Continuando con la exposición de mis pintores favoritos... Este tabajo está dedicado a Vicent van Gogh, otro genio de la pintura que marcó su propio estilo impresionista, que han seguido muchos..., para mí será siempre uno de los dos o tres más grandes de la nueva escuela vanguardista, que surgió a principios del siglo XIX en Francia. Su vida fue muy dramática, cuenta con una extensa obra y en la actualidad sus cuadros son de los más apreciados en las subastas. Sin duda fue un artista grandioso y muy brillante... por su originalidad, su trazo ondulado y especial colorido, der su obra me gusta casi todo, especialmente los paisajes y sus autorretratos.
Vincent van Gogh. Holanda. (1835-1890) Nació en Groot-Zunder, en el Brabante holandés, el 30 de marzo de 1853, pero vivió la mayor parte de su vida en Francia. En un principio su obra está influenciada por los impresionistas y por la obra de los grabadores japoneses Hiroshige y Hokusai, pero mas tarde adopta los brillantes matices pictóricos de artistas franceses como Pissarro y Seurat.
En 1888 se trasladó al sur de Francia con la idea de fundar con sus amigos el "Taller del Mediodía", allí en la Provenza se dedicó a pintar escenas rurales, cipreses, campesinos y variadas escenas de la vida cotidiana de la región, fué en esa época cuando empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos, es ese año cuando Gauguin, a instancias de Theo, hermano de Vincent, decide vivir con él. Este, alegre, pinta sus girasoles para decorar la habitación del huesped. Pero poco a poco, las diferencias entre ambos creadores van surgiendo hasta que al fin estalla la crisis.
Vicent quiere agredir a Gauguin con un cuchillo y éste escapa. Esa noche de Navidad de 1888 una prostituta recibió de manos de Vicent el más horrible de los regalos: una oreja cortada. Vicent se autorretratará con el oído vendado en una casa de salud que proteje su locura.
El 17 de mayo, salido del manicomio de Saint-Remy, llega a París y prosigue camino hacia Auvers, donde le atiende el doctor Gachet, amigo de Cézanne y admirador de Vincent. Los cipreses, los cielos, los caminos, las iglesias y trigales tiemblan. Van Gogh descubre la energía total que unifica el universo. Pero los cielos, sobre los trigales de oro, se van ennegreciendo, la muerte se convierte en un segador que sonríe a Van Gogh. Y en medio de esos trigales, el 27 de julio, en un gesto de impaciencia y de dolor se dispara un tiro en el pecho.
Falleció el 29 de julio a la una y media de la madrugada en brazos de su hermano Theo.
Espero que éste trabajo recopilatorio que he realizado con mucho esmero, sea apreciado por los compañer@s del foro de xerbar y aficionados al arte.
Algunas obras
Autorretrato con oreja vendada. 1889. Óleo sobre lienzo. 60 x 49 cm. Courtauld Instituto de Arte. Londres. Inglaterra. Tras varias peleas con Gauguin, presagiando el final del “estudio del sur” y por tanto el hundimiento de su sueño, se apoderó de Vincent una tremenda tensión hasta que una noche que había visto como su amigo salía de casa se mutiló la oreja derecha con una navaja de afeitar. Según la versión de los hechos que aparece en “Avant et Aprés” , Vincent había intentado atacar a Gauguin con la navaja, volviéndola después contra sí mismo para cortarse la oreja y entregársela después a una prostituta, volviendo a su casa donde fue hallado por la policía al día siguiente. Una vez recuperado de este trágico episodio pintó en varios lienzos su autorretrato con la oreja vendada. En esta versión, que se encuentra en Londres, el pintor se ha representado evitando la frontalidad y poniendo el acento en el vendaje. Su mirada, aburrida, rehuye el contacto directo con el espectador. La pincelada se deshace en pequeños trazos de dirección vertical y los colores empleados son fríos. Al fondo aparece una de las estampas japonesas que el artista había empezado a coleccionar en Auvers y que en el periodo de Arlés eran una de sus principales fuentes de inspiración. En este lienzo Vincent aparece irreconocible, el rostro está demacrado y la pincelada traza una línea accidentada, como si se detuviese a seguir cada hueso. La chaqueta abrochada y el gorro contribuyen a dar a la imagen un aspecto cerrado, introduciendo un elemento de distancia entre la figura y el ambiente que la rodea.
Autorretrato con sombrero de fieltro gris. 1887-1888. Óleo sobre lienzo. 44 x 37.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda. De los treinta y cinco autorretratos que realizó el autor, veintinueve fueron pintados en París, como este “Autorretrato con sombrero de fieltro gris”, en el que deseoso de huir de la ciudad de la luz, se representa con un gesto de preocupación. La obra, de estilo puntillista debido a su relación con Seurat durante ese invierno, está realizada mediante pequeñas líneas de color que parten de sus ojos en círculos alrededor de su cabeza.
Autorretrato delante del caballete
Autorretrato envejecido
Autorretrato con sombrero de paja. 1887. The Detroit Institute of Arts. Detroit. USA
Autorretrato. 1889. Óleo sobre lienzo. 57 x 43.5 cm. Collection Mrs. John Hay Whitney. Nueva York. USA
Autorretrato. 1886. Óleo sobre lienzo. 39.5 x 29.5 cm. Haags Geentemuseum. La Haya. Holanda
Autorretrato. 1886. Óleo sobre lienzo. 48 x 38 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
Autorretrato. 1886. Óleo sobre lienzo. 39.5 x 29.5 cm. Haags Geentemuseum. La Haya. Holanda.
Autorretrato con sombrero oscuro. 1886. Óleo sobre lienzo. 41.5 x 32.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
Autorretrato con pipa. 1886. Óleo sobre lienzo. 48 x 38 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda.
Autorretrato con pipa. 1886. Óleo sobre lienzo. 27 x 19 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda.
Autorretrato como un bonzo dedicado a Gauguin.
Los girasoles
Los girasoles (en francés: Les Tournesols, en neerlandés: Zonnebloemen) es una serie de cuadros al óleo realizados por el pintor holandés Vincent van Gogh. De la serie hay tres cuadros similares con catorce girasoles en un jarrón, dos con doce girasoles, uno con tres y otro con cinco.
Van Gogh pintó los primeros cuatro cuadros en agosto de 1888, cuando vivía en Arlés, en el sur de Francia, y otros tres similares en enero del año siguiente. Las pinturas están todas ejecutadas en lienzos de cerca de 90 x 70 cm.
