Jose Mora, de santo Domingo y san Pedro Nolasco. Capilla de Santa Teresa.
Cristo de Marfil, obra de Alonso Cano. Mezquita-catedral de Córdoba. Capilla de Santa Teresa.
Anunciacion, 1475, obra de Pedro de Córdoba
Capilla del Sagrario obra de Hernan Ruiz el viejo, con frescos del pintor italiano Cesar de Arbasia de 1586, con una Santa Cena presidiendo el altar mayor con magníficos detalles en su interior.
Virgen de la Aurora, obra de Alonso Gomez de Sandoval. Capilla del Sagrario
En un lateral estamos ya en la ampliacion que Almanzor hizo de la Mezquita cordobesa, conservando esa lujuria de espacios separados por columnas, cuyos capiteles son ya andalusies.
Retablo de Juan de Castillejo del s.XVI. Capilla de la Magdalena, esta capilla fue levantada por Hernan Ruiz II.
Capilla de san Nicolas de Bari, cuyo retablo fue diseñado por Hernan Ruiz II y los cuadros son de 1558 de Pedro de Campaña
Capilla de Nª Sª del Rosario, con bellisimo lienzo de Antonio del Castillo
Cristo del Punto, de autor desconocido, regalo del obispo Antonio de Pazos de 1582
Vista del trassepto. Ahora entraremos en la Catedral propiamente dicha (aunque todo el monumento esta sacralizado y por tanto es catedral cristiana).
Es una maravilla del renacimiento obra de Hernan Ruiz el viejo del s.XVI,en donde ya apunta en algunas partes el naciente barroco. Entraremos por uno de los lados del crucero, para deslumbrarnos con las preciosas vidrieras y una maravillosa lampara de plata maciza que es un prodigio.
Cubierta de un lado del crucero. La boveda es obra de Juan de Ochoa
Retablo del altar mayor, el retablo en marmol tiene por autor a Alonso Matias, las estatuas son de madera dorada y son obra de Pedro Paz y tiene unos magnificos cuadros de Antonio Palomino, representando a los santos mártires cordobeses, santa Flor, santa Victoria, san Pelayo y san Acisclo.
La Asuncion, obra de Antonio Palomino. Detalle del ático del retablo del altar mayor
Templete de la Custodia del retablo del altar mayor, obra de Sebastian Vidal de 1653
Cubierta de la nave principal, obra de Hernan Ruiz II el Joven
Órgano de la Mezquita-catedral de Córdoba. En los muros de la nave principal a cuyos ambos lados hay dos organos iguales.
Debajo de los órganos veremos la silleria del coro, una obra maestra de Pedro Duque Cornejo
En el trasaltar, en terrenos de la mezquita de Almanzor, veremos cinco portadas iguales, hechas por un taller local en el s.XVI, vemos la del Prendimiento que da entrada a la sacristia dela catedral y con detalle el Descendimiento.
En el trasaltar, retablo, construido en mármol blanco, fue realizado en 1541 por Jacques Luquin, su arcosolio descansa sobre dos pilastras y sus tallas son realmente bellas, presididas por un Calvario.
Fachada exterior de la Puerta del Perdón, construida por mudéjares en el s.XIV y reformada en el s.XVII. Mezquita Catedral de Córdoba.
Puerta de Las Palmas da acceso a la Mezquita Catedral de Córdoba.
Pila de santa Maria, que era usada para las abluciones rituales de los musulmanes. Patio de los naranjos. Mezquita Catedral de Córdoba.
Patio de los naranjos. Mezquita Catedral de Córdoba.
Vista interior de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Vista exterior de la Mezquita-catedral de Córdoba.
Enlaces interesantes
Ver más imágenes de la Mezquita-catedral de Córdoba en la Wikipedia
Ver más información e imágenes de la Mezquita-catedral de Córdoba en blog maravillas de España
La Mezquita de Córdoba, en el Centro Virtual Cervantes
Mezquita de Córdoba, Sitio Oficial de Turismo en España
Pues esto es todo amigos, espero que hayáis disfrutado con el trabajo recopilatorio dedicado a la Mezquita, actual Catedral de Córdoba, toda una maravilla que cada año visitan más 1,6 millones de turistas. Entre los mayores tesoros que guarda el arte arábigo-andaluz está, sin duda, la Mezquita de Córdoba. Ampliada sucesivamente por iniciativa de cuatro gobernantes omeyas, este recinto de columnas creado para la oración y para el deleite es, sin duda, único en el mundo islámico y en el cristiano.
Fuentes y agradecimientos a: es.wikipedia.org, commons.wikimedia.org, maravillasdeespana.blogspot.com.es, cordobapedia.wikanda.es, mezquitacatedraldecordoba.com, infocordoba.con,artencordoba.com, fuenterrebollo.com, anacob3.blogspot.com, redjaen.es, diocesisdecordoba.com, diocesisdecordoba.com, cvc.cervantes.es y otras de Internet.