Usó un pigmento en sus girasoles, el amarillo de cromo o cromato de plomo, al cual deben su misterioso y enigmático color. La descomposición del cromato de plomo por efecto de la exposición a la luz convirtió el amarillo brillante original en un tono pardo verdoso.
Van Gogh se estableció en Francia en marzo de 1886, tras un duro invierno en que falleció su padre y pasó penurias económicas. Animado por su hermano Theo, se estableció en París, la capital del arte en aquel entonces, donde se vivía un ambiente de efervescencia artística, provocado por la aparición unos años antes del impresionismo. En la capital francesa conoció a otros artistas, como Toulouse-Lautrec, Pissarro, Seurat, Signac y Gauguin, con los que compartía un deseo de renovación del impresionismo.2 Sin embargo, su naturaleza inquieta le llevó a buscar un lugar más tranquilo para trabajar, y aconsejado por Toulouse-Lautrec se instaló en Arlés (Provenza), donde llegó el 20 de febrero de 1888. Aquí de nuevo se vio en una apurada situación económica, ya que no vendió ninguno de sus cuadros, pero subsistió gracias a la ayuda económica de su hermano. Al cabo de unos meses se reunió con él su amigo Paul Gauguin, con el que convivió por un período de dos meses. Sin embargo, la fricción entre sus diferentes temperamentos provocó graves disputas entre ambos, hasta que el 23 de diciembre Vincent atacó a su amigo con una navaja de afeitar, que luego volvió contra sí mismo y se cortó la oreja. Poco después ingresó en un hospital siquiátrico en Saint-Rémy, donde procuró olvidar sus frustraciones refugiándose en su trabajo. El año pasado en Arlés fue quizá el más fecundo de su carrera, en el que creó algunas de sus obras más originales.
Jarro con doce girasoles. Vincent van Gogh, 1888. Óleo sobre lienzo, 93 × 72 cm. Neue Pinakothek, Múnich, Alemania
Van Gogh empezó a pintar Los girasoles a finales de verano de 1888 y continuó durante el año siguiente. Su casa en Arlés tenía la fachada pintada de amarillo; eso, junto con el ardiente sol mediterráneo del sur de Francia, le inspiraron para elaborar esta serie. Los cuadros están estrechamente ligados a la amistad entre Van Gogh y Gauguin,4 hecho que se demuestra porque uno de los cuadros fue a decorar la habitación de Gauguin. Por otro lado, su amigo le hizo un retrato pintando los girasoles, conservado en el Museo van Gogh de Ámsterdam. El motivo inicial de los girasoles era meramente decorativo, Vincent quería decorar su casa ante la inminente llegada de su amigo, y eligió un motivo que aunaba la belleza con la evocación de la naturaleza, además de que le permitía plasmar su color preferido, el amarillo.5
Con la esperanza de llegar a vivir con Gauguin en nuestro estudio, quiero pintar una serie de cuadros. Nada más que grandes girasoles... Si llevo a cabo mi plan, pintaré una docena de cuadros. El conjunto es una sinfonía en azul y amarillo. Trabajo todos los días desde que sale el sol. Porque las flores se marchitan enseguida y hay que pintarlo todo de una vez.
Carta a Theo nº 526
Las pinturas muestran girasoles en todas las etapas de su vida, desde plenamente en flor hasta que se marchitan. En su día fueron innovadoras en el uso de todo el espectro del color amarillo, que Van Gogh empleó en una gama cromática conjunta con naranjas, ocres, marrones y beiges. El color está aplicado con pinceladas fuertes, agresivas, en pequeños toques salteados, destacando la plasticidad de la pintura, que crea un fino relieve en la tela, para dar volumen a los girasoles. Para resaltar el amarillo y el naranja, empleó verde y azul cielo en los contornos, creando un efecto de suave intensidad lumínica...
Jarrón con catorce girasoles (F454, JH1562), óleo, 93 x 73 cm, Arlés, agosto de 1888. National Gallery, Londres, Gran Bretaña.
Autenticidad. En marzo de 1987 obtuvo resonancia mundial la noticia de la compra de un Jarrón con catorce girasoles por el magnate japonés Yasuo Goto en una subasta en Christie's de Londres, pagando una cifra récord hasta entonces en una subasta, de 39,9 millones de dólares.13 La pintura reside en la actualidad en el Sompo Japan Museum of Art de Tokio. Después de la compra se planteó una controversia sobre si se trataba de una auténtica obra de Van Gogh o una falsificación de Émile Schuffenecker, una polémica finalmente resuelta en 2002 con la publicación de un informe conjunto del Museo Van Gogh de Ámsterdam y del Art Institute of Chicago que confirmaba la autenticidad del cuadro, aunque matizaba que Schuffenecker había restaurado la obra y realizado algunos pequeños retoques propios.
Jarrón con tres girasoles (F453, JH1559), óleo, 73 x 58 cm, Arlés, agosto de 1888. Colección privada, Estados Unidos.
Jarrón con cinco girasoles (F459, JH1560), óleo, 98 x 69 cm, Arlés, agosto de 1888. Destruido por el fuego en la Segunda Guerra Mundial el 6 de agosto de 1945.
Jarrón con catorce girasoles (F458, JH1667), óleo, 95 x 73 cm, Arlés, enero de 1889. Museo van Gogh, Ámsterdam, Países Bajos.
Jarrón con catorce girasoles (F457, JH1666), óleo, 100,5 x 76,5 cm, Arlés, enero de 1889. Sompo Japan Museum of Art, Tokio, Japón.
Jarrón con doce girasoles (F455, JH1668), óleo, 92 x 72,5 cm, Arlés, enero de 1889. Museo de Arte de Filadelfia, Estados Unidos.
Nota: las obras están consignadas de acuerdo a la clasificación realizada por Jacob-Baart de la Faille (F) en The Works of Vincent van Gogh (1928, revisado en 1970) y Jan Hulsker (JH) en The Complete Van Gogh (1980).
El dormitorio en Arlés
El dormitorio en Arlés (en francés: La Chambre à Arles; en neerlandés: Slaapkamer te Arles) es el título que reciben tres cuadros similares, obra del pintor del siglo XIX holandés postimpresionista Vincent van Gogh.
El título que Van Gogh le dio a esta composición fue simple: El dormitorio (en francés: La Chambre à coucher). Hay tres versiones auténticas descritas en sus cartas, que se distinguen con facilidad entre ellas por los cuadros que hay a la derecha de la pintura.
Análisis. El cuadro representa el dormitorio de Van Gogh en el número 2 de la Place Lamartine en Arlés, Bocas del Ródano, Francia, conocida como la Casa Amarilla. Era la primera habitación propia que tenía Van Gogh.1 En ella estuvo en 1888-1889. Lo pintó antes de la llegada a Arlés de Paul Gaugin, amigo del artista: el encuentro habría hecho nacer luego un círculo artístico.
La puerta a la derecha se abría a la planta superior y la escalera, la puerta de la izquierda servía para la habitación de invitados que preparó para Gauguin. Sobre la pared del frente se abre una ventana, por encima de una mesita, ligeramente descentrada. Esta ventana daba a la Place Lamartine y sus jardines públicos. Pero el panorama más allá de la ventana no puede verse. La habitación no era rectangular sino trapezoidal, con un ángulo obtuso en la esquina izquierda de la pared frontal y un ángulo agudo en la derecha. Van Gogh evidentemente no dedicó mucho tiempo a este problema, simplemente indicó que allí, de alguna manera, había una esquina.
Es un alojamiento modesto, con poco mobiliario, hecho de madera de pino: una cama a la derecha, un perchero, dos sillas, una mesilla de madera en el ángulo y cuadros en las paredes.
Una fuerte perspectiva, con la típica leve torsión, propia del autor, refleja sus ideas sobre la pintura.
El dormitorio de Van Gogh en Arlés (primera versión) Vincent van Gogh, 1888. Óleo sobre lienzo, 72 × 90 cm. Museo van Gogh, Ámsterdam, Países Bajos
Primera versión. Van Gogh comenzó la primera versión en octubre de 1888 mientras se encontraba en Arlés. A través de las cartas que enviaba a su hermano Theo, se pueden conocer sus pretensiones con el cuadro y los medios a su alcance:
Esta vez simplemente reproduce mi habitación; sólo el color tiene que hacerlo todo, dando un estilo grandioso a los objetos con su simplificación, llegando a sugerir un cierto descanso o sueño. Bueno, he pensado que al ver la composición dejamos de pensar e imaginar. He pintado las paredes de violeta claro. El suelo con el material jaqueado. La cama de madera y las sillas, amarillas como mantequilla fresca; la sábana y las almohadas, de verde limón claro. La colcha, de color escarlata. La ventana, verde. El lavabo, anaranjado; la cisterna, azul. Las puertas, lila. Y, eso es todo. No hay nada más en esta habitación de contraventanas cerradas. Las piezas del mobiliario deben expresar un descanso firme; también, los retratos en la pared, el espejo, la botella, y algunas ropas. El color blanco no se aplica al cuadro, así que su marco será blanco, con la pretensión de conseguir el descanso obligatorio que me recomiendan. No he representado ninguna clase de sombra; sólo he aplicado simples colores planos, como los de las crêpes.
Van Gogh incluyó esbozos de la composición en esta carta así como en una carta a Gauguin, escrita poco después.
Esta versión tiene sobre la pared de la derecha miniaturas de retratos de Van Gogh de sus amigos el poeta Eugène Boch y el soldado Paul-Eugène Milliet. Los originales de estos cuadros de Van Gogh se encuentran en el Museo van Gogh (Ámsterdam) y el Museo de Orsay (París), respectivamente.
Los brillantes parchazos de colores puros que contrastan entre sí constituyen uno de los rasgos más llamativos de este cuadro.
Van Gogh pretendía transmitir la idea de descanso y sueño, a partir sobre todo del uso de tonos verdosos y azulados, que sugirieran «el descanso y el sueño en general». Reforzaría esta idea la la figuración pictórica que se encuentra sobre la cama y la escasez de objetos de la habitación, ordenada y limpia. Utilizó tres pares de colores complementarios: rojo y verde, amarillo y violeta, azul y naranja.
A pesar de la intención de Van Gogh de dar «una sensación de solidez, de permanencia, de tranquilidad»,6 el resultado es más bien un sentimiento de angustia debido a la gruesa línea que rodea los objetos, los colores puros y privados de sombras, y las paredes inclinadas, reforzando la extraña perspectiva.
Van Gogh consideraba que era la mejor obra realizada durante su estancia en Arlés.6 La tela nunca abandonó el patrimonio de Van Gogh y está en posesión de la Fundación Van Gogh, en exposición permanente en el Museo van Gogh de Ámsterdam.
El dormitorio en Arlés (segunda versión), 1889, óleo sobre lienzo, 72 x 90 cm, Art Institute de Chicago
Segunda versión. En abril de 1889, van Gogh envió la versión inicial a su hermano lamentando que resultó dañada por la inundación del Ródano, mientras él se encontraba ingresado en el hospital de Arlés. Theo le propuso devolvérselo para que lo copiara antes de restaurarlo, lo que expresaba la admiración de Theo por este cuadro.
Esta repetición a la escala original (el término de Van Gogh es «répetition») se ejecutó en septiembre de 1889. Ambas pinturas fueron devueltas entonces a Theo.7
Desde 1926 ha estado en poder del Art Institute de Chicago.
El dormitorio en Arlés (tercera versión), 1889, óleo sobre lienzo, 57,5 x 74 cm, Museo de Orsay, París.
Tercera versión. El dormitorio en Arlés (tercera versión), 1889, óleo sobre lienzo, 57,5 x 74 cm, Museo de Orsay, París.
Cuando Van Gogh, finalmente, en el verano de 1889, decidió rehacer algunas de sus «mejores» composiciones en un tamaño menor (el término que usó fue réductions) para su madre y su hermana Wil, El dormitorio se encontraba entre los que escogió.8 Estas réductions, acabadas a finales de septiembre de 1889, no son copias exactas.
En El dormitorio el retrato en miniatura de la izquierda recuerda al autorretrato de Van Gogh «Campesino de Zundert». El de la derecha no puede ser asociado de manera convincente a ninguna pintura existente de Van Gogh, aunque el de la derecha podría ser su amigo Paúl Gaugin o su padre, o aunque lo puso tal vez para adornar el cuadro.
Esta tercera versión, previamente en poder de la hermana de Van Gogh, Willemien y más tarde adquirida por el Príncipe Matsukata, entró en las colecciones nacionales francesas en 1959, después del acuerdo de paz franco-japonés, y forma parte de la exposición permanente del Museo de Orsay en París.
Otras obras
La iglesia de Auvers-sur-Oise. Vincent van Gogh, 1890. Óleo sobre lienzo, 94 × 74 cm. Museo de Orsay, París.
Después de que Van Gogh dejase el hospital de Saint-Rémy-de-Provence el 16 de mayo de 1890, abandonó el sur de Francia para dirigirse al norte. Hizo una visita a su hermano Theo van Gogh en París y después se marchó a Auvers-sur-Oise, por consejo de su amigo Camille Pissarro, para que lo tratase el doctor Paul Gachet. Aquí Van Gogh pasó lo que serían sus últimas diez semanas de vida y en este breve lapso de tiempo pintó un centenar de cuadros. Van Gogh pintó durante un tiempo las flores del jardín del doctor, y luego fue dedicándose a la población y su entorno. Así descubrió la iglesia del pueblo, de estilo gótico, que pintó en este cuadro: La iglesia de Auvers-sur-Oise.
Este cuadro, con otras telas como el Ayuntamiento de Auvers y numerosos cuadros de pequeñas casas con los tejados de tejas son reminiscencia de las escenas de los paisajes nórdicos de su infancia.2 Una cierta nostalgia por el norte se podía ya notar en sus últimas semanas en Saint-Rémy: en una carta de un par de semanas antes de su partida, escribe «mientras estaba enfermo hice de todas formas algunos pequeños lienzos de memoria, que verás más adelante, en recuerdo del norte.»
Precisamente, se refería a un trabajo similar hecho en Nuenen cuando describe este cuadro en una carta a su hermana Wilhelmina:
Tengo un cuadro más grande de la iglesia del pueblo - un efecto en el que la construcción parece ser violeta contra un cielo de simple azul oscuro, cobalto puro; las ventanas parecen como manchas de azul ultramar, el tejado es violeta y en parte anaranjado. Al fondo, florecen algunas plantas verdes, y arena con el reflejo rosa del sol. Y otra vez más es casi la misma cosa que los estudios que hice en Nuenen de la vieja torre y el cementerio, sólo que probablemente ahora el color es más expresivo, más suntuoso.
El «simple azul oscuro» lo usó también en su Retrato de Adeline Ravoux, pintado en el mismo breve período que pasó en Auvers-sur-Oise.
La iglesia se alza sobre una colina levemente elevada. El cielo es de un color azul profundo, que se refleja en las amplias vidrieras.1 La parte superior del cuadro está iluminada brillantemente por el sol, pero la iglesia misma está cubierta por su propia sombra, y «ni refleja ni emana de ella ninguna luz propia».
Después de que Van Gogh fuera expulsado de la carrera evangélica que esperaba proseguir en el Borinage, escribió a su hermano Theo desde Cuesmes en julio de 1880, y citó la imagen de Shakespeare de Enrique IV, Parte 16 del vacío oscuro dentro de una iglesia para simbolizar una «predicación vacía y nada ilustrada»: «Su Dios es como el Dios del borracho Falstaff de Shakespeare, 'el interior de una iglesia'»
Alrededor de la iglesia se distingue hierba verde y caminos, bañados de luz, y que llevan en direcciones diferentes. El tema de los caminos divergentes también aparece en Campo de trigo con cuervos. Por uno de ellos se acerca una campesina al templo. En los laterales del cuadro pueden distinguirse las casas del pueblo y árboles.
Los colores son fuertes. Las pinceladas se han aplicado con vigor.
Es uno de los últimos cuadros de Van Gogh y, sin embargo, nada permite pensar en la desesperación que le llevaría al suicidio.
La iglesia se encuentra en Place de l'Eglise, 95430 Auvers-sur-Oise, Francia
Tejedor al telar (de frente). 1884. Óleo sobre lienzo sobre tabla. 64 x 80 cm. Rijksmuseum Kröller-Müller. Otterlo. Holanda. En 1880, Van Gogh, en el colmo de la desilusión por el final de su carrera de predicador, recorrió a pie casi setenta kilómetros para ir a Courrières y así conocer al pintor Jules Bretón, particularmente admirado por él y uno de los paisajistas de Barbizon. Desanimado por el aspecto ordenado y burgués de la casa del artista, renunció a conocerlo, pero su viaje tuvo un resultado inesperado. En el pueblo vio multitud de tejedores y le impresionó la relación entre las grandes máquinas y los hombres que trabajaban. De estas primeras observaciones se derivaría, al cabo de varios años, una larga serie de dibujos y pinturas. Llegó a escribir "Los he visto tejer por la tarde a la luz de una lámpara, que crea unos efectos que recuerdan a Rembrandt". En este lienzo, aunque iluminado por la luz del día, se percibe que se ha tenido presente al gran pintor holandés en el acorde cromático de amarillo y marrón y en los efectos de sombra que se insinúan en las diferentes partes de la maquinaria. El artista ve un significado positivo en el connubio productivo entre hombre y máquina, mutuamente necesarios, hasta el punto de que el tejedor, relegado al fondo del cuadro, tiene un papel menor y el verdadero protagonista es el propio telar.
Café por la noche, Place Lamartine, Arles. 1888. Óleo sobre lienzo. 70 x 89 cm. New Haven (Connecticut); Yale University Art Gallery. Van Gogh consideraba este lienzo una de sus mejores obras. En él representa el interior del local del cual era propietaria Madame Ginoux, la mujer retratada como "La arlesiana". Vincent muestra unos personajes aislados y poco cordiales; la actitud de la pareja del fondo del local no es, desde luego, la de dos enamorados, produciendo, por el contrario, una impresión de brutalidad.<P>El centro de la escena, exceptuando la mesa de billar, que proyecta una sombra inquietante, está vacío y en el cuadro domina una sensación general de abandono, mientras que el colorido vivo y estridente comunica una idea de violencia. Tras la organización del cuadro se oculta, sin embargo, una notable cultura: la multiplicación de los espacios, con las dos puertas del fondo y el espejo de la derecha, semeja un recuerdo de la pintura flamenca del siglo XVII e incluso del XV. El ambiente del café era uno de los temas predilectos de los impresionistas y de los puntillistas y Vincent muestra ser todo menos un artista aislado, ofreciendo una personalísima interpretación de un motivo muy frecuente en la pintura del momento.
Puesta del sol en Montmajour. Van Gogh. 1888. Óleo sobre lienzo, 73,3 cm × 93,3 cm. Museo Van Gogh, Ámsterdam. La obra pictórica fue pintada durante su estadía en Arlés, en la que también creó los cuadros como Los girasoles, La Casa Amarilla o El dormitorio en Arlés.
No se creía que la pintura fuese una obra auténtica de Van Gogh, hasta que fue autentificada en 2013. La pintura se inventarió en la colección de Theo van Gogh de las obras de su hermano en 18906 7 y fue vendida en 1901.
El empresario noruego Christian Nicolai Mustad compró el cuadro en 1908.2 Según su familia, el embajador de Francia en Suecia le informó de que probablemente no era una obra de Vincent van Gogh.1 La pintura permaneció almacenada en un ático hasta la muerte de Mustad, cuando reapareció como parte de su patrimonio.8 En la década de 1990, el cuadro fue mostrado al personal en el Museo van Gogh, pero fue descartado como obra no legítima de Van Gogh, ya que no estaba firmada.
Redescubrimiento e identificación. Con el desarrollo de mejores técnicas de investigación, una investigación de dos años se puso en marcha por el Museo van Gogh para determinar la autenticidad de la pintura.9 La pintura fue objeto de una investigación detallada de estilo y materiales. Se descubrió que se han pintado en la misma gama de pinturas que aparecen en las obras de Van Gogh en ese período.1
Entre la evidencia que confirma la autenticidad de la pintura está una carta escrita por Vincent van Gogh a su hermano Theo el 5 de julio 1888, que describe el cuadro que había pintado el día anterior:
"Ayer, al atardecer, yo estaba en un brezal pedregoso donde crecen muy pequeños y retorcidos robles, en el fondo de una ruina en la colina, y campos de trigo en el valle. Era romántico, no podía ser más, a la Monticelli, el sol se derramaba sus rayos amarillos muy por encima de los arbustos y el suelo, absolutamente una lluvia de oro".
El 9 de septiembre de 2013, el Museo van Gogh anunció en una presentación pública de la obra que se había confirmado que se trataba de una pintura de Van Gogh.1 No se ha descubierto ningún otro cuadro de Van Gogh del mismo tamaño desde 1928.
La Siesta. Van Gogh. 1889-1890. Óleo sobre lienzo. 73 x 91 cm. Museo de Orsay. París. Francia. La obra está inspirada en su admirado Millet, al que Vincent consideraba como el maestro que más había aportado al arte francés. Es posible que en esta imagen el pintor nos quiera mostrar la alegría de su hermano Theo, casado hacía un año y que estaba esperando un bebé.<P>En el lienzo aparece una pareja que duerme plácidamente a la sombra de un montón de paja, agotados tras el duro trabajo. Van Gogh utiliza en esta imagen colores malvas, amarillos y azules, creando una sinfonía de color.
Campamento de gitanos con carros. 1888. Óleo sobre lienzo. 45 x 51 cm. Museo de Orsay. París. Francia.<P>En 1888 Vincent, harto de París, y gracias al respaldo económico que le brinda su hermano Theo, se traslada a Arlés, para fundar una comunidad de pintores. Allí se encontró con una primavera plácida y apacible, que le hizo pintar al aire libre todo lo que veía, como es el caso de este “Campamento de gitanos”, en el que emplea unos colores intensos, brillantes, donde destacan los rojos, azules y amarillos.
La ronda de los presos. 1890. Óleo sobre lienzo. 80 x 64 cm. Museo Pushkin. Moscú. Rusia. Van Gogh realizó este lienzo, copia de una estampa de Gustave Doré, durante su estancia en el manicomio de Saint-Rémy, debido a que le retiraron el permiso para salir a pintar y escogió quedarse voluntariamente dentro de su habitación. El tema del cuadro reflejaba el estado de ánimo del pintor, que precisamente a comienzos de 1890 comunicó a su hermano Theo su intención de volver a marcharse al norte y abandonar el hospital, cuya atmósfera le resultaba cada vez más opresiva. La escena, inmersa en una irreal luz azulada, resulta bastante claustrofóbica, no sólo no existe ningún horizonte y los muros de la prisión parecen prolongarse hasta el infinito; además, la forma poligonal contribuye a aumentar la sensación de sitio cerrado, acentuada por el círculo de presos, que parece dar vueltas sin fin. En el preso mas cercano al margen del lienzo, volviendo la mirada al espectador, Vincent se ha representado a sí mismo.
Los comedores de patatas. 1885. Óleo sobre lienzo. 81.5 x 114.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda. Van Gogh muestra con toda crudeza una mísera cabaña, de espacio angosto y desnudo, en la que está reunida una familia campesina en el momento de la cena para tomar su ración de patatas. La luz que desprende la lámpara inestable, en el medio de la mesa, hace destacar los rostros angulosos y las manos nudosas, mostrando los signos del trabajo cotidiano. Las figuras de la mesa se sitúan de manera que el espectador se integra en la estancia compartiendo la comida con los campesinos, sus miradas no se cruzan, parecen estar aislados y la niña que está en la sombra dando la espalda al espectador es un factor de distanciamiento que se excluye de la escena. Los colores usados son toscos y sucios, evitando así la idealización de los personajes. Es el cuadro mas importante de la época holandesa de Van Gogh, antes de establecerse en París y para el propio artista una de sus obras maestras.
Campesinos comiendo patatas (1885) Litografía sobre papel Japón. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
Mujeres con sacos de carbón. 1882. Acuarela. 32 x 50 cm. Rijksmuseum Kroller-Muller. Otterloo. Holanda.<P>En 1879, Van Gogh marchó al Borinage, una región minera de Bélgica donde los trabajadores vivían en condiciones miserables. Impulsado por una fuerte vocación religiosa, había logrado que le dieran un cargo de seis meses en la Escuela Evangelista de Bruselas, pero, por causa de un celo que rozaba el fanatismo, no se le renovó su mandato. Vincent había decidido compartir plenamente su vida con los mineros, viviendo en una barraca, durmiendo en el suelo y ayunando, e incluso bajaba a predicar a la mina. Esta obra muestra la intensidad del que ha asistido personalmente a estas escenas.
Japonería, Oiran. 1887. Óleo sobre lienzo. 105 x 60.5 cm Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda. La apertura de Japón a Occidente a partir de 1850 determinó una auténtica invasión de arte oriental en el territorio europeo, dando lugar a un fenómeno cultural etiquetado como "japonismo". Los pintores más vanguardistas, empezando por los impresionistas, se lanzaron a coleccionar las estampas de Hiroshige y Utamaro y a inspirarse en ellas para crear imágenes decorativas. Van Gogh empezó a coleccionar estampas japonesas en la época holandesa, ya que a finales de 1885 compró algunas en Amberes, llegándose a convertir en un verdadero fanático del arte japonés. Esta obra está inspirada en la portada de un número de la revista "París illustré" en la que se reproducía una figura en kimono de Kesei Eisen.
El viñedo rojo cerca de Arlés. Vincent van Gogh, 1888, óleo sobre lienzo, 75 × 93 cm. Museo Pushkin, Moscú, Rusia. Supuestamente es la única obra que vendió el artista estando vivo.
El viñedo rojo se exhibió por primera vez en la exhibición anual de Los XX, 1890 en Bruselas, y fue vendido por 400 francos (el equivalente a 710 € actuales) a Anna Boch, una pintora impresionista, miembro de Los XX y coleccionista de arte de Bélgica. Anna era la hermana de Eugène Boch, otro pintor impresionista y amigo de Van Gogh también, que pintó el retrato de Boch (Le Peintre aux Étoiles) en Arlés, en otoño de 1888.
Al igual que El café de noche, fue adquirido4 por el famoso coleccionista ruso Sergei Shchukin. La obra fue posteriormente nacionalizada por los bolcheviques con el resto de la colección de Shchukin y, finalmente, pasó a formar parte del Museo Pushkin de Moscú.
Campo de Trigo con Cipreses. 1889. Óleo sobre lienzo. 51,5 x 65 cm. Colección Privada.<P>Pintada entre la primavera y el verano de 1889, en esta obra Vincent muestra uno de los campos de trigo que rodeaban el sanatorio de Saint-Rémy donde estaba ingresado. Los tonos empleados son vivos y alegres, amarillos, verdes, malvas, rojos y blancos. El cielo está pintado con sus famosas espirales, que ya usó en “Noche Estrellada”, utilizando unas pinceladas conocidas con el nombre de facetas.
Campo de tulipanes. 1883. Óleo sobre lienzo sobre tabla. 48 x 65 cm. Collection Mr. and Mrs. Paul Mellon. The National Gallery of Art. Washington. USA. Las vistas de la campiña holandesa eran uno de los temas favoritos a la hora de decorar los hogares; Conocedor de este dato Vincent realizó varios paisajes de este tipo bajo la influencia de los paisajistas de la Escuela de la Haya, en especial de su tío Antón Mauve, con el que estudió dibujo y pintura. En esta obra podemos apreciar como el color va introduciéndose en la obra de Van Gogh, la pincelada se obtiene a base de pequeñas manchas, la imagen está tomada con un realismo absoluto donde las nubes dan una sensación de movimiento a la obra.
Mujeres Bretonas o Mujeres y niños bretones. 1888. Óleo sobre lienzo. 47.5 x 62 cm. Civica Galleria d'Arte Moderna. Milán. Italia. Esta escena de mujeres se inspiró en una pintura de Émile Bernanrd, que pasó mucho tiempo trabajando en Bretaña junto con Gauguin, creador del sintetismo, sus axiomas son bien visibles en la copia realizada por Van Gogh. Los detalles se reducen a lo esencial; las superficies son aplanadas por los campos de color y por el uso de la línea negra de contorno. En la base del sintetismo estaba también el rechazo a seguir el modelo, prefiriendo una pintura basada en la memoria y en la idea. Aunque Vincent había hecho algunas pruebas en este sentido, era contrario a lo que definía como "abstracciones" y volvió muy pronto a pintar del natural, única garantía, a su modo de ver, de una pintura "auténtica" que respetase la esencia de la naturaleza.
Noche estrellada. 1889. Óleo sobre lienzo. 73,7 x 92,1 cm. Museo de Arte Moderno. New York. USA. A diferencia de sus amigos Gauguin y Benard, que estaban elaborando una pintura de contenido simbolista, fruto de su imaginación y no inspirada en modelos reales, Vincent se decanta por el contacto directo con la realidad, pero ésto le supone un problema ya que le resultaba difícil representar el cielo nocturno, para ello ideó un sistema tan extravagante como ingenioso: colocó velas encendidas en su sombrero y pudo así realizar la primera obra nocturna al aire libre de la historia. Sin embargo, y a pesar de haber trabajado al natural, el resultado es cualquier cosa menos realista, la poderosa imaginación del autor transforma la vista nocturna en una especie de acontecimiento cósmico donde el cielo parece iluminado por multitud de cometas que giran vertiginosamente, creando una serie de remolinos de luz, haciendo que el pueblo parezca sumergido en una atmósfera sobrenatural. La composición del cuadro es magistral, la línea diagonal de las montañas, las ondulaciones amarillas de los astros, las pinceladas espirales que forman los árboles diseminados entre las casas, mientras que el largo tejado en punta del campanario rima con la forma del solitario ciprés, cuya silueta cierra la escena en primer plano.
Noche estrellada sobre el Ródano. 1888. Óleo sobre lienzo. 72.5 x 92 cm. Museo de Orsay. París. Francia. Los impresionistas destacan por su especial interés hacia la luz. Si Monet se preocupa por captar las diferentes luces en las distintas horas del día, Van Gogh se sentirá atraído por las luces nocturnas, ya sean las estrellas como en este caso, o las luces de gas del Café nocturno. Bien es cierto que las luces artificiales también las observamos aquí, reflejadas en las aguas del Ródano. En primer plano aparecen un par de figuras, contemplándose tras ellas el espectáculo del río semi-iluminado y las siluetas de algunos edificios de Arlés al fondo. Pero lo que llena de sentimiento a la escena son las estrellas, rodeadas de un halo amarillento, como si Vincent plasmara en ellas todos sus deseos. Los tonos empleados son oscuros, consiguiendo crear un efecto especial con los amarillos y verdes, dominando a los azules oscuros. La pincelada que Van Gogh muestra es muy particular, con pequeños toques de color, formando facetas que organizan rítmicamente la composición. La pincelada depurada y relamida del academicismo ha sucumbido ante el genio explosivo de los artistas impresionistas y neo-impresionistas.
La casa amarilla. 1888. Óleo sobre lienzo. 72 x 91.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda. Van Gogh alquiló la Casa Amarilla de Arlés mientras esperaba la llegada de su amigo Gauguin, con la esperanza de convertirla en el "Estudio del Sur que sería la sede de una comunidad de pintores vanguardistas. El cuadro es una especie de sinfonía en amarillo, el color más amado por Van Gogh en este período, símbolo del sol del sur de Francia, también utiliza el verde pálido para algunas fachadas, los árboles de los bordes de la plaza y la inclusión del toldo rosado del edificio contiguo a la casa del artista contrastando con la franja de cielo, de un azul intenso. El tono general del cuadro da la impresión de una hora del mediodía, con el sol en vertical, pero para animar la amplia escena Vincent ha introducido una serie de figuras, distribuyendo las pequeñas siluetas alrededor de los edificios. A lo lejos se ve un tren cruzando el puente ferroviario con su locomotora de humo blanco, uno de los temas preferidos de los impresionistas y repetido por Monet en muchos de sus cuadros.
La silla de Van Gogh. 1888. Óleo sobre lienzo. 93 x 73.5 cm. National Gallery. Londres. Esta pintura nació junto con otra que representa la "Silla de Gauguin" durante su estancia en Arlés, cuando la idea del "estudio del sur" parecía realizable. Van Gogh, en vez de representar a su amigo, optó por mostrar su sitio vacío, e hizo otro tanto consigo mismo. Para su silla Vincent escogió un colorido luminoso y delicado, centrado en tres tonos, el anaranjado de las baldosas del pavimento, el amarillo de la silla y el turquesa de las paredes. La silla, colocada en diagonal, se ve en primer plano, como si fuese un retrato a todos los efectos. El artista es sustituido por dos objetos: la inseparable pipa con el tabaco y en una cesta que está en el suelo varios girasoles, debajo de ellos resalta la firma del pintor, que se compone sólo del nombre de pila. El cuadro, lleno de la presencia de su autor, trasmite una impresión de gran serenidad. Vincent atravesaba una época de relativa alegría, nada hacía presagiar el trágico epílogo de la oreja cortada, que determinaría el hundimiento de sus sueños de una vida artística compartida.
La silla de Gauguin. 1888. Óleo sobre lienzo. 90,5 x 72,5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda.<P>Pensado como pareja del cuadro "La Silla de Van Gogh", saltan a la vista una serie de notables diferencias al comparar ambas obras, el acorde cromático es completamente distinto. Mientras que el artista utiliza para su propia silla colores claros y luminosos, para la de Gauguin se vale de tonalidades oscuras y fuertes. Prevalecen los colores fríos: el verde y el azul, aunque mitigados por la combinación con el amarillo de los libros y la lámpara y por las pinceladas que avivan el pavimento; el marrón de la silla no es especialmente alegre y contribuye al tono oscuro del conjunto. Otra de las diferencias entre una silla y otra es el modelo, así si la de Van Gogh es una simple silla de paja, la de Gauguin es una especie de poltrona, con asiento más grande y brazos. Para simbolizar al ocupante, Vincent ha representado libros y una vela. La iluminación de la estancia se consigue con una lámpara de petróleo colgada de la pared.
Sembrador a la puesta del sol. 1888. Óleo sobre lienzo. 64 x 80.5 cm. Rijksmuseum Kröller-Müller. Otterlo. Netherlands.<P>Las imágenes de campesinos son uno de los temas favoritos de Van Gogh durante casi toda su carrera.<P>En esta versión, Van Gogh se confía enteramente a los colores. El cuadro fue pintado en Provenza, donde el artista había ido en busca de una luz más fuerte y de tonos más vivos.<P>Dominan el lienzo dos colores complementarios: el violeta del campo y de la figura en contraposición con el amarillo del cielo y las espigas. Las ropas del sembrador son de los mismos colores que la naturaleza que lo rodea, el centro del cuadro lo ocupa el sol, casi cegador. La dirección de las pinceladas simula los rayos y también el campo sigue una dirección circular, como si del astro se liberase una fuerza benéfica, vivificante, que todo lo invade.
Este cuadro me gusta especialmente, me hace refresionar sobre la esperanza y el futuro.
Campos en Cordeville, en Auvers-sur-Oise. 1890. Camille Pissarro sugirió a su amigo que marchase a Auvers-sur-Oise, un pueblo no muy lejos de París, para recuperarse después de la experiencia en el manicomio. Este es el primer cuadro que pintó después de su recuperación.
Se nota un uso particular de los colores fríos como los verdes, los azules y el violeta: los colores cálidos característicos de las obras precedentes son escasos. Los árboles y la hierba parecen movidos por un fuerte viento y las nubes recuerdan las formas de arremolinadas de La noche estrellada. La casa parece desaparecer en medio del verde dominante.
La italiana (L'Italienne). Vincent van Gogh, 1887. Óleo sobre lienzo, 81 × 60 cm. Museo de Orsay, París. El sujeto representado es una mujer sentada, presumiblemente Agostina Segatori, antigua modelo y propietaria del café del Tambourin, en el bulevar de Clichy. Con ella tuvo una breve relación amorosa Van Gogh unos meses antes de ejecutar este retrato.
La mujer es retratada frontalmente, vestida con trajes folclóricos y con un pañuelo rojo en la cabeza que le cubre los negros cabellos. De la silla sobre la que se encuentra sentada, azul, se ve sólo una esquina del respaldo detrás de ella. El fondo es una mancha uniforme de color amarillo, lo que recuerda la técnica de la mancha de color puro y opaco de las estampas. Esta ausencia de referencias de perspectiva da a la tela una cierta bidimensionalidad, la cual falta, sin embargo, en la cabeza de la figura, enriquecida por tonos claroscuros que hacen intuir la profundidad y la consistencia. Sobre el lado derecho y sobre el superior de la tela está pintado un marco y cuyos colores recuerdan a los de la falda del modelo.
Lirios (Les Iris). Vincent van Gogh, mayo 1889. Óleo sobre lienzo, 71 × 93 cm. J. Paul Getty Museum, Los Angeles, USA. Los lirios fueron una de las primeras obras realizadas mientras Vincent van Gogh vivía en el asilo del Monasterio de Saint-Paul-de-Mausole en Saint-Rémy-de-Provence, Francia, en el último año antes de su muerte en 1890.
Fue pintado antes de su primer ataque en el asilo. Falta la alta tensión que se ve en sus obras posteriores. Llamó a la pintura "el pararrayos para mi enfermedad" porque sentía que podía evitar volverse loco al seguir pintando.
La obra está influenciada por el patrón decorativo de las impresiones xilográficas japonesas ukiyo-e, como muchas de sus obras y las de otros artistas de su época. Las semejanzas se presentan con los bordes bien definidos, puntos de vista inusuales, incluyendo vistas en primer plano, de cerca. El color es aplanado, no modelado de acuerdo con la caída de la luz, aplicando los consejos proporcionados por Gauguin sobre las tonalidades del color.
El artista consideraba a esta pintura un estudio, y es así, probablemente, porque no hay dibujos conocidos de ella, aunque Theo, su hermano, se lo pensó mejor y rápidamente presentó la obra a la exposición anual de la Société des Artistes Indépendants en septiembre de 1889, junto con Noche estrellada sobre el Ródano. Sobre la exposición, le escribió a Vicente: "Saltan a la vista desde lejos. Los lirios son un hermoso estudio lleno de aire y vida."
Historia de la propiedad. El primer propietario del cuadro fue el crítico de arte y anarquista francés Octave Mirbeau, uno de los primeros que confiaron en Van Gogh, pagando 300 francos en 1891. Escribió: "¡Qué bien ha entendido la exquisita naturaleza de las flores!"
En 1987 se convirtió en el cuadro más caro jamás vendido, estableciendo un récord que se mantuvo durante dos años y medio.2 Posteriormente fue vendido por 53.900.000 $ a Alan Bond, pero Bond no pudo conseguir el dinero para pagarlo.3 Por último, el cuadro fue posteriormente revendido por Christie's en 1990 al Museo J. Paul Getty de Los Ángeles.
La butte Montmartre, 1886. Van Gogh
The Sower, 1888. Van Gogh
Campo de trigo con cuervos (julio de 1890) Pintura al óleo, 50 x 100 cm. Museo Van Gogh, Ámsterdam.
Descargadores en Arles. 1888. Óleo sobre lienzo. 54 x 65 cm. Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid
La Piedad (según Delacroix), versión de Van Gogh.
Melocotonero en flor (1888).
A la izquierda, grabado de Hiroshige representando El puente Ohashi y Atake bajo una lluvia repentina; a la derecha, copia de Van Gogh de este grabado japonés: Japonaiserie: Puente bajo la lluvia, 1887, óleo sobre lienzo, 73 x 54 cm, Rijksmuseum, Fundación Van Gogh, Ámsterdam.
Mujer en el Café de Tambourin. 1887
Dibujo El sembrador (1881) Museo Van Gogh.
Dolor (1882) Posiblemente la modelo fue Clasina María "Sien".
Niña de rodillas delante de una cuna (1883)
Naturaleza muerta con biblia. 1885. Óleo sobre lienzo. 65 x 78 cm
Cráneo fumando un cigarrillo (1885)
El tejedor en el telar o Tejedor al telar con devanadera. 1884. Óleo sobre lienzo. 70 x 85 cm. Museo de Bellas Artes de Boston. Boston. USA
La vieja torre y el cementerio en Nuenen. 1885, Museo van Gogh
Retrato El doctor Paul Gachet. 1890
The Hospital at Arles. 1889. Óleo sobre lienzo. Oskar Reinhart Collection. Winterhur. Switzerland
Corredor del Hospital de Saint-Paul. 1889. Carboncillo y pintura a la aguada. 61.5 x 47 cm. The Museum of Modern Art. Nueva York. Estados Unidos
La resurrección de Lázaro. 1890. Óleo sobre lienzo. 50 x 65 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
Pietà. 1889. Óleo sobre lienzo. 73 x 60.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
Los bebedores. 1890. Óleo sobre lienzo. 59.4 x 73.4 cm. Instituto de Arte de Chicago. Chicago. USA
El pintor camino del trabajo. 1888. Óleo sobre lienzo. 48 x 44 cm. Quemado en la II Guerra Mundial. Anteriormente en Magdeburgo Kaiser-Friedrich-Museum
La subasta de madera. 1883. Óleo sobre lienzo sobre tabla. 33.5 x 44.5 cm. Rijksmuseum Vincent Van Gogh. Amsterdam. Holanda.
Campesina sentada al fogón. 1885. Óleo sobre lienzo sobre tabla. 29.5 x 40 cm. Museo de Orsay. París. Francia
Campesino cavando. 1882. Óleo sobre papel sobre tabla. 30 x 29 cm. Colección privada
Campesino quemando maleza. 1883. Óleo sobre tabla. 30.5 x 39.5 cm. Colección privada
Los esquiladores. 1889. Óleo sobre lienzo. 43.5 x 29.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
El trillador. 1889. Óleo sobre lienzo. 44.5 x 27.5 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
El segador. 1889. Óleo sobre lienzo. 43.5 x 25 cm. Memorial Art Gallery of the University of Rochester. Rochester
El segador con la hoz. 1889. Óleo sobre lienzo. 44 x 33 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
La agavilladora. 1889. Óleo sobre lienzo sobre cartón. 43 x 33 cm Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
El agavillador. 1889. Óleo sobre lienzo. 44.5 x 32 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
Recolectores de leña en la nieve. 1884. Óleo sobre lienzo sobre tabla. 67 x 126 cm. Colección privada
El leñador. 1890. Óleo sobre lienzo. 43.5 x 25 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda
El sembrador. 1888. Óleo sobre lienzo. 33 x 40 cm. Los Angeles (CA). The Armand Hammer Museum of Art. USA
El sembrador. 1889. Óleo sobre lienzo. 80.8 x 66 cm. Colección Stavros S. Niarchos
El sembrador. 1888. Óleo sobre lienzo. 72 x 91.5 cm. Colección L. Jäggli-Hahnloser. Winterthur.
La hilandera. 1889. Óleo sobre lienzo. 40 x 25.5 cm. Colección Moshe Mayer. Ginebra
Barcazas de carbón. 1888. Óleo sobre lienzo. 71 x 95 cm. Collection Carleton Mitchell. Annapolis (MD) USA
Enlaces interesantes
http://pintura.aut.org/ (Ver 855 obras)
http://es.wikipedia.org/wiki/Vincent_van_Gogh
http://www.vggallery.com/international/spanish/index.html
http://commons.wikimedia.org/wiki/Vincent_van_Gogh?uselang=es
http://www.vangoghmuseum.nl/
Algunas imágenes personales de Vincent van Gogh
Vincent van Gogh en 1866.
Theo van Gogh a la edad de 21 años.Theo fue un defensor permanente y amigo de su hermano mayor.
Acequia (1872-73), dibujo juvenil de Van Gogh (La Haya).
La familia de Vincent van Gogh:
Arriba: sus padres Theodorus y Anna Cornelia.
Abajo, de izquierda a derecha: Vincent Willem, Anna Cornelia, Theo, Elisabetha Huberta, Wilhelmina Jacoba y Cornelius Vincent.
Las tumbas de Vincent y Theo van Gogh en el cementerio de Auvers-sur-Oise.
Autorretrato con sombrero de paja, París, invierno de 1887/88, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.
Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado a Vicent Van Gogh. Como es sabido Van Gogh fue gran maestro, precursor y genio de la pintura impresionista holandesa del siglo XIX. Actualmente sus cuadros son de los más valorados en las grandes subastas del arte.
Fuentes y agradecimientos: pintura.aut.org, es.wikipedia.org, artcyclopedia.com, elpais.com y otras de Internet